La Jornada 17 de septiembre de 1997

En Campeche, ni asomo de diálogo luego de una tensa toma de posesión

Roberto Garduño E., enviado, y Lorenzo Chim, corresponsal, Campeche, Camp., 15 de septiembre Ť En medio de la impugnación perredista y de los vítores priístas Antonio González Curi tomó posesión del gobierno del estado.

Este lunes hubo dos concentraciones que presentaron argumentos opuestos. Contrario a los augurios de posibles enfrentamientos, las dos manifestaciones se mantuvieron alejadas razonablemente una de otra.

En medio de ambas se levantó la muralla de hierro formada por una hilera de camiones de volteo sobre cuyos toldos vigilaban decenas de granaderos equipados con lanzagranadas lacrimógenas, que Jorge Salomón Azar García ordenó colocar para ``separar'' a los perredistas del palacio de gobierno una madrugada antes.

Desde temprana hora llegaron a la plaza principal de este lugar decenas de efectivos de seguridad pública y de la Policía Judicial armados con toletes y banderas con gruesas astas de ciricote, que por órdenes expresas se colocaron frente a la manifestación perredista. Del pecho de todos esos hombres colgaban botones con las iniciales del ahora gobernador.

Antes de las 10 horas, las 12 torres con bocinas que colocó el sonido Borges por encargo del PRI estatal, ya funcionaban a todo volumen. Ese despliegue acallaba los gritos y cantos de las mujeres seguidoras de Layda Sansores. En poco tiempo los perredistas se sobrepusieron y conectaron más bocinas en dirección del templete donde González Curi tomaría la protesta reglamentaria.

Fue la presidenta del Congreso, la diputada Margarita Alfaro, quien declaró abierta la sesión de toma de protesta, mientras los invitados especiales, Mario Villanueva, Rafael Rodríguez Barrera, Abelardo Carrillo Zavala, Eugenio Echeverría Castellot, Carlos Sales Gutiérrez, el obispo de Campeche José Luis Amezcua, José Trinidad Lanz Cárdenas, se saludaban en medio de las miradas de cientos de campesinos, colonos y pescadores pobres del estado.

A las 10:15, González Curi comenzó un largo discurso que se extendió 45 minutos ante unos 6 mil priístas. Se escucharon reclamos y acusaciones de ambos lados. De los perredistas, la solicitud, el reclamo de que no aceptara el cargo, del otro, el propio investido arremetía contra la familia Sansores Sanromán, con dedicatoria especial a Layda:

``Solo una persona mezquina, auténticamente perturbada, ajena a Campeche, sin ninguna autoridad moral, sin legitimidad puede proponerse utilizar su posición ilegítima para vulnerar la confianza en las autoridades y para afectar la gobernabilidad.

``Nadie tiene fuero ni razón suficiente para obstaculizar la marcha de nuestro pueblo... ningún grupo o individuo tiene razones para actuar irresponsablemente, sin tomar en cuenta el impacto político, económico y social de sus acciones''.

En eso aumentó el sonido de las bocinas perredistas. En la línea divisoria, del lado de la ceremonia oficial, un grupo de golpeadores, palos en mano, gritaban a las mujeres del PRD: ``¡órale, que ganó el pinche González Curi!''. La respuesta de las señoras que blandían cacerolas fue la siguiente: ``chamacos cabrones, por eso están panzones y ladrones, ustedes son lo sque nos asaltan en la noche''.

Sobre el templete, Salomón Azar reía divertido por la defenestración de sus adversarios sansoristas y por los reclamos que a menos de cien metros vertían contra él los perredistas: ¡Salomón, ladrón, por eso estás pelón... Corrupto, corrupto, corrupto...!

González Curi, elevando el tono de su voz adujo que el pasado 6 de julio los campechanos votaron por el cambio conducido con responsabilidad, y la ciudadanía optó por respaldar el proyecto integral que se comprometió a dirigir para promover un gobierno con rostro humano, pero alertó sobre los males que se ciernen sobre el estado.

``El malestar que deriva de la pobreza es un riesgo para la convivencia social; nuestros valores y tradiciones están siendo afectados por estilos de vida ajenos a nuestra idiosincrasia. El enfrentamiento político y la desunión han sido obstáculos constantes que nos han impedido prosperar. Para llegar a fondo de nuestros complejos retos y resolverlos es preciso enfrentarlos unidos. Para trasformar el estado y construir la nueva grandeza de Campeche necesitamos reafirmar entre nosotros la fraternidad''.

Al tiempo que pronunció esas palabras, llegó Layda Sansores al mitin del PRD acompañada de Amalia García. La senadora con licencia expuso ante unos 2 mil seguidores las razones del movimiento de resistencia civil en su estado. Dijo que su lucha continuará sin ceder la dignidad del pueblo. Que los ciudadanos que se integraron a esas acciones ``responderán'' a González Curi con trabajo y disciplina.

``Dejaremos de pagar impuestos, el agua y la luz, porque el pueblo no está obligado a mantener a un gobierno corrupto''.

