Denuncian AI y HRW campaña estadunidense de libelos contra mexicanos de la Compañía de Jesús
Jesusa Cervantes Ť Presuntas editoriales estadunidenses, como la Bacon Notes, iniciaron en México una campaña contra sacerdotes jesuitas a quienes acusan de haber promovido grupos subversivos o de manipular a obispos mexicanos.
Las acusaciones contra los jesuitas aumentan el número de textos anónimos que desde 1996 se hicieron llegar por correo a obispos de todos el país. Los organismos Amnistía Internacional y Human Rights Watch Americas condenaron los documentos y llamaron la atención sobre ``la aparente tolerancia oficial'' ante los persistentes ataques contra miembros de la Compañía de Jesús.
Acusaciones sin pruebas en textos de origen desconocido
El documento, con presunta autoría de grupos católicos estadunidenses, centra sus ataques contra los sacerdotes David Fernández, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y Enrique González Torres, director de la Universidad Iberoamericana, pero no exhibe documentos que prueben sus acusaciones.
El escrito, que circula en distintos centros religiosos, Jesuitas: poder y pánico, los estragos de la ideología del poder, aparece sólo bajo la firma del traductor, Thomas Baylon, de San Francisco, California, y aunque omite la dirección de la editorial permite ``la reproducción parcial o total de este escritos'' y pide ``distribuir copias de este folleto a otros católicos''.
Las acusaciones contra los jesuitas del reciente documento, afirman que David Fernández ``es uno de los jesuitas más comprometidos en la política mexicana'' y lo señalan como ``miembro fundador'' , en 1986, del Movimiento Cristianos Comprometidos en las Luchas Populares y del Movimiento Estudiantil Universitario ``del que han salido exponentes guerrilleros''.
Fue ``miembro, hasta su ordenación sacerdotal, del Partido de la Revolución Democrática, que reúne a la izquierda mexicana'', señala y dice que tiene a su cargo la dirección del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, ``que ha asumido la defensa de zapatistas detenidos''.
Lo cita como exdirector de Radio Huayacocotla de Veracruz ``clausurada por el gobierno'' y como asesor del EZLN.
Afirma, sin presentar una sola prueba, que Fernández recaudó fondos para la guerrilla de El Salvador y que ``ha organizado campañas contra el gobierno y algunos eclesiásticos''.
A Enrique González Torres se le acusa en el texto de haber sido ``el cerebro y financiador de la operación'' y de que distribuyó, sin el permiso del arzobispado, cassetes y folletos sobre el proceso electoral para elegir jefe de gobierno del Distrito Federal, ``a favor del PRD''.
Nunca se dice que dichos cassetes son copia fiel de un texto que elaboró la misma arquidiócesis, y que fue reproducida con la aprobación del arzobispado.
Refiere el documento que González Torres, junto con Antonio Roqueñí, en enero de 1994 pidió al entonces nuncio Girolamo Prigione que se marchara del país y asevera que los jesuitas nunca perdonaron a Prigione el nombramiento de un obispo no jesuita para la diócesis de la Tarahumara, a su cargo desde hace décadas.
En 1996 circuló un documento similar firmado por Juan Pedro González ``obispo titular de Clisma'', quien por cierto nunca fue localizado, en la misma tónica y con ataques a los mismos jesuitas David Fernández y Enrique González Torres.
Entonces se acusó a Fernández de ser ``el cerebro real, eje y mentor de toda la estrategia de manipulación y dominio de la Red de Informática de la Confederación Episcopal Mexicana''.