La Jornada 23 de septiembre de 1997

Flexibiliza el BdeM su política monetaria

Juan Antonio Zúñiga Ť El Banco de México decidió modificar su política monetaria y determinó ampliar la disponibilidad de recursos para la banca comercial, con el propósito de influir en una mayor disminución de las tasas de interés ante la apreciación en el tipo de cambio y una tendencia inflacionaria menor a la prevista.

En tanto, la moneda nacional se revaluó ayer tres centavos, con lo que el dólar se colocó en 7.7245 pesos, el más bajo nivel observado en el transcurso de este año.

Al difundir su informe sobre política monetaria durante el primer semestre de 1997, el Banco de México estimó ayer ``conveniente'' modificar la postura de mantener en ``corto'' al sistema de pagos una vez que ``al haber pasado las elecciones del 6 de julio y habiendo la inflación mostrado una trayectoria cercana a la programada, procede que el banco central recupere la posibilidad de enviar señales tendientes a lograr descensos de las tasas de interés cuando estos sean factibles y deseables''.

En su informe considera cuatro condiciones --que se cumplen en la actualidad-- para utilizar el mecanismo denominado ``largos'', que básicamente consisten en permitir que el saldo de las cuentas que tienen los bancos comerciales con el central sea positivo.

Estas cuatro condiciones se refieren a que el comportamiento de las tasas de interés de muy corto plazo no sea congruente con el tipo de cambio, el peso se esté apreciando y no existan presiones inflacionarias adicionales a las previstas en el programa económico; cuando el crecimiento de los precios evolucione de manera tan favorable que su aumento previsible sea claramente inferior al objetivo establecido; en el caso de que la revaluación del peso sea insostenible por derivarse de entradas cuantiosas de capital de corto plazo al mercado de dinero y cuando haya aumentos de las tasas de interés atribuibles a situaciones desordenadas en el mercado de dinero.

El Banco de México explicó que la revaluación del peso frente al dólar observada desde principios de 1996 ha sido resultado de dos factores. Uno, que ``la convergencia natural que tiende a producirse entre el porcentaje de devaluación y el posterior porcentaje de aumento de precios no se había dado antes, debido a la gran caída de la demanda interna durante 1995 y parte de 1996''. El otro, ``al creciente ingreso de capitales del exterior, que ha provenido principalmente de la inversión extranjera directa y del crédito de mediano y largo plazo''.

Sobre el fenómeno revaluatorio, el banco central refutó que ``ello de ninguna manera ha sido consecuencia de supuestas medidas orientadas a mantener artificialmente el tipo de cambio a niveles determinados''.

Ha sido, puntualizó, ``resultado de un entorno internacional favorable, una política fiscal atinada, el continuado proceso de desregulación y privatización, una política monetaria congruente con el objetivo de abatimiento de la inflación y, en general, avances significativos en otros aspectos de la política económica''.

Respecto a la magnitud del ingreso de capitales del exterior, que ha contribuido a la revaluación del peso en su paridad con el dólar, explicó que para evitar una mayor apreciación de la moneda transformó esos recursos en reservas internacionales del banco central y mantuvo neutralizada la expansión monetaria.

Pero ``cuestionó'' que sea recomendable mantener indefinidamente la política de acumular activos internacionales por la totalidad o una gran parte del flujo de capitales, porque ``tendría serias implicaciones''.

La primera, de no aprovechar el ahorro externo para el desarrollo de la economía nacional, y la segunda, que ``las compras de bienes y servicios que se efectuaran en el país con los recursos en pesos obtenidos de la inversión extranjera, desplazarían otras compras de empresas y personas establecidas en México''.

En respuesta a esto el Banco de México ``ha decidido abrir la posibilidad de poner en largo al sistema'', señala el informe, pero aclara: ``conviene advertir que el uso del largo sería eficaz para evitar la apreciación del tipo de cambio real si es causada por la inversión extranjera directa, la inversión extranjera en bolsa o el endeudamiento en el exterior a mediano y largo plazo'', porque esos ingresos de capital responden a factores que prácticamente no son afectados por el uso de instrumentos de política monetaria, la cual sólo puede influir en los capitales invertidos a corto plazo en el mercado de dinero''.

En el mismo tono, el Banco de México consideró ``justificado'' el recelo que despierta la inversión extranjera cuando es de corto plazo, porque la dirección del flujo puede cambiar de manera súbita.

También sostuvo ``respecto a este fundado recelo'', que una defensa contra el desarrollo de esas corrientes de capital es el régimen de flotación del tipo de cambio, porque ``aumenta el riesgo de las inversiones extranjeras de corto plazo''.