Desmilitarizaría Samper zonas de Colombia si la guerrilla negocia
Reuter, Ansa, Afp, Dpa, Efe y Ap, Santafé de Bogotá, 22 de agosto Ť El presidente de Colombia, Ernesto Samper, propuso hoy a la insurgencia un diálogo ``al más alto nivel'' e incluso manifestó que está dispuesto a ordenar la desmilitarización de algunas zonas del país para facilitar un encuentro entre las partes que lleve a un proceso de paz.
Si bien el anuncio presidencial fue recibido con escepticismo por los sectores políticos y militares, el mandatario respondió así a una reciente carta enviada a su gobierno por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la que plantean un proceso de paz basado en la desmilitarización de una zona del central departamento del Meta.
``El gobierno que presido está dispuesto a facilitar las condiciones y las garantías para un eventual encuentro, incluida la creación de una zona de distensión, por un plazo determinado, si la guerrilla manifiesta de manera clara y expresa, su voluntad de discutir y de firmar un acuerdo marco para la paz'', asentó.
Apuntó que las autoridades y la guerrilla ya han dado muestras de que pueden ponerse de acuerdo, al recordar la liberación de 70 soldados por las FARC, cuando en junio pasado su gobierno se vio obligado a desmilitarizar durante 32 días una amplia zona selvática del departamento de Caquetá.
No obstante, indicó que las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) deben comprometerse a respetar a la sociedad civil, los derechos humanos y no sabotear las elecciones regionales de octubre próximo. También deben enviar a la mesa de diálogo a una representación ``del más alto nivel'' para debatir.
A la par, advirtió que su gobierno seguirá combatiendo a la guerrilla, a los grupos paramilitares y a todos los agentes generadores de la violencia. Recalcó que la flexibilidad de su gobierno no debe confundirse con una renuncia al compromiso constitucional de enfrentar a los violentos mediante el uso legítimo de la fuerza.
Samper, quien dio a conocer su propuesta poco antes de partir a Paraguay para participar en la cumbre del Grupo de Río, dijo que en el proceso de pacificación deben participar las guerrillas y los grupos paramilitares de derecha, así como representantes de la sociedad civil y delegados internacionales.
El ministro del Interior, Carlos Holmes Trujillo, destacó a su vez la iniciativa de 30 intelectuales colombianos, entre los que sobresale el laureado escritor Gabriel García Márquez, que se proponen impulsar gestiones ante Naciones Unidas para buscar también espacios de paz. Aseveró que se requiere de la participación de todos los sectores.
En contraste, el comandante de las fuerzas militares, general Manuel José Bonett, aseveró que la institución armada tiene la función de ``combatir y no parar de combatir'' y como tal se abstiene de participar en negociaciones, ya que es un tema político. Luego negó que la acción de la guerrilla esté poniendo en jaque al gobierno.
El ex jefe de las fuerzas militares, general Harold Bedoya, quien recién fue destituido, al parecer por su rechazo a toda negociación con las guerrillas, cuestionó nuevamente la propuesta presidencial y aseveró que Samper está cometiendo el delito de ``traición a la patria y todos los colombianos debemos impedirlo''.
Por su parte, sectores políticos del gobernante Partido Liberal y del opositor Conservador señalaron que la propuesta de Samper se sustenta en concesiones unilaterales sin exigir nada a cambio y que se ha visto forzado a hacer este ofrecimiento para acallar las voces que cuestionan su incapacidad para controlar la violencia.
Tanto esos sectores como la Iglesia católica colombiana consideraron que no existen condiciones para iniciar negociaciones a corto plazo con la insurgencia, en momentos en que los combates más recientes en tres puntos de Cundinamarca y Arauca dejaron un saldo de por lo menos 30 muertos y 32 heridos entre soldados y guerrilleros.
El embajador estadunidense, Myles Frechette, puntualizó que la ayuda militar que está ofreciendo el Departamento de Estado al Ejército y a la policía de Colombia puede ser utilizada en la lucha contra la guerrilla si ésta tiene nexos con el narcotráfico. Washington desbloqueó 30 millones de dólares para la lucha antidrogas colombiana.
En Caracas se reportó que más de 200 personas fueron detenidas en la población fronteriza venezolana de Puerto Chorrosquero por fuerzas militares venezolanas, desplegadas en la zona tras el secuestro del teniente de navío Carlos Bastardo por presuntos guerrilleros colombianos.