El espionaje, ``tan activo como siempre'' en México, asegura
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 17 de septiembre Ť Este jueves la CIA celebrará su 50 aniversario con una ceremonia en la que se otorgarán medallas a 50 pioneros de la ``agencia'' de inteligencia, que hoy honró a 4 mil jubilados; empero, uno de ellos no fue invitado al acto aunque es de los ex agentes más conocidos en el mundo. La decisión no le sorprendió. ``Me duele terriblemente no estar en esa lista'', dice con tono irónico Phillip Agee, ex agente de la CIA y su más famoso crítico. Autor del libro Inside the Company, y a quien durante 17 años se le aconsejó no visitar Estados Unidos.
Agee se encuentra en Alemania, desde donde habló telefónicamente con La Jornada, sobre el aniversario de la CIA y su significado para América Latina.
``El legado de la CIA es un costo humano incalculable... se trata de la gente que fue torturada a muerte y desaparecida o asesinada de alguna u otra forma.... La mayoría de las dictaduras militares de los 60, 70 y 80 en América Latina fueron resultado de operaciones de la CIA, entre ellas Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, República Dominicana y, claro, Haití, para nombrar unos cuantos'', afirma Agee.
Agrega: ``Y ese legado de los 60, 70 y 80 continuará hasta fines de este siglo; es permanente a pesar del número de gobiernos en América Latina que han surgido de procesos electorales, porque todos saben que la represión política continúa bajo los llamados gobiernos democráticos libremente electos''.
El ex espía señala que a pesar de la ``nueva'' relación entre Estados Unidos y América Latina de la posguerra fría, con base en gobiernos democráticamente electos y una cooperación económica más amplia, la CIA mantiene su misión: ``Estados Unidos necesita a la CIA para hacer su tarea en el futuro, como lo hizo en el pasado, porque hay oposición a las políticas estadunidenses en las Américas''.
Agrega que las ``buenas relaciones'' que hoy se elogian entre Estados Unidos y América Latina son las mismas que antes: ``Siempre han existido élites en América Latina que son aliadas de los intereses estadunidenses... lo que antes fueron las oligarquías tradicionales ahora son, en el escenario contemporáneo, las que impulsan el proyecto económico neoliberal''.
La oposición a Estados Unidos en Latinoamérica
Phillip Agee profundiza:
``Hoy día hay una amplia oposición a la política estadunidense en América Latina. Estos (grupos opositores) naturalmente serán objetivos de represión por Estados Unidos al crecer su fuerza. Quien llevará a cabo estos programas de represión será una agencia como la CIA, llámese como quieran. Yo creo que en tanto persista la opresión y que la gente sea explotada de la manera como ha ocurrido en América Latina, y de hecho esta situación es mucho peor ahora que cuando llegué primero (como agente de la CIA) en los 60, surgirá la oposición.
``Y los grupos de oposición, sean partidos comunistas o nacionalistas, o reformistas liberales, aquellos que firmemente se oponen a la política estadunidense serán objeto de subversión del gobierno estadunidense. En el pasado, ésta ha sido la tarea de la CIA y supongo que será su trabajo en el futuro. Nadie está hablando seriamente de abolir la CIA en estos momentos''.
Recuerda que ``durante mi periodo en los 60, nuestros objetivos no sólo eran los movimientos de liberación izquierdistas, o los partidos comunistas que buscaban la ruta electoral al poder, sino también eran los grupos nacionalistas'', y señala el precedente del gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala como ejemplo.
Actualmente, sostiene Agee, la CIA sigue en la crisis de los últimos años, con cinco directores en los pasados siete años.
``El fin de la guerra fría significó el fin de la razón de su existencia. Pero en mi opinión la guerra fría terminó la dimensión del conflicto Oeste-Este, pero no la dimensión Norte-Sur, como lo demuestra la agresión y hostilidad hacia Cuba'', puntualiza el ex agente.
