La Jornada 24 de agosto de 1997

Se adelantó la clausura; la mayoría de acuerdos, bilaterales

Stella Calloni y Rosa Elvira Vargas, enviadas, Asunción, 23 de agosto Ť La cumbre del Grupo de Río, constituido por 14 países, concluyó esta tarde anticipadamente su undécima reunión, en la que se advirtió un fuerte rechazo a la posibilidad de que pueda desatarse una carrera armamentista, a partir de la decisión estadunidense de levantar embargos, pero fundamentalmente por el tráfico ilegal de armamento, que fue calificado como un tema muy grave.

Los mandatarios asumieron el compromiso de convertir a la región en la primera del planeta libre de carreras armamentistas, y el presidente de Colombia, Ernesto Samper, fue uno de los más explícitos en esta materia al advertir que ``si la década de los 80 fue considerada perdida por cuenta del endeudamiento, podríamos quedar en la situación muy triste de que la década de los 90 sea la década perdida por cuenta del armamento''.

Samper recordó que si la droga mueve unos 500 mil millones de dólares, en el tráfico de armas esta cifra es superior a los 840 mil millones, y criticó la decisión del presidente Bill Clinton de levantar el embargo de venta de armamento desarrollado para América Latina, con la que el mes pasado puso fin a una política seguida por Washington desde hace 20 años.

``Colombia tiene la preocupación de que esta decisión no sólo genere una carrera armamentista sino que, de cierta manera, se susciten los conflictos necesarios para que se empleen esos instrumentos'', dijo.

Aunque el presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, consideró que no existe en realidad una carrera armamentista en la región, sino que se están remplazando los equipos obsoletos, y esto no marca una contradicción.

El propio mandatario mexicano, Ernesto Zedillo, explicó claramente que en realidad lo que se está dispuesto a enfrentar es el tráfico ilegal de pertrechos, y coincidió en que no hay armamentismo.

Rechazo a la Helms y a certificaciones

Otros temas que marcaron la cumbre fueron los reclamos por mayor democratización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pobreza, corrupción y la defensa de la democracia. La concertación de una junta entre el Grupo de Río y la Unión Europea creó entusiasmo en algunos países.

Asimismo, se reiteró el firme rechazo a la ``aplicación unilateral y extraterritorial de leyes nacionales, por constituir una violación a la soberanía nacional, y todas las afectaciones que estas medidas suponen'', en alusión a la ley Helms-Burton, con la que Estados Unidos pretende internacionalizar su bloqueo contra Cuba, así como las certificaciones, con las que washington evalúa anualmente la cooperación de otras naciones en la lucha contra el narcotráfico.

Aunque se sintió algo débil la propuesta de seguimiento ``de los avances que se presentan en esta materia'', el proyecto de resolución era más específico en este sentido.

Los asuntos considerados más importantes --como Medidas unilaterales, Defensa de la democracia y Reforma de Naciones Unidas-- merecieron declaraciones especiales que confirman los términos que ya se conocieron ayer.

En el tema clave como el Trafico ilícito de drogas, se registró la preocupación por el consumo y uso indebido de estupefacientes, que aumentó significativamente en el mundo; aunque con muchos recursos retóricos, se señala la necesidad de hacer énfasis en ``los programas tendientes a la reducción de la demanda''.

Pero quizá lo más importante fue que las discusiones fueron abiertas, francas y directas, como dijo esta noche el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, quien había reclamado salir de la retórica al inaugurar la cumbre ayer junto al mandatario paraguayo Juan Carlos Wasmosy.

``Fue una reunión donde no se buscó tanto el consenso, sino que nos atrevimos a discutir a fondo cada problema y creo que esta cumbre fue una de las mejores en este aspecto. A veces se sacrifica mucho en favor del consenso rápido y se pierde el fondo de las cuestiones'', señaló a La Jornada.

Asimismo, es la primera vez que se marca con claridad la necesidad de producir más hechos y salir de la retórica, ante múltiples reclamos populares en este aspecto.

Educación para la democracia

Después de superar momentos muy tormentosos que precedieron al encuentro por los fuertes entredichos entre los gobiernos de Argentina, por una parte, y de Brasil y Chile, por la otra, los 12 presidentes firmaron la Declaración de Asunción, en la que permanecieron puntos claves del proyecto adelantado ayer en cuanto a los compromisos de defender las democracias.

Consideraron que el Grupo de Río es el mecanismo más representativo de consulta y concertación política de la región, y especificaron los temas democráticos a defender así como el compromiso de luchar contra el narcotráfico, sus delitos conexos, el terrorismo y la corrupción.

La temática central de la cumbre giró en torno a la educación para la democracia y se trazaron varios lineamientos de acción.

Valores como la tolerancia, la solidaridad, equidad y la necesidad de consolidar la gobernabilidad democrática fueron algunos de los compromisos, y en este sentido se preparará un planteamiento conjunto sobre la educación para la democracia con miras a la II Cumbre Hemisférica de Chile, en abril de 1998.

El documento final reafirma la importancia del Congreso Universal del Canal de Panamá que se realizará entre el 7 y el 10 de septiembre próximo, donde se propone introducir un mecanismo de consulta para definir el papel que deberá desempeñar esa estratégica vía interoceánica en el futuro.

Uno de los asuntos más ríspidos resultó ser el debate sobre la reforma de Naciones Unidas, y los mandatarios especificaron la necesidad de que sus órganos y métodos ``respondan a las nuevas realidades de la comunidad internacional y a la participación que le compete a América Latina y el Caribe en la organización''.

Pero en este caso, los debates habrán de continuar y sólo parece haber surgido algún punto de solución para acercar posiciones y destrabar el conflicto suscitado por la posición argentina con respecto a un posible ingreso de Brasil como representante de América Latina al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

De alguna manera, antes de partir el canciller de Brasil, Luiz Felipe Lampreia, dejó en el aire la idea de que se estudiaría la posibilidad de que dos o tres países podrían asumir la representación regional, aunque habrá que ver si la rotación no empobrecerá definitivamente esa presencia.

Aún así, queda mucho camino que recorrer en éste y otros aspectos, pues que no hubo nada nuevo sobre terrorismo, ya que se reafirmaron los conceptos de la Conferencia Especializada sobre Terrorismo en 1996, y se recordó el comunicado del pasado 23 de abril, en el que se manifestó la complacencia por la liberación de los rehenes en Lima.

También fue celebrada la gestión de Colombia para la liberación de rehenes tomados durante 127 días por el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru en la residencia del embajador japonés en Perú.

Aunque el tratamiento sobre corrupción era uno de los más esperados, al menos entre los medios de prensa y la comunidad, no se abundó demasiado en cuanto a una forma efectiva de enfrentarla y todo pareció diluirse en compromisos de cooperación y voluntades políticas que no agregan demasiado a lo ya dicho en otras oportunidades.