La Jornada 29 de agosto de 1997

UNO DE 59 SOSPECHOSOS EN LA ANAHUAC

Alberto Nájar y Bertha Teresa Ramírez Ť En un espectacular operativo para detener sospechosos, alrededor de 500 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, apoyados con helicópteros, aprehendieron a 56 personas de las colonias Anáhuac y Santa María la Ribera, entre ellas al presidente del PRD en Miguel Hidalgo, Carlos Reyes Gámiz, y un consejero estatal de ese partido, a quienes los policías pretendieron imputar la posesión de armas y droga; 25 de los detenidos fueron liberados.

Tras el operativo, alrededor de 250 vecinos de la Anáhuac tomaron las instalaciones de la agencia 9 del MP para exigir la liberación de sus compañeros. Después de cinco horas de plantón consiguieron que 25 fueran puestos en libertad, excepto el consejero estatal Antonio Alvarez, quien fue consignado por portación ilegal de arma, la cual, declaró, le fue sembrada por un policía motorizado.


El presidente del Partido de la Revolución Democrática
en la delegación Miguel Hidalgo, Carlos Reyes Gámiz,
fue detenido ayer durante la operación realizada por la
Secretaría de Seguridad Pública.
Foto: Carlos Ramos
Mamahua

Pese a la inconformidad vecinal, el secretario de Seguridad Pública, Enrique Salgado Cordero, comentó que la Secretaría de Gobernación está satisfecha con el resultado de los operativos, e incluso destacó que no se ha recibido ``ninguna queja de los derechos humanos ni recomendaciones de la misma''.

Cómo fue

El operativo de ayer inició a las 10:30 horas en la vecindad ubicada en Cedro 246, esquina con Carpio, Santa María la Ribera. Decenas de elementos del Agrupamiento Fuerza de Tarea, Zorros, ingresaron al inmueble con sus armas listas para disparar, rompieron puertas y sacaron a golpes y empujones a varios de sus moradores, algunos en ropa interior.

Luego, los subieron a camionetas tipo panel del agrupamiento Transformación 2000, sin esposarlos. El convoy integrado por cinco camiones de granaderos, 10 suburban, dos helicópteros y decenas de patrullas y motocicletas de los Jaguares, se trasladó después a los límites de la Santa María la Ribera con Atlampa, donde detuvieron selectivamente a los transeúntes que se cruzaron en su camino.

Para ese momento el convoy era seguido por decenas de fotógrafos, camarógrafos y reporteros. Después de Atlampa, todos juntos se trasladaron a la Cerrada de Cacamaztin, en la colonia Anáhuac, donde repitieron la operación, bajo la vigilancia aérea de los helicópteros, los cuales, por cierto, tuvieron que efectuar maniobras para evadir los cohetones que lanzaron los vecinos.

No se salvaron ni siquiera los adolescentes, quienes con sus cuadernos y libros se dirigían a las escuelas, como tampoco tuvo suerte el presidente del PRD en Miguel Hidalgo, Carlos Reyes Gámiz, quien en ese momento salía de un restaurante ubicado en la calle Lago Pátzcuaro después de sostener una reunión de trabajo.

En su declaración, el perredista dijo que los uniformados no le permitieron identificarse y, por el contrario, ante sus súplicas recibía golpes como respuesta, e incluso, dijo, lo amenazaron con sembrarle droga en su chamarra. Más tarde inició la averiguación previa 09/2272/97-08 por robo --pues lo despojaron de reloj y cartera--, lesiones y privación ilegal de la libertad.

El rescate

Con estas detenciones concluyó el operativo. Los granaderos regresaron a sus bases y los detenidos fueron consignados a las agencias 7 y 9 del Ministerio Público.

Sin embargo, a las 13:30 horas, 250 vecinos de la colonia Anáhuac se presentaron a las instalaciones de la novena agencia para exigir con gritos la libertad de sus compañeros. Rodearon las oficinas y trataron de entrar a las celdas, hecho que provocó la inmediata movilización de alrededor de 200 granaderos que les impidieron el paso.

Al frente de los inconformes, el diputado local electo Javier Hidalgo exigió la suspensión de los operativos porque no sirven para nada. ``¡Si somos culpables por el hecho de vivir en la colonia Anáhuac, que nos encierren de una vez!'', gritó a los granaderos y judiciales que resguardaban las oficinas.

Media hora después que inició la protesta se permitió a Hidalgo hablar con los detenidos. Rodeado por policías entró a las celdas junto con el perredista Jorge Arturo López Anaya, y tras observar las condiciones de los presos y hablar con ellos regresó, pero tuvo un contratiempo: a su compañero no le permitieron abandonar la zona de reclusión y fue detenido en ese momento. El hecho enardeció aún más a los vecinos. ``Policía, cabrón, dejaste al ladrón'', ``uleeeros, rateros'' fueron los gritos que más se repitieron.

Después de las 4 de la tarde empezó paulatinamente la liberación de los detenidos, los menores de edad en principio. Cada salida fue festejada por los vecinos, quienes exigieron que de inmediato fuesen revisados por personal médico y presentaran una denuncia. A las 18:30 horas, 25 de los detenidos abandonaron las celdas, excepto el consejero Alvarez, a quien se imputó la portación de una pistola calibre 45.

Sin embargo, de acuerdo con su declaración, el perredista jamás tuvo el arma en sus manos. La acusación surgió de un jaguar, quien primero trató de implicar a Reyes Gámiz y cuando protestó, señaló al consejero estatal del PRD. Hasta anoche se analizaba la posibilidad de ponerlo a disposición de la Procuraduría General de la República.