Se margina al maestro de las decisiones educativas: SNTE
José Antonio Román Ť La formación docente y de recursos humanos del sector educativo sigue siendo el ``punto más débil'' de las reformas educativas, ya que se excluye al maestro de la información, el debate y las decisiones sobre los problemas relativos a su trabajo y a la educación en general, afirma el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En su Cuaderno de trabajo, documento elaborado para el II Congreso Nacional de Educación, que se realizará en noviembre próximo, advierte que la profesionalización del magisterio es una ``tarea impostergable''.
``La experiencia educativa ha demostrado que ninguna reforma da resultados positivos sin la participación activa y protagónica de los educadores'', señala el texto, que ya es distribuido a nivel nacional, con el fin de estimular la reflexión y favorecer la presentación de propuestas para dicho Congreso, que muy probablemente se realice en el puerto de Veracruz.
Asegura que, por la forma en que se encuentra concebido y estructurado el sistema educativo, y por el papel ``semiprofesional'' que se les ha conferido, los maestros tradicionalmente han sido sólo receptores de los cambios y no sus artífices.
Además, las autoridades han dado mayor importancia a la formación en servicio --actualización y capacitación--, en comparación con la que se dedica a la preparación inicial o, incluso, sin que esta última se haya atendido para muchos.
En las acciones emprendidas por la Secretaría de Educación Pública en torno a la preparación inicial y la formación en servicio persiste la idea de que son prácticamente independientes, inconexas y sin secuencia ni articulación.
En lugar de impulsar un proceso simultáneo y ampliamente participativo de transformación de las escuelas normales y de la formación en servicio, como se delineaba en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, la SEP privilegió las acciones orientadas a la actualización, cuyo referente fue, a su vez, el cambio de los planes y programas de estudio de la educación básica, señala el texto.
El documento, de 170 páginas, se divide en ocho temas, cuyos ejes son: los desafíos a la educación, políticas de desarrollo de la educación pública hacia el año 2000, una nueva concepción integral de la profesión de la enseñanza y de la prestación del servicio educativo nacional, y la educación y la corresponsabilidad de la participación social.
En las ``estrategias para la articulación de las instituciones formadoras de los trabajadores docentes'', considera que la visión ``científica'' y ``eficientista'' que se le ha dado a la educación ha contribuido a reforzar la ausencia de autonomía del profesor, a justificar la pobre remuneración y la pérdida del reconocimiento social del maestro.