Larga e intensa batalla por el poder en el recinto legislativo
Oscar Camacho Guzmán y Ciro Pérez Silva Ť Durante una hora el poder navegó sin dueño en la Cámara de Diputados. Durante 60 minutos, un vacío de gobierno campeó en el recinto de San Lázaro.
Larga fue la jornada que comenzó desde temprano. Desde el momento mismo en que los diputados de oposición se encontraron con que las puertas del salón de sesiones del Palacio Legislativo estaban cerradas.
Fueron los propios diputados los que abrieron el salón que alberga al pleno. Formales, en sus curules, aguardaron el instante del comienzo. No contaban con sonido... mucho menos con estenógrafos. Y es que los trabajadores no sabían a quién obedecer.
Pero luego de esos largos sesenta minutos un ``sí vamos a trabajar con ustedes'' marcó el quiebre y se comenzó a reconocer a las oposiciones como el nuevo gobierno de la Cámara.
Y fue entonces cuando la sesión se dio por iniciada con un quórum de 255 legisladores de PRD, PAN, PT y PVEM. El PRI estaba ausente. Carlos Medina Plascencia imponía su liderazgo en las negociaciones ``en corto'' y el pleno llevaba a Porfirio Muñoz Ledo a la primera presidencia de la Cámara de la 57 Legislatura.
El poder, el nuevo poder, comenzaba a tomar rumbo: ``¡Sí, protesto!...'' juró Porfirio a las 2 de la tarde.
``...Y si no, que la nación me lo demande'', remató antes de citar a receso para abrir un espacio de negociación con el PRI.
El Presidente no está disponible: Liébano
``¡Puf!... qué trabajo cuesta llegar a la democracia'', decía un sudoroso, agitado, triunfante y visiblemente desgastado Santiago Creel Miranda al abandonar, ya entrada la noche, ese salón de sesiones donde ayer -definió él mismo- ``comenzó para el país la batalla de la legalidad y la legitimidad''.
Y junto a él, Medina Plascencia advertía: ``Sí, pero más trabajo les cuesta a los priístas dejar el poder, y si ahora hacen todo esto para no entregar el gobierno de la Cámara, imagínense lo que no intentarán cuando tengan que entregar el poder presidencial''.
Y es que la de ayer fue, efectivamente, una larga y cansada batalla parlamentaria. Una batalla de nueve horas en el pleno, donde por vez primera en la historia de este siglo una mayoría no priísta se alzó con el gobierno, declaró primer presidente al perredista Porfirio Muñoz Ledo y advirtió que convocará a nuevas elecciones si los priístas no se presentan en 30 días a ejercer sus cargos.
La jornada no terminó, sin embargo, cuando los diputados salieron del salón de sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro, pues tan pronto se reunieron en las oficinas del panista Medina Plascencia, el bloque opositor intentó establecer contacto con el Presidente de la República, Ernesto Zedillo.
Los intentos se repitieron una y otra vez.
Y una y otra vez la respuesta era la misma: ``El Presidente no está disponible en este momento... nosotros nos comunicaremos con ustedes en cuanto sea posible'', fue la respuesta que el secretario particular de Zedillo, Liébano Sáenz dio, una y otra vez.
Respuesta que le tocó escuchar tanto a Porfirio Muñoz Ledo, presidente ya para esos momentos de la Cámara de Diputados, como a Rogelio Sada Zambrano, panista integrante de la Comisión de Cortesía, responsabilizada por el pleno de acudir a Los Pinos para notificar al titular del Ejecutivo de la instalación de la Cámara.
Ya se fregaron: Bátiz
Pero por la mañana, una vez que Porfirio rindió protesta, ya en sus curules, el panista Juan Miguel Alcántara Soria daba argumentos legales: ``Hay una convocatoria ratiticada de puño y letra por los cinco diputados de la Comisión Instaladora, y hay otro papel sin firma que no tiene validez alguna con el que los priístas pretenden modificar la fecha de la sesión.
``El PRI comete fraude a la ley y estamos considerando la posibilidad de acudir a la PGR para presentar una demanda por abuso de funciones en el ejercicio de su encargo público'', decía.
A su lado, Carlos Medina Plascencia daba a conocer que la noche anterior se había comunicado con Arturo Núñez para solicitarle el nombre de los priístas que ocuparían las vicepresidencias y secretarías en la primera mesa directiva.
-¿Y qué comentaron sobre esta sesión y el cambio de fecha que anunció el PRI?
-Nada, ni él me dijo nada, ni yo le pregunté. Yo sólo le pedí los nombres de los priístas que propondrían, y como no me dio ninguno, entonces nosotros vamos a meter a Mariano Palacios como vicepresidente de la mesa.
-El PRI señala que esta es una instalación espuria...
-Más les vale que no lo vean de esa forma. Entendemos su dolor, pero México va a cambiar con el PRI, sin el PRI y a pesar del PRI -se engallaba el panista.
