Episcopado: labor de autoridades, no del clero, indagar narcodonativos
Salvador Guerrero Chiprés Ť La Comisión Episcopal de Pastoral Social consideró ``presentada en el vacío'' la sugerencia de la Secretaría de Gobernación de que la jerarquía católica investigue sobre donativos provenientes del narcotráfico.
El secretario ejecutivo de la comisión de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), sacerdote Alberto Athié Gallo, uno de los responsables del seguimiento del fenómeno del narcotráfico, y el nuevo director de Pastoral Social, el abogado Fausto González Aceves, consideraron ``muy preocupante'' señalar a la Iglesia sin denuncia específica.
Advirtieron que es insostenible plantear que la Iglesia realice el trabajo de las autoridades, y que éste se inicie sin apertura de averiguación previa.
Reiteraron en varias entrevistas que la Iglesia católica condena el narcotráfico pero no niega la posibilidad de ``conversión'' de quienes viven de él.
Athié Gallo afirmó que la Iglesia y quienes han tenido conocimiento, como sacerdotes en confesión, de católicos involucrados en el narco ``no pueden ser delatores''.
Neoliberalismo y tráfico de drogas
En la Universidad Iberoamericana, sacerdotes y académicos de Colombia, Brasil y Chile, entre otros, reprobaron cualquier donativo proveniente del narcotráfico, pero advirtieron la relación que existe entre el neoliberalismo y el tráfico de drogas, cuando ``absolutizan la ganancia por encima de cualquier principio ético''.
El presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), pastor Arturo Farela Gutiérrez, propuso en conferencia de prensa que los ministros de culto y las asociaciones religiosas informen a la Secretaría de Hacienda de todo donativo que exceda diez mil pesos.
Agregó que la práctica católica de la compra y venta de indulgencias ha provocado la impresión, ``hasta en los narcotraficantes'', que favores de Dios y de la autoridad pueden conseguirse con donativos: ``Me pregunto si la reunión en 1993 entre los Arellano y Gerónimo Prigione no tenía como propósito la búsqueda de asilo político o la entrega de un donativo para que el nuncio interviniera ante la PGR, Gobernación o la misma Presidencia de la República''.
Para los responsables ejecutivo y jurídico de Pastoral Social de la CEM, el ambiente generado en la opinión pública respecto a la Iglesia y el narcotráfico podría corresponder con una ``campaña'' en la que se buscaría, señaló González Aceves, ``hacer pensar que ni la Iglesia o cualquier otra institución se salva cuando se trata de asociarlas con la corrupción y la descomposición''.
En un receso del desarrollo del quinto Taller Permanente de Etica Económica y del Simposio de Teología, celebrados simultáneamente en la UIA, el doctor en teología y sacerdote jesuita Mario Zañartu, de la Universidad Alberto Hurtado de Chile, señaló que los donativos de narcos tienen la intención de lograr legitimidad. Pero, puntualizó, ``no es malo que cualquiera que tiene algún recurso lo done anónimamente''.
``Una donación no debe aceptarse en caso de que impida o inhiba una investigación sobre el origen del dinero'', agregó.
El doctor Carlos Urdaneta, de la Universidad Católica Andrés Bello, de Venezuela, consideró ``deleznable'' cualquier predisposición a aceptar dinero del narcotráfico.
Destacó que muchas economías latinoamericanas ``son respaldadas por la liquidez proveniente de recursos del narco''.
El doctor Carlos Novoa, de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, señaló que los sacerdotes ``de ninguna manera pueden convalidar donativos así''.
``Hablar de narco no es solamente hablar de producción y distribución, sino de un problema muy grave; es el reconocimiento de que su crecimiento está asociado con profundos problemas estructurales'' en naciones cuyos desequilibrios económicos provocan que se deje de sembrar yuca, papa, maíz, para atender los requerimientos de un mercado internacional de las drogas.
Su desarrollo, dijo, es parte de un modelo neoliberal ``que absolutiza la rentabilidad y la ganancia sobre cualquier otro principio''.
El sacerdote Fintan Lawless, de la Universidad Católica de Río de Janeiro, recordó que la recepción del dinero en obras sociales y de caridad, proveniente del juego de apuestas, ilegal en Brasil, ``causó un escándalo'' y, con más razón, es de suponer que lo haría aquel proveniente del narcotráfico canalizado a comunidades o templos.
El director de la Comisión Episcopal de Pastoral Social insistió en que la Iglesia católica ``tajantemente'' rechaza el narcotráfico. En el mismo sentido se expresó Athié desde las 7:30 en una entrevista en Radio Red. Ambos destacaron la disposición del clero de no verse relacionado con ``presuntas confrontaciones'', en este caso, con la Secretaría de Gobernación.
``Para construir un nuevo país, necesitamos revalorar las instituciones, no arrojar sobre ellas desprestigio'', comentó el abogado.