La Jornada 29 de agosto de 1997

México necesita ejidos fuertes y democráticos, señala el Presidente

Rosa Elvira Vargas, enviada, Puebla, Pue., 28 de agosto Ť El gobierno federal quitará recursos económicos a algunos renglones presupuestales para destinarlos a programas de política social, anunció esta mañana el presidente Ernesto Zedillo. Asimismo, al reunirse con integrantes de la Confederación Nacional Campesina (CNC), admitió que en el agro mexicano persisten graves carencias, problemas de pobreza y desigualdad.

Entonces, aseguró que el desarrollo agrario debe tener como primera base la confianza y la libertad para los productores rurales y la seguridad en la tenencia de la tierra. Además, llamó al fortalecimiento de la organización campesina, pues dijo que México necesita ejidos fuertes y democráticos.

Zedillo arribó al municipio de Olintla, en la sierra norte de Puebla, conformado básicamente por indígenas totonacas, antes de las diez de la mañana para encabezar el inicio del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), que en este estado se aplicará en 819 localidades de 67 municipios -casi la cuarta parte del total- para atender a 46 mil 677 familias.

Con un paisaje de un verdor incomparable y una luminosidad que sólo logra un sol fuerte después de mucha lluvia, los habitantes de Olintla son, sin embargo, pobres. Por tierra se llega hasta aquí, con dificultades, por un camino de terracería. Para ello deben salvarse 23 kilómetros en no menos de dos horas, tomando la desviación de la carretera interserrana.

Hoy, allí, los pobladores vistieron sus mejores galas y los escolares usaron sus uniformes de las grandes ceremonias. Las mujeres totonacas lucían sus inmaculadas faldas blancas, blusas bordadas y huipiles, aunque claro, todas iban descalzas. Los hombres, ellos sí con guaraches, seguían serios cada palabra pronunciada en la tribuna, aunque era evidente que no entendían muy bien el significado de los discursos, ya que nadie previó una traducción simultánea.

Ana Olarte Sánchez, que cuando supo que hablaría ante el Presidente se alarmó porque su español es muy escaso, ya en el presídium venció la timidez para destacar que ella no tuvo estudios, pero que ``ahora hay mucho valor para mandar a los hijos a la escuela''.

Luego, Zedillo expuso los términos del Progresa y la prioridad que éste da a las mujeres. Al final, caminó entre los indígenas, quienes lo saludaban y le hacían porras.

El Presidente recibió figuras talladas en caoba y la petición de fotos por parte de las promotoras, enfermeras y estudiantes de bachillerato, quienes además le solicitaron autógrafos. Entonces firmó los papeles que le presentaban, pero con la advertencia de que ``yo no soy Luis Miguel''.

Fuera de programa, el Ejecutivo y su comitiva estuvieron en la casa de Carmen Sotero. A la puerta de su choza de madera y carrizo con pisos de tierra, como muchas de aquí, varias mujeres le dijeron en totonaca que necesitan ayuda, que sus hijos requieren muchas cosas. Dos de ellas le entregaron bolsitas con café. Este grano es prácticamente lo único que se cosecha en esta región de minifundio, donde la falta de infraestructura hace a los campesinos presas fáciles del coyotaje.

Después, Zedillo viajó en helicóptero a la capital poblana, donde clausuró el congreso de la que llamó ``la organización que sigue a la vanguardia de las luchas campesinas''. En el recinto ferial, siete mil cenecistas recibieron festivos al Presidente y aplaudieron todo lo aplaudible, lanzaron porras a sus estados y cantaron el himno agrarista.

Para el evento, la CNC hizo llegar no sólo a su plana mayor, sino a los gobernadores priístas que ostentan su extracción campesina: Jesús Murillo Karam, Hidalgo; José Alvarez Lima, Tlaxcala; Diódoro Carrasco, Oaxaca; Renato Vega, Sinaloa; Maximiliano Silerio, Durango; Víctor Cervera, Yucatán; Mario Villanueva, Quintana Roo; Jorge Salomón, Campeche; Manuel Bartlett, el anfitrión, y el electo por Sonora, Armando López Nogales.

Estuvieron también ex dirigentes del PRI, como María de los Angeles Moreno y Gustavo Carvajal, y de la CNC, como Oscar Ramírez Mijares, Mario Hernández Posadas, Hugo Andrés Araujo y Amador Hernández González.

Al terminar el acto, el Presidente se despedía de quienes ocuparon las primeras filas, la mayoría de los asistentes salía por las puertas posteriores, pero cerca del vestíbulo principal del recinto una mujer aguardaba silenciosa con unos papeles en la mano. Alguien pasó a su lado y ella se disculpó para preguntar: ``¿sabe usted quién es la licenciada Beatriz Paredes Rangel?''.