La Jornada 3 de septiembre de 1997

FLORES EN MEMORIA DE LADY DI

Afp, Ap, Reuter y Efe, Londres, 2 de septiembre Ť Mientras miles de británicos y personas de todo el mundo hacían cola para rendir tributo a Diana Spencer en el palacio de Saint James, el gobierno británico rechazó las declaraciones del líder libio Moammar Kadafi, según las cuales agentes británicos y franceses están detrás de la muerte de la popular ex princesa de Gales.

``Estamos al corriente de las acusaciones absurdas y desagradables hechas por el coronel Kadafi'', señaló un portavoz de la cancillería, quien añadió que se enviará una nota de protesta a Trípoli.

La víspera, el líder libio declaró a la televisión de su país que el accidente automovilístico, ``antiárabe y antislámico'' fue planeado por los servicios secretos de Francia y el Reino Unido, ``por lo que estas dos naciones ya no pueden acusar a otros estados de implicación en el terrorismo''.

También un diario oficial de Irak acusó al servicio secreto británico de haber asesinado a Diana ``por haber hecho campaña contra las minas antipersonales'', mientras las teorías sobre una conspiración continuaron inundando hoy la red mundial Internet.

Desde una conspiración de la familia real británica que no podía soportar la popularidad de Diana hasta una operación pagada por los fabricantes de minas o por quienes se oponían al idilio de una princesa cristiana con un musulmán; incluso se sugiere que fue asesinada en un cementerio de automóviles y después colocada en los restos del vehículo, y hay quien dice que no murió sino que orquestó una simulación para vivir en el anonimato.

En tanto, el líder del Sinn Fein irlandés, Gerry Adams, y el gobierno peruano expresaron sus condolencias, uniéndose así a las expresiones de simpatía de varios gobiernos y personajes hacia la princesa, mientras el Congreso guatemalteco guardó un minuto de silencio en su memoria.

``Como individuos apreciamos el trabajo de Diana y la compasión que durante años mostró por los marginados'', dijo en Nueva York Gerry Adams, quien negó que el Ejército Republicano Irlandés hubiese planeado asesinar a los príncipes de Gales.

También continuaba la polémica sobre los paparazzi: el diario estadunidense Globe se unió a los tabloides que decidieron no publicar fotos de quienes persiguieron a Diana, mientras el director del festival de fotoperiodismo de Perpiñán, Francois Leroy, advirtió contra un ``linchamiento de fotógrafos'' y dijo que el ``verdadero problema es la jerarquía de la información''.

Los siete fotógrafos investigados por el asunto recibieron, por otra parte, un inesperado apoyo de la actriz francesa Catherine Deneuve, quien dijo que ellos son sólo ``los perros de la guerra'' al servicio de los barones de la prensa.

Paralelamente, varios expertos aseguraron hoy que Diana se hubiera podido salvar si hubiera tenido puesto el cinturón de seguridad; la prensa dijo que la princesa y su acompañante, Dodi al Fayed, no lo llevaban puesto.

En Estados Unidos, el grupo de control de peso Weight Watchers detuvo una campaña en la cual la duquesa de York, ex cuñada de la princesa, dice que bajar de peso es ``más difícil que huir de los paparazzi''.

En Londres, el palacio de Buckingham ordenó un minuto de silencio después del servicio fúnebre que se celebrará el sábado en la abadía de Wesminster, al que acudirán Hillary Clinton y el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y que Scotland Yard espera que reúna a medio millón de personas.

El cadáver de Diana, en tanto, permanece en la capilla privada de Saint James, a donde no puede entrar el público, que sí puede firmar los libros de condolencias. En un esfuerzo por responder a la multitudinaria expresión de afecto, la familia real anunció la creación de un Fondo Diana, Princesa de Gales, destinado a ayudar a las causas preferidas de la princesa del pueblo.