La Jornada 11 de septiembre de 1997

Reabrirán casos de violaciones en el psiquiátrico Sáyago

El director y el administrador del Hospital Psiquiátrico José Sáyago, Leopoldo Castillo y Eduardo Suárez, fueron ``reubicados'' como parte de un proceso que culminará el primero de octubre, cuando serán destituidos debido a las denuncias de abuso sexual cometido contra tres pacientes del nosocomio y la presión realizada por el Comité Ciudadano de Apoyo, que ayer protagonizó un mitin en el lugar.

Rosa María Martínez, Susana y Nayeli Arcos Guerrero fueron violadas, las dos primeras por un trabajador de ese hospital, Fernando Victoria. En tanto a Nayeli, de 17 años, la ultrajó Armando Herrera, empleado de limpieza de ese lugar.


La movilización frente al Hospital Psiquiátrico
José Sáyago en protesta por dos pacientes
violadas.
Foto: María Luisa Severiano

El director del Instituto de Salud del estado de México, Gustavo Barrera Echeverri, se comprometió a reabrir las averiguaciones que se encuentran en el Ministerio Público y ofreció todas las garantías para que el comité de apoyo continúe con el trabajo que ha realizado al respecto.

Virginia González Torres, presidenta del Comité Ciudadano de Apoyo, informó que hay más de 300 enfermas que viven en condiciones infrahumanas. ``Andan descalzas, la alimentación es deficiente, su ropa está desaseada y en sus pabellones no hay higiene'', aun cuando se constató que en el hospital ``hay un almacén con bastante ropa y cobertores'', dijo.

Testimonios, amenazas, carpetazos

Rosa María Martínez tiene aproximadamente 40 años. Llegó a este hospital en 1991 y aunque hace 24 meses fue violada por Fernando Victoria, el acta levantada en el Ministerio Público fue ``archivada''. La semana pasada, cuando sus familiares llegaron a visitarla como todos los domingos, se encontraron con que no podían verla, debido a que ya se había dado a conocer de manera pública la agresión sexual que sufrió la interna.

Funcionarios del hospital les impidieron la entrada con el argumento de que todo estaba bien. Pero la insistencia de los familiares logró que pudieran entrar. Ya en el interior fueron revisados minuciosamente y amenazados, y aunque la paciente estaba sedada pudo reconocer a su hija.

Dentro del nosocomio la tensión es palpable al mismo tiempo que fluyen a cuentagotas los testimonios de internas. Una integrante del comité señala que el mismo Fernando Victoria violó a otra paciente de nombre Susana.

La reacción de las internas es de algarabía cuando se percatan de la presencia de ``sus amigas'', que se logró gracias a la presión del comité y de la prensa, que vencieron las reticencias de Gustavo Barrera Echeverri, director general del Instituto de Salud mexiquense.

Los besos y los abrazos de las internas vienen acompañados de risas y lágrimas. Nayeli Arcos dice que tiene 14 años, aunque los doctores afirman que son 17. Camina descalza, con un suéter roto y la cara rasguñada. Al preguntársele cómo está sólo ríe y canta Las Mañanitas.

Las demás pacientes, sin comprender qué pasa, unas bailando y otras acostadas en el césped, sólo miran a la comitiva que acompañada de funcionarios del hospital ``muestra'' cómo ``todos están trabajando en orden''.

En el pabellón uno hay 50 camas, ``limpias y ordenadas'', aunque en algunas de ellas hay manchas de sangre y las pacientes se animan a hablar. Pompeya, una mujer de aproximadamente 60 años, carga todas sus pertenencias en una cubeta. Cree que la enfermera le quitó su cómoda, pero muestra alegría y canta una melodía ranchera. Ella tiene 17 años en el lugar, dice que la trajeron del hospital Fray Bernardino porque la iban a ``rehabilitar''.

González Torres explica que el comité persigue la dignificación del enfermo mental y exige justica ante las violaciones y el maltrato que sufren las pacientes, que ``están en completo estado de indefensión''. Por eso hacen un llamado a la sociedad civil para que apoyen ``un cambio en el actual sistema por uno de rehabilitación psicosocial, que consiste en estancias cortas y programas comunitarios''.

Por su parte, Barrera Echeverri se comprometió a dar curso a la denuncia que se encuentra desde1995 en el Ministerio Público e indagar los otros dos casos. Aceptó separar de su puesto al trabajador en tanto haya una resolución por parte de las autoridades. (Alejandra Parra.)