Los legisladores de PRD, PAN, PT y PVEM seguían a la expectativa instalados en sus curules y por fin vino el anuncio esperado.
A las 10:55 horas, Pablo Gómez se acercó en el pasillo central a Muñoz Ledo, Medina y Creel y les anunció que el oficial mayor de la Cámara le informó que el personal y los trabajadores habían decidido trabajar.
Rodeado por reporteros, Porfirio Muñoz Ledo se molestó y pensó que quizá estaba en la sala de su casa, porque de inmediato se volvió a los periodistas y les recriminó: ``Y ustedes, ¿qué quieren aquí, qué escuchan?
-Estamos trabajando para informar, diputado -se le respondió.
-No, no, esto es una reunión privada... -dijo y de inmediato jaló a Medina-. Vámonos Carlos a analizar esto en privado... vámonos.
-Diputado, la ciudadanía está pendiente de lo que aquí ocurre, y ¿no cree que es una incongruencia que usted diga por una parte que quieren hacer todo de cara a la nación y que asuntos como éstos los quiera discutir en privado?
-Nosotros tenemos derecho a reunirnos en privado -salió al quite Pablo Gómez.
-Nadie cuestiona ese derecho, diputado, lo que uno sólo señala es que es una incongruencia entre lo que dicen y lo que hacen -se le insistió a Gómez, sin que éste hiciera mayor caso ya.
11:05 horas: Terminado el cónclave privado de los coordinadores de PRD y PAN, el personal de la Cámara comenzó a operar: ``¡El sonido, pongan el sonido Díaz!'', ordenaba Sergio Becerril, de la Dirección General de Crónica Parlamentaria, a Ramiro Díaz, encargado del equipo de sonido.
Eran ya las 11:05 horas cuando en el salón de sesiones estaban en su sitio Víctor Azcoitia, el escrutador que por años ha llevado el cómputo de las votaciones: Héctor de Antuñano, jefe del personal parlamentario, e incluso Roberto Femat, director de Comunicación Social. Todos, al pie del cañon, trabajando para la oposición.
Tufillos golpistas del PRI para desestabilizar: Pablo Gómez
A las 11:06 horas, el presidente de la Comisión Instaladora, el perredista Isidro Aguilera, comenzó el pase de lista desde su enérgica soledad en el presídium del salón de sesiones.
``Aceves Saucedo Angel...'', dijo, sin respuesta alguna.
``Aceves Saucedo Angel...'', repitió luego de algunos segundos y de nuevo el silencio fue todo lo que obtuvo.
``Acosta Herrera... Acosta Zavala'', insistió sin que nadie diera la cara por esos nombres.
Y no fue sino hasta que mencionó el nombre de ``Adame Castillo Marco Antonio'', cuando obtuvo el primer: ``Presente, por la nación, señor presidente'', dicho entre vivas y aplausos por el panista de Morelos, seguido por el ``presente'' del perredista Alonso Raya Miguel.
En su curul, Bernardo Bátiz pintaba semejanzas: ``Esto es como la lucha libre, donde los rudos que se ven perdidos, sacan al final de la pelea una corcholata de su calcetín y buscan ganar con trampas lo que no pudieron alcanzar con recursos legítimos. En eso el PRI es como el Perro Aguayo, pero aquí, ya se fregaron''.
A unos metros, Pablo Gómez, Porfirio Muñoz Ledo y Jesús Martín del Campo discutían la estrategia a seguir, y consultaban la Constitución: ``El 63 nos faculta para recurrir al IFE y pedir que se sancione al PRI, Porfirio'', decía Gómez.
Molesto de nuevo por la presencia de periodistas, Muñoz Ledo volvió a recriminar: ``Qué haces aquí, yo así no puedo trabajar, así no'', decía con destilada soberbia.
Pablo de acercó entonces al periodista y sugirió: ``No compres pleitos... traes la adrenalina muy subida''.
-No diputado, yo estoy trabajando y quienes andan muy nerviosos son ustedes.
-Mira, te voy a decir una cosa, yo que he viajado mucho te puedo decir que en ningún parlamento del mundo la prensa puede estar presente en el salón.
-Pero aquí en México la ley lo permite, diputado.
-Esto no es un asunto donde lo que importe sea la ley, respondió Pablo Gómez.
-Diputado, si no quieren a la prensa aquí, pues entonces modifiquen la ley, diputado.
-Ya te dije que no es un asunto que tenga que ver con la ley -insistió quien de inmediato fue requerido por otros reporteros para que explicara los riesgos de la situación política por la inasistencia de los priístas.
``Ellos han incurrido en una ilegalidad, pues se valieron de una sucia argucia para pretender cambiar la fecha de instalación de la Cámara. En primer lugar, Píndaro Urióstegui está hospitalizado, y en segundo, la nueva convocatoria no lleva firma alguna; es por lo tanto un documento apócrifo, sin validez legal alguna''.
