La Jornada 8 de septiembre de 1997

RIO DE PROTESTAS EN BRASIL

Ansa, Ap, Efe y Reuter, Sao Paulo, 7 de septiembre Ť La Iglesia católica brasileña criticó hoy duramente al gobierno de Fernando Henrique Cardoso, al que acusó de salvar a ``los banqueros y la moneda'', en el marco de una protesta contra la política económica oficial efectuada por decenas de miles de personas en las principales ciudades del país.

El arzobispo auxiliar de Sao Paulo, Angelico Bernardino, cuestionó a la administración de Cardoso ante unas 150 mil personas que participaron en la manifestación, que puso fin al acto central de protesta del Grito de los Excluidos, en la localidad paulista de Aparecida, 170 kiló- metros al noreste de esta ciudad.

``La tierra dada por Dios para todos fue apropiada por unos pocos que la volvieron objeto de negocio'', dijo monseñor Bernardino durante su homilía en la misa que coronó la protesta contra el plan económico neoliberal de Cardoso, organizada por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, el Movimiento de campesinos Sin Tierra (MST) y la Central Unica de Trabajadores (CUT).

Ante una multitud que hizo sonar silbatos y elevó tarjetas rojas para expulsar al ``hambre, el desempleo y todo lo que promueve la exclusión'', el prelado acusó al gobierno de ``dejar para el segundo plano el diálogo con los sindicatos y los movimientos populares para someterse al poder Legislativo, en gran parte divorciado del bien común''.

La de hoy fue la crítica más dura de la Iglesia contra el gobierno de Cardoso, al que Bernardino también acusó por ``la compra y venta de votos, entre otros actos espurios''.

``Queremos decirles a los oídos sordos, reventados de tanto escuchar mentiras oficiales, promesas engañosas y datos estadísticos fabricados, que se abran a la verdad de la participación'', dijo el arzobispo auxiliar paulista, quien aseguró que ``en Brasil, la justicia continúa al servicio de los ricos y poderosos''.

Las protestas ocurrieron mientras el presidente Cardoso asistía en Brasilia a un desfile militar en conmemoración del 175 aniversario del Día de la Independencia. Mientras el jefe de Estado pasaba revista a las tropas, miles de campesinos sin tierra, desempleados y sin hogar que participaban en el Grito de los Excluidos colmaron la Explanada de los Ministerios, donde tuvo lugar la versión capitalina de la protesta, y rindieron homenaje al cacique de la etnia pataxó Galdino dos Santos, quemado vivo en abril pasado en Brasilia por un grupo de jóvenes de familias de clase media alta.

Cardoso presidió luego un acto con decenas de niños que participan en programas sociales contra el trabajo infantil y defendió el Plan Real de estabilización, que desde su lanzamiento en 1994 logró reducir la inflación de un 50 por ciento a menos del uno por ciento mensual.

``Brasil tiene que crecer en forma continuada y sustentable para poder generar riquezas y empleo'', dijo el mandatario socialdemócrata, quien aseguró continuar ``luchando por reducir las desigualdades sociales''.

El Grito de los Excluidos, que reunió este año a unas 250 mil personas según medios de prensa, se escuchó también en otras capitales de estados brasileños, como Vitoria, Porto Alegre, Maceió y Curitiba, ciudad donde la protesta congregó más público que el desfile militar.

En Río de Janeiro, la protesta tuvo lugar en diferentes escenarios por la división de sus organizadores, y mientras unos 2 mil fieles católicos se manifestaron en la capital carioca, otros dos mil seguidores de la CUT y el MST realizaron un acto en la vecina ciudad de Niteroi.

En Belo Horizonte, la protesta reunió a unas 20 mil personas, mientras que en Recife congregó a otras 3 mil, que rindieron homenaje a grandes luchadores sociales desaparecidos este año, como el antropólogo Darcy Ribeiro y el sociólogo Hebert de Souza, conocido popularmente como Betinho.