La primera ronda la ganó el bloque opositor de la Cámara de Diputados. Criticado por muchos, elogiado por pocos, pero siempre reconocido por su inteligencia y conocimientos, Porfirio Muñoz Ledo será el primer diputado de oposición que responda un Informe presidencial desde que en 1922 Jorge Prieto Laurens lo hizo ante Alvaro Obregón.
Para que la similitud sea mayor, Porfirio Muñoz Ledo fue dirigente nacional del PRI y Prieto Laurens del Partido Nacional Cooperativista (también conocido como Cooperatista) que primero apoyó al presidente Obregón y luego se ubicó en su contra.
En los años 20 la Revolución Mexicana estaba por consolidarse, pero todavía sufría convulsiones. Obregón fue asesinado en 1928, después de relegirse, y un año después nació el PNR-PRM-PRI, organización fundamental para la estabilización del país.
Siete décadas después el PRI y el gobierno salido de sus filas enfrentan un cambio radical. El equilibrio de fuerzas ha cambiado y esto se podrá apreciar hoy por la tarde, cuando el presidente Ernesto Zedillo presente su tercer Informe de labores ante un Congreso donde la oposición será mayoría.
Por lo pronto, el PRI perdió el control de la Cámara de Diputados y esto se confirmó ayer cuando la bancada del tricolor reconoció la legitimidad de la sesión de instalación realizada un día antes sin su consentimiento, únicamente por los partidos de oposición: PRD, PAN, PT y PVEM.
El Senado, dique de contención
Lo único que podrán cambiar los diputados del PRI es a sus representantes en la directiva de la Cámara de Diputados para el mes de septiembre, y todavía anoche reclamaron su derecho a tener la primera vicepresidencia, pero nada más.
El líder de la bancada priísta, Arturo Núñez, afirmó que su decisión de no mantener las objeciones acerca de la legalidad de la sesión en la que participaron sólo las oposiciones obedecía a su deseo de evitar la desestabilización del Poder Legislativo.
Una buena intención por parte de los legisladores del PRI que tal vez no les sirva mucho. Los opositores, como dicen los cronistas deportivos, ``van por todo'' y los priístas no tienen manera de detenerlos en la Cámara de Diputados. Mientras se mantenga la unidad interna del bloque opositor, los diputados del tricolor perderán todas las elecciones.
Esto será particularmente importante al decidirse los cambios en la conducción de la propia Cámara de Diputados y luego cuando éstos se plasmen en la nueva Ley Orgánica y en los dos reglamentos de las cámaras que integran el Congreso de la Unión.
El único instrumento de que dispondrán los priístas para contener a las oposiciones en sus intentos de cambios radicales será la Cámara de Senadores, en donde todavía los tricolores son mayoría absoluta. Hace pocos años, cuando el PRI dominaba en ambas cámaras, el Senado ``congeló'' un proyecto de reformas a la Ley Orgánica aprobadas ya por sus compañeros diputados. En adelante los senadores priístas tendrán más motivos para atajar los cambios que no les convengan.
Esto anticipa una lucha entre las dos cámaras, un hecho inédito en México.
Por lo pronto, el presidente Zedillo se encontrará hoy ante un escenario novedoso y no sólo por la hora en que deberá empezar a hablar ante el Poder Legislativo, sino que habrá que ver las sorpresas que le tengan guardadas.