Fue Amalia García quien despertó entre los perredistas la mayor ovación, cuando aseguró que en un corto tiempo las circunstancias y la presión política obligarán a Antonio González Curi a abandonar el cargo de gobernador. ``Estamos seguros de que vamos a triunfar, y muy pronto aquí se va a convocar a nuevas elecciones'', señaló la senadora electa.

Gargantas contra bocinas

A las 23 horas, el grito unánime de 5 mil perredistas ahogaron la voz de Antonio González Curi que con esfuerzo evocaba las palabras de Miguel Hidalgo en 1810: ``Curi, entiende, el pueblo no te quiere. Curi, entiende, el pueblo no te quiere...'', 23 veces se repitió aquel griterío.

Apenas se alcanzaron a escuchar las campanadas que hizo el nuevo gobernador de Campeche, se impuso el ruidero de los perredistas, que lo obligaron a permanecer sólo cinco minutos en el balcón para observar los juegos pirotécnicos desplegados para tan especial ocasión: su primer acto público tras ser investido.

En la explanada del hotel Baluartes campearon la alegría y el barullo de miles de mujeres y hombres que acudieron a esa plaza dividida --la de la República-- para dar el grito de Dolores. Al otro costado, la media plancha lucía también llena, pero desanimada, ``esos no traen espíritu, se los compró Salomón Azar'', se burlaban los del PRD.

Layda Sansores dio el grito y tocó la campana que pendía sobre una torre para colocar bocinas. Antes su hija, también de nombre Layda, dirigió un violento e inusual discurso contra el gobernador de origen priísta; habló de su hermano y de sus hijos.


Lorenzo Chim, corresponsal, y Roberto Garduño E., enviado, Campeche, Camp., 16 de septiembre Ť Vano resultó el mensaje personal que envió Antonio González Curi a la perredista Amalia García para sentarse a dialogar y de esa manera avanzar hacia una solución del conflicto poselectoral en la entidad.

En el salón Gobernadores del palacio de gobierno, el impugnado priísta dio a conocer los nombres de sus principales colaboradores, y también ordenó al coordinador de seguridad pública que se levantara el bloqueo que la policía instaló para obstaculizar a los perredistas que desde hace una semana comenzaron un movimiento de resistencia civil pacífica.

En cuanto movieron los camiones de volteo que formaban una ``muralla'' alrededor de la sede del Ejecutivo estatal, mujeres y hombres perredistas que se encontraban en el estacionamiento del hotel Baluartes, de nuevo se apostaron en la recién desocupada Plaza de la Revolución. Momentos después llegaron al lugar Layda Sansores y Amalia García.

Tras enterarse, González Curi envió a uno de sus ayudantes para buscar a Amalia García, preguntó por ella y la localizó:

--¡Señora, señora diputada (sic), dice el gobernador que la espera en la planta baja del palacio para dialogar con usted, que vaya por favor! --explicó el hombre.

--Dígale que yo no soy la indicada para hablar con él, eso lo debe tratar con Jesús Ortega, el secretario general de mi partido, yo no voy a hablar con él --repuso la senadora electa.

--Pero... --quiso insistir el enviado.

--¡Dígale, dígale...! --recomendó la perredista.

El mensajero se acercó a González Curi y le explicó al oído el contenido de la respuesta. El gobernador movió la cabeza y terminante le dijo a su nuevo jefe de policía: ``quiero que retiren toda la vigilancia de las calles, quiero que se pueda transitar''. Y después hizo como que se dirigía a su oficina, pero en lugar de subir las escaleras torció a su derecha y caminó hasta el cordón de policías que separan a los perredistas del edificio público.

Ante la sorpresa de todos, el gobernador se colocó frente a Layda Sansores, quien al darse cuenta de la presencia de éste acompañó a sus seguidores que gritaban con furia: ``Curi, entiende, el pueblo no te quiere. Curi, entiende, el pueblo no te quiere...''.

No hubo el menor asomo de diálogo, los perredistas reprobaron con fuertes consignas la presencia de González Curi, y éste sólo los saludó y observó. Mientras los policías armados con escudos protectores, toletes y lanzagranadas de gas lacrimógeno estaban expectantes, los perredistas aguantaron y no se movieron de sus lugares. Respetaron la decisión de proseguir allí en paz.

Como llegó, entre la sorpresa, también se fue el gobernador, en ese momento Layda Sansores arremetió contra éste. Dijo que su cortísima estancia de unos minutos antes había sido una provocación y advirtió que el movimiento de resistencia civil pacífica se mantendrá el tiempo que sea necesario.

También anunció que el domingo próximo llegará a Campeche Cuauhtémoc Cárdenas, quien encabezará un acto de apoyo a su movimiento pacífico.

Antes González Curi dijo en conferencia de prensa que las puertas del palacio de gobierno están abiertas a Layda Sansores para el momento en que decida dialogar, ``porque mi administración no será excluyente y se caracterizará por el respeto a todas las posiciones políticas''.