La Jornada 17 de septiembre de 1997

Solución en Chiapas, pero sin provocar división: Chuayffet

José Antonio Román y Jesús Aranda Ť La solución al conflicto de Chiapas no puede ir en contra de la unidad y de la cohesión del país, afirmó el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, y agregó que ``no hay lugar para imponer visiones unilaterales de México, pero tampoco lo hay para dilapidar nuestras energías en el debate sin acuerdos''.

Orador único en la ceremonia del 187 aniversario de la Independencia, ante el presidente Ernesto Zedillo y el gabinete en pleno, el responsable de la política interior del país destacó que los nuestros ``no son tiempos explosivos, como los de Hidalgo'', tampoco deben serlo de inercias, temores, vacilaciones o encono.

Tres de las 12 cuartillas de su discurso, en el acto realizado a un costado del Angel de la Independencia, fueron destinadas al conflicto chiapaneco. En referencia a la presencia de la delegación zapatista en el Distrito Federal, el funcionario dijo que la capital del país ha sido en estos días testimonio inequívoco del respeto a la libertad y de la voluntad para allanar cualquier obstáculo para lograr la paz.

Asimismo pidió discutir abiertamente las discrepancias en torno a la Ley de Derechos y Cultura Indígenas, con el ánimo franco de superarlas. Nuestra diversidad política debe enriquecer nuestro examen y nuestras opciones, pero no hay lugar para imponer visiones unilaterales de México, ni tampoco para dilapidar energía en el debate sin acuerdo, insistió el secretario Chuayffet.

Prioritario, el reconocimiento a derechos y cultura indígenas

Reiteró enseguida el deseo gubernamental de reiniciar el diálogo de paz, pues el reconocimiento a los derechos y a las culturas de los pueblos indios es ``prioritario''. Todos compartimos --añadió-- la voluntad de resolver viejos rezagos, superar desigualdades y dar mayor vigor al carácter pluricultural de la nación. ``Pero no se trata de regresar al pasado precolonial o colonial, sino de hacer que la realidad y el reclamo de justicia converjan no sólo en la norma, sino en los hechos''.

Dijo que a través de una acción social sin precedente en el estado de Chiapas, el gobierno federal sigue trabajando por la paz, la justicia y la dignidad. ``Con la máxima flexibilidad, pero también con la máxima responsabilidad, el gobierno quiere reanudar el diálogo, consolidar las coincidencias y resolver las diferencias''.

Chuayffet Chemor planteó que el deber de la presente generación de mexicanos es abrir cauces para el mañana. Moderar el abismo que separa la pobreza y la riqueza sigue siendo un sentimiento de la nación entera. De ahí que la obra de la Independencia permanezca inacabada mientras no sea real el bienestar para cada mexicano.

Emanciparnos de la marginación es el propósito común, es el objetivo que nutre a la política social del gobierno de la República y el que debe servir para construir una política para el crecimiento económico que permita, a su vez, mantener e impulsar el desarrollo social, dijo durante la ceremonia que antecedió al desfile militar.

Al inicio de su discurso, Chuayffet recordó a Hidalgo, Allende, Aldama, Rayón, Morelos y Guerrero; señaló que la consumación de la Independencia significó el jubilo de la reconciliación y la esperanza de la verdadera prosperidad, pero el consenso resultó precario y las divisiones desgarraron a la nueva sociedad. ``Fuimos de tragedia en tragedia, replegados en luchas intestinas, erráticos en la percepción de la realidad e impotentes para consolidar las ideas germinales del movimiento de 1810'', expresó.

La generación de la Reforma consolidó al Estado y dio al país su segunda Independencia. Hoy, el mundo está frente a la globalización, que significa interdependencia y requiere cooperación, como en el caso de las acciones en favor de la ecología y los derechos humanos, o en contra del narcotráfico y la desigualdad.

``El nuevo orden mundial no puede fincarse ni en el intervencionismo ni en la supeditación, porque resultaría injusto y, consecuentemente, precario'', señaló el secretario de Gobernación, quien citó también los comicios del pasado 6 de julio, los cuales --dijo-- acreditaron la vía política-electoral como un mecanismo confiable de transformación y cambio.

``Vivimos la normalidad democrática, nos alejamos del poder concentrado y vertical; estamos instaurando relaciones más representativas y abiertas entre el Estado y la sociedad; la participación ciudadana no sólo legitima al poder, sino que le da mayor estabilidad y eficacia''.

Sin embargo, reconoció que todavía no se ha saldado la vieja querella abierta en 1824. Entonces el federalismo triunfó en el plano de las ideas y de los textos, pero el centralismo en el de los hechos.

Para el final de la ceremonia cívica, realizada siempre bajo un cielo nublado, el presidente Ernesto Zedillo premió a los ganadores de los concursos de Interpretación del Himno Nacional y de Expresión literaria sobre los símbolos patrios, en sus géneros de poesía, narrativa y ensayo.

La ceremonia concluyó con la colocación de una ofrenda floral al pie de la columna de la Independencia por parte del presidente Zedillo y todo su gabinete. Por cierto, en esta ocasión el titular de la Aseguradora Hidalgo, Humberto Roque Villanueva, tuvo un lugar en el presidium.

El ex dirigente del PRI también estuvo, más tarde, en Palacio Nacional donde presenció la parada militar.