La Jornada 23 de septiembre de 1997

Impunes, tratantes de niños en Guatemala

Karina Avilés, enviada/II, San Marcos, Guat. Ť Robó a una mexicana.

La guatemalteca Lucinda Ramona Bautista Orozco se presume culpable.

Es abril de 1996. Doña Lucinda, llamada Emperatriz Menchú entre sus vasallos, salió de su hogar. Afuera del portón negro de su casa ubicada a la altura del kilómetro 266.5 en el parcelamiento La Democracia de Malacatán abordó una camioneta de transporte público con destino a Tecún Umán.

Después de 20 minutos de golpes en las asentaderas bajó de la camioneta, cruzó la plaza del pueblo, de Tecún Umán, se adentró en sus calles terrosas, camino sólo unas cuadras hasta llegar a las orillas del Suchiate y subió a una balsa que en siete minutos la hizo desembarcar en tierra mexicana. Había llegado a Ciudad Hidalgo, Chiapas.

Lucinda la robó, robó a una recién nacida mexicana... El regreso fue por la misma ruta. Nadie la cuestionó.

De nueva cuenta llegó a su casa, abrió la puerta e introdujo a la niña. Sin dejar pasar los días, buscó en la aldea de Pajapita a una comadrona de nombre Blanca Nieves Barrios, quien con su letra testificó haber atendido el parto de la recién nacida.

Es 29 de abril de 1996. El Registro Civil de Pajapita San Marcos certifica que en la partida número 281-96 folio 093 del libro 41 aparece inscrito el nacimiento de Flor de María Soto Hernández, hija de Yolanda Soto Hernández, quien nació en Cantón La Ceiba de este municipio el 22 de abril de 1996 a las 9 horas con 30 minutos.

La mexicana ya tiene nombre, apellido, lugar de origen. Su destino se acerca a Canadá. Todo está listo; Yolanda Soto Hernández ya había sido contratada por 300 quetzales (50 dólares) para presentarse como madre de la niña. ``Ella (Lucinda) me buscó a mí, siempre andaba persiguiendo a madres supuestas para que fueran a dejar niños a la ciudad de Guatemala. A la mayoría de las mujeres de aquí les anduvo diciendo y yo fui una de ellas que caí porque dijo que no pasaba nada.

``Uno tiene necesidad y le ofrecen dinero; uno piensa que no va a tener problemas e hice la tontera de hacer eso'', dice Yolanda Soto Hernández, radicada en la primera calle, sin número, cantón La Democracia Catarina, San Marcos.

El plan continuó. Con la bebé en brazos y los papeles en mano, Lucinda y Yolanda salieron de Malacatán hacia Guatemala.

Buscaron la tercera avenida número 5-27 zona 1. Entraron al bufete. Las recibió la abogada y notaria Luz Estela Cuevas Figueroa de Chavarría. Entregaron en adopción a la menor. ``Flor de María'' se queda al cuidado de una niñera, ``Flor de María'' está lejos de México, ``Flor de María'' está sola.

11 de diciembre de 1996. ``Salimos de aquí (de Catarina, San Marcos), a las 2 de la mañana, para Guatemala. Yo no quería ir a traerla porque la primera vez me dijo que cada que fuera a firmar me iba a dar mis pasajes, comida y 100 quetzales, pero después ya no me dio nada doña Lucinda'', dice Yolanda.

Lucinda y Yolanda fueron de nueva cuenta al bufete a recoger a la infante. ``Malas noticias'': el producto había sido rechazado.

A pesar de conocer las pruebas de ADN practicadas por la embajada de Canadá y que revelaron la falsedad de la maternidad de Yolanda, la abogada y notaria Luz Estela Cuevas Figueroa de Chavarría entregó a ``Flor de María'' a la madre supuesta, sí, a la madre supuesta.

Así que Lucinda y Yolanda regresaron junto con la niña.

``Salimos a las 6 de la tarde de Guatemala'' y a las 23 horas Yolanda bajó del transporte en el cruce de Catarina. Lucinda se siguió con la menor.

10 de abril de 1997. Lucinda Ramona Bautista Orozco es detenida en su domicilio a las 16 horas con 50 minutos junto con seis mujeres y un hombre. Son acusados por el delito de sustracción, plagio o secuestro de menores.

Para entonces, Flor de María ya había sido entregada a una mujer llamada María Isabel Montiel, quien alegó haber recibido a la niña ``por un razones humanitarias''.

22 de julio de 1997. A la una de la mañana ``Flor de María Soto Hernández'' ingresa al Hogar de Quetzaltenango.

Septiembre de 1997. Al acudir a la casa-hogar, la directora de la institución, Aura Marina Xicara, responde que ``la menor fue entregada a un hogar sustituto por orden del juez primero de primera instancia de Guatemala'', desconociendo su paradero. Y afirma que conoce que la niña ``viene del tráfico de menores''.

La infante fue encontrada por La Jornada en el domicilio Callejón 15, 11-38, zona 1 en Quetzaltenango. Fue adoptada en el seno de una familia Cakchiquel. Su actual madre, Berta Oroxom de Rocop, desconoce los antecedentes.