La Jornada 11 de septiembre de 1997

Fiscalía especial sobre el caso, exigen vecinos de la Buenos Aires

Alberto Nájar y Bertha Teresa Ramírez Ť Vecinos de la colonia Buenos Aires exigieron al procurador capitalino, Lorenzo Thomas, la creación de una fiscalía especial que investigue la ejecución de tres jóvenes en Tláhuac, la entrega inmediata de un número similar de desaparecidos y, sobre todo, el castigo a los presuntos responsables del triple homicidio.

El pliego petitorio se entregó al funcionario durante una reunión con familiares de las víctimas y una comisión de 10 diputados locales electos del PRD, quienes llegaron a las instalaciones de la PGJDF acompañados de decenas de personas que bloquearon la vialidad en avenida Fray Servando. Los manifestantes fueron replegados por granaderos.

Lorenzo Thomas se comprometió a llevar las investigaciones hasta las últimas consecuencias y castigar a quien resulte responsable, sin proteger a nadie.

El documento, de 10 puntos, incluye una exigencia para que la CDHDF participe activamente en las pesquisas, que las autoridades proporcionen información oportuna y veraz, se garantice la protección y anonimato de los testigos y la reparación del daño para las familias de los occisos. El primer punto es ``la entrega inmediata de los detenidos: Miguel Angel Leal Alonso, Carlos López y Román morales Acevedo''.

La protesta fue de hecho el último acto de una jornada luctuosa para los vecinos de la Buenos Aires, que inició en la madrugada de ayer, durante la identificación de los cadáveres y se prolongó durante el resto del día con la velación de los cuerpos en las vecindades que habitaron.

Daniel Colín Enciso fue velado en la calle, justamente en el sitio donde ocurrió la balacera que indirectamente causó su muerte. Su féretro fue ubicado frente a un altar de la esquina de Doctor Andrade y Doctor Barajas Lozano, bajo la custodia de decenas de jóvenes en actitud amenazante.

Ni una sola lágrima. Sólo miradas torvas de los vigilantes, los mismos que entre ellos comentaban su paga por la venta de una parrilla o unos faros de automóvil, y que ante los periodistas reclamaron justicia o la salida de todas las corporaciones policiacas de la Buenos Aires.

Por lo bajo abundaron las amenazas. ``Al primero que veamos le partimos su madre'', decían, en referencia a los policías que, afirmaron, invaden su territorio. Todo quedó en palabras: a las 16:30 horas se realizó una misa en memoria de Daniel Colín, misma que se dispersó ante el paso de una patrulla.

El luto no alteró las actividades de la colonia, pues la mayoría de los talleres y refaccionarias permanecieron abiertos, aunque esta vez bajo estricta vigilancia de policías judiciales y preventivos.

Tampoco los ladrones descansaron: los reporteros de la revista Epoca Nora Sandoval y Jesús Díaz fueron asaltados en la calle Doctor Alvear, a unos metros de la vecindad donde se velaba a Juan Carlos Romero Peralta. Tras el robo, los asaltantes se refugiaron en el inmueble.

Y en medio de todo, inconformidad y coraje de los vecinos que aprovecharon cualquier momento para defender la honra de su colonia. ``Aquí nadie roba'', dijo a los reporteros una mujer que asistía al velorio de Daniel Colín. ``Eso son mentiras que ustedes inventan''.