La revista mexicana Chispa, dedicada a la divulgación de ciencia y tecnología para niños, cumple en septiembre 17 años de publicarse ininterrumpidamente. Además del fundador, el ingeniero Guillermo Fernández de la Garza, entre sus iniciadores están Roberto Sayavedra Soto, José Warman Gryl, Guadalupe Zamarrón Garza y Horacio García Fernández, entre otros muchos investigadores mexicanos, algunos de los cuales siguen colaborando en la revista.
Aunque se ha orientado fundamentalmente a la difusión de aspectos técnicos y científicos, Chispa también ha publicado información que cae dentro de los ámbitos humanísticos, como leyendas, cuentos y costumbres de muy diversas etnias mexicanas.
Chispa está considerada como la publicación decana en revistas de ciencia y tecnología para niños en México y Latinoamérica, y forma parte de la Red POP (Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe), de la cual es representante Charo Fernández, actualmente directora de Promoción de la revista.
El impacto de Chispa en el sistema de Educación Primaria en México ha sido constante, y esto se puede medir entre otras cosas con el hecho de que algunos de sus artículos han sido integrados a diversos libros de texto gratuito de la SEP, y también debido a que se ha adaptado al Programa Oficial de Educación Primaria y puede utilizarse como un auxiliar didáctico. Lo que también sucede en Estados Unidos, donde se ha utilizado para apoyar diferentes publicaciones norteamericanas, y sobre todo el proyecto de enseñanza del inglés como segundo lenguaje English as Second Languaje, (ESL, por sus siglas en inglés), en las escuelas de enseñanza elemental o primaria.
En entrevista telefónica, la doctora Ana María Magaloni, responsable de la Dirección General de Bibliotecas, nos informó que mes con mes (desde hace 13 años) Chispa forma parte del acervo de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Y que también es de las lecturas que se ponen a disposición de los niños en el programa denominado ``Mis vacaciones en la biblioteca'', gracias al cual acude a las bibliotecas de todo el país más de un millón de niños durante todo el periodo vacacional.
Esta revista en una época estuvo integrada al Conafe (Consejo Nacional de Fomento Educativo) como empresa paraestatal, y gracias a esto logró llegar con información científica y tecnológica básica hasta las más recónditas poblaciones de México, en donde siempre fue muy bien recibida. Sin embargo, los recortes a los presupuestos educativos de los últimos sexenios impidieron que Chispa siguiera llegando a las comunidades rurales infantiles más necesitadas.
Han destacado, a lo largo de estos 17 años, dos secciones de experimentos que son prácticamente instituciones dentro de Chispa: ``El tío Bolita y sus ayudantes'', del físico Roberto Sayavedra Soto, y ``Chisposos a experimentar'', sección iniciada por Charo Fernández con las ilustraciones de Víctor Avila y Verónica Jaimes, que actualmente es continuada por Avila.
Otra sección que últimamente se ha hecho permanente y necesaria es la de ``Chispoastronomía'', ideada y desarrollada por la doctora en Ciencias Físicas Julieta Fierro, acuciosa investigadora que ha ganado premios de divulgación científica en el extranjero.
La labor de divulgación científica de la revista se ha hecho a través de artículos especialmente escritos para niños, que han sido magníficamente ilustrados por artistas gráficos, algunos de ellos reconocidos y premiados en los certámenes anuales del Catálogo de Ilustradores promovido por el CNCA.
En estos 17 años han intervenido tantos investigadores científicos, tecnológicos, escritores, historietistas e ilustradores, que no es posible nombrarlos a todos aquí, ni tampoco sería valido mencionar sólo a algunos. La revista se puede enorgullecer de haber publicado en sus páginas a los mejores divulgadores de ciencia en México y a los mejores ilustradores del país.