La Jornada 29 de septiembre de 1997

Precaria situación financiera en el ISSSTE, acepta su director general

Angeles Cruz /I Ť Problemas tradicionales reflejados en la suspensión de 50 obras en construcción, algunas por más de tres años; inercias de muchos años que recayeron en unos 7 mil trabajadores que cobran salarios de suplentes, aunque realizan funciones de empleados de base, y una situación financiera que está en ``la raya'' de una crisis, son apenas el esbozo de lo que encontró hace seis meses en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), su director, José Antonio González Fernández.

Cuestionado por muchos ante la deficiente calidad de sus servicios, y a 37 años de haber sido creado, el ISSSTE se encuentra en un periodo de renovación, y en los últimos seis meses ha sido sometido por González Fernández a una revisión exhaustiva, que ha llevado al funcionario a visitar en menos de seis meses los 32 estados de la República, algunos hasta en tres ocasiones.

En todas las clínicas y hospitales, reconoce, he encontrado problemas, algunos muy graves, otros muy urgentes, pero ``estoy seguro que ahora las quejas son menos que cuando llegué''.

La entrevista con La Jornada (primera que ofrece a un medio de comunicación), tiene lugar en las oficinas centrales del instituto y en medio de una apretada agenda que incluye reuniones y giras que concluirán apenas unos días antes de las ceremonias del Día del Trabajador del ISSSTE, y del aniversario 37 de la institución -primero y 2 de octubre-. Esta última tendrá lugar en la residencia oficial de Los Pinos con la presencia del presidente de la República, Ernesto Zedillo.

Manuel Aguilera hizo un gran esfuerzo, reconoce

Durante la plática, José Antonio González Fernández apenas menciona los errores de administraciones pasadas que hoy debe resolver y admite, por ejemplo, los lentos procesos administrativos para la realización de obras, la desigualdad entre el crecimiento del instituto y su demanda con las áreas encargadas de vigilar su correcta operación, en este caso, la Contraloría.

Sin embargo, no deja pasar la oportunidad para señalar que Manuel Aguilera Gómez, su antecesor, ``puso los puntos sobre las íes'' e hizo un gran esfuerzo. De hecho, dice, la encomienda del Presidente de la República para González Fernández, fue que se intensificaran las reformas de Manuel Aguilera y se crearan nuevas.

Sentado en un cómodo sillón negro, González Fernández advierte que, sin duda, el problema más grave del ISSSTE y que se puede convertir en un ``cuello de botella'' en unos tres años, es el financiero. Este se origina principalmente por el creciente número de pensionados y jubilados, pero sobre todo por los aproximadamente 200 mil o 300 mil trabajadores que hoy podrían retirarse y por lo tanto, disminuir sensiblemente los ingresos del instituto por los conceptos de cuotas y aportaciones.

En este momento, los recursos provenientes de tiendas y farmacias y el dinero del Fondo de Vivienda de la institución (FOVISSSTE) están en una ``gran bolsa'' que conforma el presupuesto de la institución, misma que recibe 8 por ciento de cuota de los trabajadores y alrededor de 19.75 por ciento de las dependencias.

Con estos recursos, el ISSSTE se financia, pero si saliera el FOVISSSTE -que incluye 5 por ciento en materia de vivienda- y quedaran fuera las ventas de las tiendas y farmacias, ``pudiéramos tener algún déficit menor en el presupuesto regular del instituto de seguridad social'', incluso podría decirse que saldría ``tablas'', explica.

El problema vendrá cuando los 200 mil o 300 mil trabajadores que ahora ya tienen derecho a su pensión o jubilación, decidan ejercer sus derechos. Entonces sí habría dificultades y puede ocurrir de la noche a la mañana. ``¿De qué tamaño será?, ¿cómo subsanarlo?, ¿cómo refinanciar? No lo sé'', acepta González Fernández y reconoce que es algo que no se puede soslayar, pero por el momento no se está atendiendo porque la dirección a su cargo ha preferido enfocar su atención hacia la operación del ISSSTE. ``Que no deje de haber medicamentos ni material de curación, que los equipos funcionen, que reinicien las obras paradas, que funcionen los préstamos y que los mismos se recuperen... son paquetes grandes'', apunta.

El dinero, asunto pendiente

Sin soslayar el problema, porque ``yo mismo lo he planteado a la Junta Directiva'', González Fernández señala ``con toda honestidad'' que la situación financiera es un análisis pendiente que podría darse el próximo año.

Es un asunto que tendrá que estudiarse, sopesarse y ver cuáles son las fuentes de financiamiento que tiene el instituto en sus diversas modalidades para solventar el problema. Se tendrán que buscar las fórmulas para que el Estado no tenga que estar subsidiando permanente al ISSSTE, explica.

Menciona que otra de las prioridades será brindar mejor atención a los jubilados y pensionados, los créditos, atención médica, descuentos en tiendas y farmacias, entre otros, porque enfrenta una población que también es muy demandante.

En cuanto a los comentarios y preocupaciones dentro y fuera del instituto sobre la forma como se enfrentará la situación, González Fernández, sostiene ``también me lo pregunto, pero una cosa es tener la `pre-ocupación' y otra ponerle ocupación''.

El funcionario menciona que cuando llegó al ISSSTE no tenía una noción precisa sobre el tamaño de las delegaciones, de la cantidad de personal y ahora ``no tengo la más mínima duda de que éstas se deben adelgazar y que muchos empleados de confianza deben salir'' para asignar esos recursos a la regularización de trabajadores, el fortalecimiento del área de contraloría y la atención al derechohabiente.

Dice que ``hay que entrarle a todos los problemas al mismo tiempo, ir viendo prioridades y resolverlas con base en una agenda, misma que se va dando de acuerdo a las circunstancias''.