Empero, Pablo Gómez recordó: ``Detrás de los 261 diputados que hoy estamos aquí hay un respaldo de más de 17 millones de votos que los priístas pretenden desconocer en forma majadera, vulgar. El PRI decidió lanzarse por el camino de la crisis política en contra de más de 17 millones de ciudadanos, y nosotros lo vamos a enfrentar con este respaldo ciudadano. Las decisiones que tomaron los priístas lesionan terriblemente a la República''.
Y remató sin ambajes: ``Esto tiene un claro tufillo de golpismo'', mientras Muñoz Ledo añadía: ``Pero que lo sepan, el pindamorazo no pasará''.
¿Falta algún diputado de pasar lista?: Aguilera
A las 12 horas, Isidro Aguilera terminó el pase de lista y preguntó: ``¿Falta algún diputado de pasar lista?''.
-¡Nomás 239! -gritaron varios panistas y otros reporteros como si se hubieran puesto de acuerdo.
Segundos después, Isidro Aguilera daba cifras: ``Hay 255 diputados, hay quórum, la sesión es legal'', y con ello desataba una explosión gutural pluripartidista: ``¡México... México... México!'', acompañado de un ``ya se fregaron los priístas'', que en su curul repetía suave pero enérgicamente Bernardo Bátiz.
No checaron las cifras
A las 12:07, comenzó la votación para elegir mesa directiva. Todo estaba arreglado. Porfirio sería presidente, Creel vicepresidente, pero lo que no se esperaba nadie era el resultado, pues la votación final fue de 260 votos para la planilla única convenida por el Grupo de los Cuatro.
El problema, es que en la sesión sólo había registrados 255 diputados. ``Esto no es posible, no es posible que estemos así de mal en estas cosas: aquí estamos 261 diputados, pasan lista sólo 255 y resulta que la mesa la eligen 260, ¿qué pasa?'', hablaba, declaraba, se quejaba y decía para él mismo Pablo Gómez.
Todo, como siempre, se le adjudicaba al Mago Azoitia, funcionario de apoyo parlamentario, quien ayer volvió a hacer de las suyas.
Medina el duro; Porfirio el conciliador
A las 12:23 la presencia de dos diputados provocó movilización generalziada de los más de cien periodistas que seguían paso a paso la sesión: Ricardo Monreal y Fidel Herrera Beltrán, entraron al salón.
``Queremos platicar con ustedes... declaren un receso'', ofreció Monreal a Creel y a Pablo Gómez.
-Están proponiendo que hagamos un receso -explicó Creel segundos después a Medina y a Porfirio en medio del pasillo central del salón de sesiones.
-Bueno, vamos a platicar, yo creo que se puede abrir ese receso, ¿no, Carlos? -tendió Muñoz Ledo.
-¡No, Porfirio! -emergió enérgico Carlos Medina-. De ninguna manera. México ya no está para mezquindades, ni para juegos. Esto no es más que una argucia. Si ellos querían dialogar, por qué lo hacen hasta ahora. No, Porfirio, esto tiene que continuar. Los priístas no saben navegar cuando no tienen mayoría y tienen que aprender''.
Pero Muñoz Ledo insistió en abrir un espacio, a lo que de nuevo el panista lo sometió con un rotundo: ``No'' sin lugar a réplica, y con ello, comenzaron las definiciones: ``Carlos el duro... Porfirio el conciliador'', clasificaban los periodistas.
La sesión, así, continuó y tras concluir la votación para elegir a la primera mesa directiva, Isidro Aguilera la anunció.
A las 13:59, Isidro Aguilera declaró electa la mesa directiva y bajó del presídium para ceder su lugar a Muñoz Ledo.
``Bien Isidro, bien'', le llovieron al perredista, a quien fue a felicitar personalmente el coordinador del PT, Gonzalo Yáñez: ``Bien, muy bien hecho, un gran trabajo por la democracia'', le dijo el petista.
A las 13:05 horas, Porfirio Muñoz Ledo ascendió lentamente por la escalerilla y segundos después alcanzaba la cumbre: ``Protesto guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen... Y si no, que la nación me lo demande''.
Al filo de las 2 de la tarde, Muñoz Ledo decretó un receso para las 6 de la tarde, toda vez que el PRI solicitó mantener un espacio de negociación. Cuatro horas después, las pláticas fracasaban de nuevo. Y pasadas las 7 de la noche, Muñoz Ledo tomaba la protesta de ley a los 261 diputados de PRD, PAN, PT y PVEM, que, unidos en coro, entonaron el Himno Nacional en el épilogo de esa, decía Santiago Creel, larga y difícil batalla por la legalidad y la legitimidad.
``Y el poder'', agregaría un periodista, cuando las luces del salón de San Lázaro languidecían ya.