La Jornada 30 de septiembre de 1997

La recuperación económica no se arriesgará: Zedillo

Rosa Elvira Vargas Ť Relajar a mitad de sexenio la disciplina en el manejo de las finanzas públicas tendría ``gravísimas consecuencias para el país'', advirtió ayer el presidente Ernesto Zedillo ante los miembros del gabinete legal y ampliado, a quienes instruyó sobre la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 1998 y que deberá aprobar la Cámara de Diputados. Estableció que el gasto gubernamental se diseñará con base en los recursos disponibles y conciliando los objetivos de lograr un firme crecimiento económico y atender en forma responsable las demandas sociales.

``No nos olvidemos --sugirió también-- de que algunas crisis de fin de sexenio han sido precedidas por segundas mitades de administración con aflojamiento en la disciplina de las finanzas públicas y en la política económica general''.

Dijo entonces que en modo alguno será aceptable un presupuesto que ponga en riesgo la recuperación de la economía.

Con base en ello, giró indicaciones a los secretarios de Estado para que formulen la política de egresos del gobierno atendiendo los montos que determine factibles la Secretaría de Hacienda y eviten desperdicios, eliminen erogaciones accesorias o secundarias y reasignen en favor de lo más importante. En resumen, estableció: ser más eficaces y hacer más con menos para atender lo que socialmente es más importante.

La línea dictada ayer por el presidente Zedillo a los titulares de las secretarías, ante la que se prevé un difícil proceso de aprobación en el Poder Legislativo, fue actuar con sensatez y cordura, ``aunque sacrifiquemos en el corto plazo popularidad política''.

Desde ahora, alertó también, deben edificarse todas las condiciones que permitan evitar otro descalabro financiero con graves costos sociales como los varios que ha sufrido el país en el último cuarto de siglo.

Así, afirmó que el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 1998 comprenderá un monto total de gasto que permita limitar el saldo, resultado o balance de las finanzas públicas de tal manera que la deuda pública total disminuya como proporción del PIB, según se prevé en los programas gubernamentales.

Reunión vespertina ayer en Los Pinos con todos los integrantes del llamado gabinete legal y ampliado. Zedillo fue el único orador en un encuentro que no duró más de media hora. Los reporteros no tuvieron acceso al salón López Mateos, aunque la señal y el audio de su discurso fueron enviados directamente a la sala de prensa.

De entrada, ubicó los tres grandes objetivos que tendrá la política económica del próximo año: crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta por lo menos cinco por ciento, reducción de la tasa de inflación, estabilidad financiera y una situación sana en la balanza de pagos del país.

Planteó que el presupuesto no puede ser simplemente un listado de los recursos necesarios para satisfacer demandas sociales. Si así se procediera, dijo, se llegaría a un diseño de gasto que excedería abrumadoramente los recursos disponibles para su financiamiento, que lo haría insostenible y a la postre acarrearía muy desafortunadas consecuencias para el crecimiento y la estabilidad del país.

Un presupuesto excesivo, subrayó varias veces, obligaría a un mayor endeudamiento interno y externo del gobierno. El primero causaría presiones al alza en las tasas de interés, mientras que el segundo, ``sobra decir'', llevado a límites imprudentes ha mostrado ya los graves costos sociales que puede acarrear, ``por lo que no incurriremos en él''.

Proceder de esa manera, insistió, traería como consecuencia un acelerado deterioro en el déficit de la cuenta corriente de balanza de pagos y haría al país mucho más dependiente de las entradas de capital externo y aumentaría la vulnerabilidad financiera.

Con un diseño ``irresponsable'' de las finanzas públicas, insistió Zedillo, habría aumento en la inflación, erosión de los salarios reales y se causaría el alza en las tasas de interés, lo que dañaría a los deudores y nuevos demandantes de crédito.

Incurrir en un presupuesto excesivo ``acabaría dañando el gasto social'' y tarde o tempano tendrían que recortarse los presupuestos, sobre todo los que se destinan a la educación, la salud y el apoyo a otras necesidades básicas de la población.

Se trata, entonces, de diseñar un proyecto de Presupuesto de Egresos que se sujete en su monto total a los recursos que se prevé estarán disponibles para su sano financiamiento en 1998 y que deberá, dijo Zedillo, tener una distribución por ramos, programas, subprogramas y proyectos, congruente con las prioridades que se han marcado durante esta administración.

Los criterios seguidos en anteriores elaboraciones del presupuesto y el ejercicio disciplinado de su manejo, destacó, han permitido no sólo enfrentar la emergencia económica que se desató al principio de este gobierno, sino que, según su convicción, pudo propiciar la significativa recuperación que hoy presenta la economía nacional.

Insta a evitar lo hecho en otras segundas mitades de sexenios

Fue en ese punto cuando el jefe del Ejecutivo recordó lo ocurrido en otras ``segundas mitades'' de sexenios anteriores y aseguró que ahora se procederá para que la próxima administración se inicie sobre bases que permitan procurar y obtener el crecimiento con estabilidad que demanda el desarrollo de mediano y largo plazos en el país.

Apuntaló su criterio sobre el diseño presupuestal al indicar que gracias a éste el Estado puede desempeñar sus funciones de defensa de la soberanía y promoción de los intereses mexicanos en el exterior; puede procurar la justicia y la seguridad pública; salvaguardar la seguridad interior y la defensa exterior de la Federación; aplicar la política social en campos como la educación, la salud, el desarrollo rural, el abasto y la provisión de servicios básicos; desarrollar una mejor infraestructura de comunicaciones. En suma, puede fomentar el desarrollo general del país e ir satisfaciendo las demandas que los ciudadanos plantean al gobierno.

El presupuesto, recordó Zedillo, dependerá de los recursos disponibles y de ahí la importancia de la Ley de Ingresos. ``Las contribuciones previstas en ésta y los financiamientos de los de que prudentemente se disponga, acotan el tamaño del presupuesto''. La iniciativa de Ley de Ingresos, remarcó, deberá atender los objetivos de crecimiento y estabilidad de la economía, así como la necesidad de proveer los recursos para un sano financiamiento del gasto público.

Concluyó al señalar que la austeridad y la disciplina deben practicarse en todo momento, no sólo en situaciones de emergencia económica y que no hay lugar ni justificación alguna para relajar tales conductas. Es momento de fortalecer la prudencia en el manejo de la economía y en la elaboración y ejercicio del presupuesto, pues ``la responsabilidad más alta del gobierno es atender las necesidades sociales, y para ello necesitamos la solidez y la responsabilidad financieras''.