La Jornada 11 de septiembre de 1997

Persisten muchos efectos de la crisis, acepta Ortiz

Antonio Castellanos y Andrea Becerril Ť Los partidos representados en el Senado, incluido el Revolucionario Institucional (PRI), cuestionaron ayer severamente la política económica del gobierno federal. ``Su política no nos convence, porque está destinada a favorecer a poderosos en contra de los pobres de México'', dijo el perredista Héctor Sánchez al secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, casi al final de la comparecencia del funcionario.

``Nos angustia el difícil repunte del salario, que hacen extremadamente controvertibles para muchos las medidas de política económica adoptadas'', expresó el priísta Rodolfo Becerril Straffon. Añadió que ningún programa de rescate a los deudores ha resuelto el problema de la cartera vencida.

En ese ambiente, Ortiz se mostró apenado por no convencer en algunas de sus respuestas, reconoció que no se han superado muchos de los problemas que se originaron con la crisis ni mucho menos otros que venían de antes. ``Tenemos rezagos muy importantes desde antes y del pasado'', pero negó que la estrategia gubernamental haya sido electorera.

El funcionario defendió la política oficial e informó que ninguna partida presupuestal será utilizada en el programa de rescate carretero sino hasta el año 2003, y esto ``sólo en el caso de que no funcione el fideicomiso''. Aceptó que hubo irregularidades en los proyectos de construcción de las vías concesionadas.

Asimismo, el titular de la SHCP reveló que las pérdidas del sistema bancario ``vienen sobre todo de malos créditos, de empréstitos que se dieron y finalmente no se cobraron porque fueron fraudulentos u otorgados de manera irresponsable. Hay grandes deudores que se han aprovechado de la circunstancia para no pagar''.

Desde el principio de la comparecencia de Ortiz en el recinto de Xicoténcatl las críticas fueron directas a los programas de rescate carretero y al de los banqueros. Los legisladores del PRI, Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) coincidieron en que los avances macroeconómicos no se han reflejado en la mejoría de los niveles de vida de las mayorías. Los dos últimos insistieron en disminuir el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

En su primera intervención, el secretario de Hacienda expuso que, ``sin ánimo de triunfalismo, se puede afirmar que la estrategia adoptada con el trabajo y esfuerzo de todos ha arrojado resultados satisfactorios, no sólo en términos de las metas planteadas, sino que se han superado los pronósticos en los renglones más relevantes''.

Más adelante, sin embargo, reconoció que la más alentadora evolución de la actividad económica no se ha reflejado con plenitud en la situación particular de muchos mexicanos y de sus familias. ``Los salarios de los trabajadores y los ingresos de las familias --admitió-- no han recuperado los niveles que tenían antes de la crisis''.

Ortiz manifestó que ``la senda del crecimiento no ha sido fácil y no ha estado exenta de sacrificios. Hoy entendemos que en la vía para la recuperación de la economía no hay atajos ni caminos llanos. Sólo redoblando esfuerzos y manteniendo el rumbo mantendremos los resultados''.

El próximo gobierno, ¿de oposición?

Cada partido fijó su posición frente a la política económica del gobierno. En su turno, el perredista Ernesto Navarro criticó la dependencia de México respecto del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, y pidió revisar los subsidios otorgados a los bancos y a concesionarios de autopistas, así como la política fiscal que calificó de inequitativa.

Es difícil entender, dijo, una recuperación macroeconómica que no se refleja en la mejoría de millones de mexicanos que viven en condiciones de extrema pobreza. Propuso una disminución gradual del IVA hasta llegar a 10 por ciento en bienes de consumo popular generalizado, y en cero por ciento en gas, electricidad y diesel.

El segundo en subir a tribuna fue el senador panista Arturo Nava Bolaños, quien coincidió con el perredista y pidió ``que no haya sectores privilegiados a costa del hambre y la desesperación de millones de mexicanos''. Planteó igualmente revisar el nuevo sistema de pensiones y las Afore.

Rodolfo Becerril Straffon, del PRI, se sumó a los cuestionamientos. Primero hizo un reconocimiento a los logros alcanzados, pero luego pasó a formular críticas que superaron las hechas por la oposición.

Le preguntó al secretario de Hacienda cómo se podría terminar ``con los horrores que sufren los marginados en las zonas urbanas, cuando ni siquiera hemos podido resolver el problema de las familias que aún participan en el mercado''.