Esta dimensión Norte-Sur ``es la guerra contra el Tercer Mundo''. ¿Por qué? Según Agee, la prosperidad estadunidense depende en gran medida del flujo del capital desde el sur al norte, y la falta de lo anterior provocaría una crisis económica en Estados Unidos.
``Por lo tanto, el mantenimiento de este sistema para Estados Unidos depende de la continuación de esta relación con el Tercer Mundo, particularmente con América Latina. Para poder mantener este sistema, que por su propio carácter es muy inestable, se necesita de una agencia gubernamental que a través de medios secretos pueda apoyar a fuerzas políticas y militares, así como de seguridad, para proporcionar la estabilidad en un ambiente esencialmente inestable por su propia injusticia'', dice.
México, la nación más importante para la agencia
``México siempre fue el país más importante (para la CIA) por su larga frontera con Estados Unidos. Por esa razón la presencia de la CIA en México fue más fuerte y numerosa que en cualquier otro país latinoamericano'', informa Agee, quien estuvo en el vecino país en 1968 entre otros periodos como agente de la agencia (aunque bajo cobertura de agregado cultural).
``La tarea de la CIA en México era monitorear la estabilidad política, lo cual nunca fue un problema dado el monopolio sobre el poder que gozaba el Partido Revolucionario Institucional. También había instalaciones diplomáticas de la Unión Soviética y sus aliados en México y éstos eran objetivos principales de la CIA, para penetrarlos y monitorearlos. Las organizaciones y partidos políticos de izquierda locales también eran objetivos a penetrar. Y la CIA logró establecer en México la sede para algunos de sus proyectos regionales y como sus operaciones en los sindicatos, por ejemplo la ORIT, creada por la CIA''.
Agee añade que ``México era muy importante y la relación entre la CIA y lo más alto de la cúpula del poder mexicano fue considerada prioritaria; hubo una relación entre los 50 y 60 entre la CIA y varios presidentes mexicanos. De esta manera, el jefe de estación de la CIA en la ciudad de México era mucho más importante para la relación bilateral que el propio embajador de Estados Unidos, ya que tenía acceso inmediato y una relación íntima con el presidente del país''.
--¿Y hoy día?
--No cabe duda que la política estadunidense en México es la de mantener estabilidad del sistema político. Eso significa que la CIA estará involucrada en la supresión de los movimientos revolucionarios armados, estará monitoreando las redes de apoyo civiles de estos grupos, estará participando en la capacitación de las fuerzas de seguridad mexicanas, al ofrecerles equipo, consejos, e información para reprimir estos movimientos lo más efectivamente.
También señala Agee que la agencia de espionaje estadunidense está directamente involucrada en la recolección de la información sobre drogas en México.
``Por lo tanto --afirma--, creo que la CIA todavía está tan activa como siempre en México generalmente, y donde existan conflictos de baja intensidad o actividades de contrainsurgencia contra grupos armados como los zapatistas, la CIA probablemente está involucrada muy de de cerca con las fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos en capacitar a unidades contrainsurgentes y en recaudar inteligencia para ellos. Es muy importante tener en cuenta que la CIA está muy vinculada con las redes de capacitación militar y sus instituciones, y revisan a los extranjeros en entrenamiento como posibles reclutas, como agentes clandestinos dentro de esos servicios militares al regresar a sus países de origen. Eso lo hacíamos cuando yo estaba dentro, lo mismo con programas de capacitación para policías''.
Crisis de propósito para la CIA
Desde el fin de la guerra fría, la CIA está en medio de una ``crisis de misión y/o propósito y todos lo saben'', comenta Agee.
``Entonces estas ceremonias sobre el 50 aniversario son un esfuerzo más para proyectar una imagen de una nueva burocracia, de una nueva agencia, la cual ha dejado detrás sus viejos hábitos y que ya no está involucrada en las graves violaciones de los derechos humanos del pasado. Pero no creo que esto sea cierto'', concluyó.