Difícil, que ``la persona bajo el pasamontañas'' pueda quitárselo, dice el jefe rebelde
Afp, La Realidad, Chis., 22 de agosto Ť El subcomandante Marcos ``está muy amarrado a la imagen que se hizo de él y de alguna manera tendrá que morir'' para dar paso a la vida pública y política de ``la persona que se encuentra detrás del pasamontañas'', consideró el jefe militar de la guerrilla zapatista en entrevista con la agencia Afp.
Contrario a lo que ``dice el gobierno'', explicó, la guerrilla zapatista no se convertirá en una fuerza política legal con la fundación del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), considerado brazo político del EZLN, en septiembre próximo, porque no ``está acabado el recurso de las armas''.
En la primera entrevista que concede desde diciembre de 1996, Marcos dijo que no hay señales positivas del gobierno para la reanudación del diálogo de San Andrés (suspendido en septiembre del año pasado), ni para el cumplimiento del acuerdo firmado en febrero de 1995 para llevar al Congreso una reforma constitucional sobre autonomía, cultura y derechos indígenas.
El subcomandante indicó que mil l11 indígenas saldrán de las comunidades zapatistas en septiembre y marcharán a la ciudad de México para exigir que se cumpla el acuerdo y provocar ``un nuevo estallido de la conciencia nacional respecto del problema indígena''.
Señaló que los zapatistas saldrán para romper el cerco político y militar impuesto por el gobierno e ``interpelar directamente a la nación y a los poderes en la ciudad capital (de México), para decirles aquí estamos. Para que no sea necesario, otra vez, usar las armas, matar y morir, pues como decimos nosotros: para que nos vuelvan a ver y escuchar''.
La llegada de miles de indígenas, pues a los zapatistas se sumarán otros de distintas partes del país, ``va a significar una nueva sacudida fuerte a la conciencia del país'' y el termómetro para medir su impacto será la presión de la sociedad sobre el Ejecutivo y el Legislativo para que cumplan el acuerdo, manifestó.
En diciembre pasado, la legislativa Comisión de Concordia y Pacificación elaboró un anteproyecto de reforma sobre el tema indígena, que recibió el apoyo de los zapatistas, pero que fue enmendado por el gobierno y, posteriormente, rechazado por los rebeldes porque excluía la autonomía.
Los acuerdos de San Andrés no se renegociarán
Marcos dijo que ``de ninguna manera aceptamos renegociar el acuerdo'', que parece ser la intención del gobierno. Su presentación al Congreso es condición indiscutible para la reanudación del Diálogo de San Andrés, interrumpido en septiembre de 1966, cuando los zapatistas acusaron a las autoridades de no tener voluntad para negociar realmente.
El jefe supremo de los zapatistas apuntó que el presidentede la República, Ernesto Zedillo, puede reconsiderar su posición y aceptar el texto, a lo que podría ayudar la presión de la sociedad, como lo hizo el pasado 6 de julio cuando se llevaron a cabo elecciones en México que mostraron la rebelión del pueblo contra el oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Asimismo, resaltó que no confía en los partidos de oposición, que en su conjunto arrebataron la mayoría absoluta al PRI, porque existe el riesgo de que no concreten un verdadero cambio y la apertura termine en una simulación, un cambio de nombres y no cuestiones profundas, como la reforma del modelo económico.
Sobre la fundación del FZLN, cuya creación es de su inspiración, Marcos sostuvo que será una organización distinta al EZLN, ``autónoma e independiente, con su camino propio'' y que no debe tener ninguna relación orgánica con la guerrilla zapatista.
El líder rebelde estimó que la subordinación del Frente al EZLN puede ser ``un lastre'' para el naciente FZLN, y que la ``única influencia o herencia debe ser que no se convierte en partido político y que no entre al juego electoral, sino que se mantenga tratando de organizar a la sociedad para la relación con el gobierno''.
El subcomandante Marcos indicó que ``el principal obstáculo para que el EZLN se convierta en una fuerza política es el gobierno'', que ``no nos quiere haciendo política legal y civil fuera de las montañas, nos prefiere aquí escondidos, con los soldados encima''.
El cuartel general de los zapatistas, que se replegaron a ``sus posiciones de montaña'', en enero pasado, se encuentra cerca de La Realidad, una población de indígenas tzeltales, localizada en la selva Lacandona, mil 200 kilómetros al sureste de la capital mexicana.