Aludió al pesimismo generalizado de la población, que está segura de que la pobreza ha aumentado, la distribución de la riqueza es muy injusta y no se progresa lo suficiente.

Preocupa a la bancada priísta en el Senado que la entrada de divisas sea más rápida que el incremento de las reservas en el Banco de México. ``Debemos estar alertas respecto a la revaluación del peso frente al dólar'', destacó, y consideró ``desmesurado'' el costo fiscal del programa de rescate carretero, cuyo fracaso ``se debió a la ineficiencia e ineficacia de los concesionarios''.

Ortiz, quien de acuerdo con el reglamento interno del Senado se mantenía en un escaño junto a los coordinadores del PRI y el PAN, Genovevo Figueroa y Gabriel Jiménez Remus, regresó a la tribuna para responder a los reclamos.

Trató de legitimar ese programa que rescata 23 de 52 autopistas concesionadas, pero acabó por aceptar que hubo irregularidades. Reconoció que los ingresos que debían lograrse como resultado de los aforos en las nuevas carreteras no se materializaron. En primer lugar, explicó, hubo un importante sobrecosto en la estima original de la construcción, porque muchas veces no se contó con el proyecto ejecutivo completo, y en otras ocasiones porque se subestimó el pago de los derechos de vía o porque se hicieron obras adicionales.

El funcionario pidió a los senadores no preocuparse por el costo del rescate carretero. Les dijo: ``no habrá un centavo de ninguna partida presupuestal durante 1997 ni durante 1998 ni durante 1999. Será hasta el año 2003 cuando, en su caso, podría dedicarse a completar los ingresos del fideicomiso. En todo caso, las pérdidas fiscales comenzarían a darse hasta ese año''.

Mejor nos tomamos un café

Ortiz resaltó que ``a esta legislatura no se pediría ni un centavo para este programa de rescate carretero'', y esto motivó la réplica del senador blanquiazul Rosendo Villarreal. ``Si estoy alarmado con el rescate de las carreteras, me alarma más saber que fueron licitadas las obras sin la existencia del proyecto completo ni la evaluación financiera. Creo que es un hecho gravísimo para la administración pública'', recalcó.

Luego le reclamó el hecho de diferir la deuda hasta el año 2003. Es como decirle al próximo gobierno, ``a lo mejor, como es de oposición, pues ahí te van los costos''. La expresión provocó la risa general de los senadores.

Hasta ahí todo iba bien para el doctor Ortiz. Su equipo --el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Martin Werner; el presidente del Servicio de Administración Tributaria, Tomás Ruiz; el procurador fiscal de la federación, Ismael Gómez Gordillo; el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Pedro Zamora, y los voceros, Alejandro Valenzuela y Luis Mario Aguilar y Maya-- le pasaban de vez en cuando alguna tarjeta informativa.

Pero nada pudieron hacer cuando Héctor Sánchez, el coordinador de los senadores del PRD, le refutó todas sus respuestas y le planteó que así como se insiste en salvar a empresarios y banqueros, se debe pensar en un programa de rescate a los pobres.

Con cifras que, apuntó, le proporcionó el secretario de Comunicaciones y Transportes, Sánchez le detalló el gasto total del rescate carretero que será de 37 mil millones de pesos para el pasivo de los bancos, casi 19 mil millones por el diferencial de intereses que no se pueda cubrir en ese lapso que a lo mejor será en 20 años, y pasivos de cuentas por cobrar o por pagar por 22 mil millones a los carreteros.

A la banca se le dieron, añadió el legislador, 25 mil millones de dólares, con lo que ``estamos haciendo una estatización silenciosa y, sin embargo, no la asumimos como tal''. La banca, recalcó Sánchez, ``es un barril sin fondo''.

La larga lista de argumentaciones críticas a los programas de rescate siguió, para rematar con ``no nos convencen sus planteamientos señor secretario. Toda su política está destinada a favorecer a los poderosos y en contra de los pobres''.

Ante la imposibilidad de responder fehacientemente al senador perredista, quien además trató de interpelarlo cuando respondía, Ortiz le propuso ``tomarse luego un cafecito''.

Al final, Ortiz se mostró satisfecho de su comparecencia, en la cual, dijo, hubo más coincidencias que divergencias, lo que permite avanzar hacia la política económica de Estado que surja del consenso entre todas las fuerzas políticas.