Los Zapatistas recibimos una lección: Marcos
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México
17 de septiembre de 1997.
Al pueblo de México.
Hermanos y Hermanas:
Queremos despedirnos de todos.
Queremos hacernos memoria de todo lo que ha pasado.
Queremos recordar a todos los Méxicos que nos han acompañado en esta marcha.
Porque esta no fue la marcha de los zapatistas.
Tampoco fue la marcha de los indígenas.
Fue la marcha de todos.
Fue la marcha de todos los Méxicos.
Queremos recordar y saludar a los hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena, y, especialmente, a todos los indígenas que en los pueblos y caminos que recorrimos hicieron suya esta marcha y nos apoyaron con sus voces, con sus pasos, con sus alimentos, con sus casas, con su aliento.
Queremos recordar y saludar a los hermanos y hermanas de las organizaciones sociales y políticas que nos ayudaron a organizar esta marcha, que nos dieron hospedaje y que pusieron su esfuerzo y trabajo para que todo saliera bien.
Queremos recordar y saludar de nuevo a la ciudad de México por habernos hecho un espacio para la voz de los indígenas.
Queremos recordar y saludar de manera muy especial a la sociedad civil.
Queremos que nuestro corazón les hable a todos y todas los que son sociedad civil.
Recordemos y saludemos a los niños y niñas de México.
Recordemos y saludemos a los que, como esa niña que estuvo juntando dinero en su secundaria para poder pagar los camiones en los que llegamos hasta acá, nos apoyaron con su tamaño y corazón.
Recordemos y saludemos a los niños que en cualquier parte de nuestro país esperan y merecen un México mejor.
Recordemos y saludemos a las mujeres mexicanas.
Recordemos y saludemos a las que, como esa señora que cocinó para nosotros o esa que nos regaló alimento o ropa o esa que aportó dinero de su sueldo o del gasto de su familia o esa que en su escuela o en el trabajo estuvo con nosotros, se sumaron al grito de ``nunca más un México sin nosotros y sin nosotras''.
Recordemos y saludemos a las mujeres de todas las edades, de todas las clases sociales, de todos los colores, que se hicieron parte del México que todos soñamos.
Recordemos y saludemos a los jóvenes de México.
Recordemos y saludemos a los jóvenes como ese trabajador que estuvo boteando en su fábrica para conseguir dinero para la marcha, como los jóvenes, obreros, estudiantes, chavos banda, artistas, empleados, choferes, rockeros, albañiles, barrenderos, vendedores ambulantes, colonos y profesionistas.
Recordemos y saludemos a los jóvenes de todas partes que trabajaron, caminaron y aportaron en esta movilización, y que la tomaron como bandera.
Recordemos y saludemos a los ancianos de este país.
Recordemos y saludemos a los que, como nosotros, saben que la memoria es vida y que cuidar la vida es cuidar la memoria.
Recordemos y saludemos a los grupos de homosexuales y lesbianas.
Recordemos y saludemos a los que comparten la lucha contra el racismo, la intolerancia y la exclusión.
Recordemos y saludemos a los ciudadanos de otras naciones.
Recordemos y saludemos a los que nos acompañaron con su corazón y supieron tender el puente que une por encima de nacionalidades y fronteras.
Hermanos y Hermanas:
Esta gran marcha por un México para todos los Méxicos se convirtió en un mensaje, en muchos mensajes.
Esta marcha se hizo como si cada paso fuera una carta para alguien, como si fuera un mensaje para cada uno.
Muchos pasos tuvo esta marcha y muchos son los mensajes para muchos.
Cada quien sabrá leer el mensaje que le toca y pensará en cómo responder a él.
Nosotros los zapatistas recibimos más que un mensaje.
Los zapatistas recibimos una lección.
Los maestros de esta lección de historia son los trabajadores del campo y de la ciudad, los indígenas, las organizaciones sociales y políticas, los niños, las mujeres, los jóvenes, los ancianos, los homosexuales y lesbianas, todos los mexicanos y mexicanas.
Los alumnos somos otra vez, como en 1994, los zapatistas.
Volvimos a aprender que somos parte de un México donde hay muchos Méxicos.
Volvimos a aprender que lo más importante es hablar y escuchar a los muchos Méxicos que tiene nuestro país.
Volvimos a aprender que no estamos solos y que no podemos hacer como si estuviéramos solos.
Volvimos a aprender que tenemos que unirnos a todos los Méxicos para construir la nación que todos necesitamos y que todos merecemos.
Una nación mejor.
Una nación con democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos.
Hermanos y Hermanas de la sociedad civil:
Desde enero de 1994 hemos escuchado su voz y hemos sentido su cercanía y apoyo.
Seguiremos luchando por hacer inútiles las armas.
Seguiremos buscando los caminos civiles y pacíficos.
No nos dejaremos derrotar por el que nos obliga a tomar las armas.
El gobierno y su partido dicen que son legales y realizan acciones violentas, asesinas, encarcelan y persiguen.
Dicen que nosotros somos ilegales pero nosotros hacemos acciones civiles y pacíficas.
Y seguiremos haciendo todo lo posible porque sean estas acciones civiles y pacíficas, y no la guerra, las que construyan a la paz para los mexicanos.
Hermanos y Hermanas:
Con estas jornadas de movilizaciones populares, nosotros volvimos a aprender que la legitimidad no la da el gobierno.
La legitimidad la da el pueblo y es a él, a ustedes, a quienes debemos dirigirnos.
La paz nueva, la paz con justicia y dignidad, la única paz posible está con ustedes.
Con ustedes la buscaremos y en ustedes la encontraremos.
Hermanos y Hermanas:
Hemos recordado la lección y hemos tomado el apunte para llevar a nuestras comunidades y a nuestros combatientes.
Entendimos su grito de ``no están solos''.
Seguiremos luchando junto a todos por una paz nueva, por una paz con justicia y dignidad.
Seguiremos luchando junto a todos por el reconocimiento a los derechos de los pueblos indios.
Seguiremos luchando junto a todos por que todos los Méxicos de México tengan:
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las montañas del Sureste Mexicano. Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Septiembre de 1997.