Lamentable que la polémica sobre Cuicuilco esté en tribunales: Cobo
Patricia Vega/ I Ť Desde el principio Ignacio Cobo advierte que, en breve, el Grupo Carso enviará por escrito a La Jornada su posición oficial respecto a la ``suspensión provisional'' de las obras en ``áreas exteriores que puedan traer como efecto la afectación tanto del entorno arqueológico como ecológico que pueda existir en la zona de Cuicuilco'', según lo determinó el pasado viernes mediante una resolución de oficio el juez primero de distrito en materia administrativa, Jean Claude Tron Petit.
Ante la insistencia de la reportera, Cobo accede a responder las preguntas formuladas --en su calidad de miembro del Consejo de Administración de Carso--, y precisa: ``no soy jefe de asesores ni representante legal ni encargado de resolver los problemas de Cuicuilco, como se ha señalado en algunos medios de comunicación''.
--¿Qué hicieron cuando se enteraron de la suspensión?
--Nos inconformamos para que sea revocada. Tratamos de resolver el problema en el terreno jurídico; hay un grupo de vecinos que fue a un juzgado a interponer un amparo; tenemos que dialogar ya no con los vecinos, sino con el juez que lleva el caso.
--¿Qué opinas de que la situación haya llegado a los tribunales?
--Estamos actuando en función de lo que nos afecta y corresponde. Nos defenderemos y procederemos dentro de un marco legal. Sin embargo, nos parece lamentable que la controversia haya ido a dar a a los tribunales; ahora tenemos que defendernos de manera legal.
``Pero es todo un enredo, hay quienes piden que no se construya un centro comercial y, estrictamente, el centro comercial nunca se ha construido. Se trata de la rehabilitación y adaptación de una fábrica que existe desde principios de siglo.''
--Tengo entendido que vecinos y especialistas proponen un cambio de uso, que en lugar de centro comercial sea un museo o un espacio para actividades culturales.
--Habrá participación de tipo cultural, pero el destino de esa instalación es comercial: ya hay 80 empresas trabajando en ese espacio. Desde el año pasado se hicieron los trámites, empezamos a trabajar en enero y continuamos durante febrero, marzo, abril, mayo... Ahora que el centro comercial está por inaugurarse sugieren que le demos otro uso, como que no se vale, ¿no?
--¿Es cierto que el grupo Inbursa-Carso ha manifestado su disposición de no construir la torre diseñada por Teodoro González de León?
--No, nunca. ¡Qué bueno que lo preguntas! En función de cómo se han llevado las cosas, hemos recibido `recomendaciones' del INAH y de los vecinos, en el sentido de redimensionar el proyecto. Y nosotros estamos tomando eso en consideración, estamos revisando qué es lo que se puede hacer y qué es lo que es factible.
La situación está en manos del juez
``Estamos en la mejor disposición de terminar con toda esta polémica que, creo, está tomando otro cariz. Yo he dicho que es el mejor proyecto arquitectónico y el peor en términos económicos: irnos para arriba, comercialmente no nos conviene.
``La torre de Teodoro está sobre la cimentación de la fábrica; el INAH liberó esa área bajo el argumento de que no hay vestigios arqueológicos; así que estamos actuando dentro de un marco legal. Por lo que toca al centro comercial, hay gente que propone que se le dé otro uso. Creo que su opinión es aceptable, pero no tenemos que hacer lo que dice uno, lo que dice otro y lo que dice otro.
--En este momento, martes 30 a las 13:30 horas, ¿cuál es la situación?
--La situación está en manos del juez. La suspensión de obras indica que sólo se aplica a partes exteriores en donde no se tenga impacto en el entorno arqueológico y ecológico. Eso es algo poco claro, pero nos apegaremos al aspecto legal.
``La gente está trabajando en puros interiores del centro comercial; y no sé si la cimentación de la torre sea considerada como parte interior o exterior. Creo que esos son términos jurídicos que no conozco y que se resolverán en el juzgado.
``Lo que sí he comentado es que la inversión de la obra es de 500 mil pesos, pero diarios, y hay 2 mil 500 trabajadores. Y si con la suspensión hay alguna afectación, pues alguien tiene que responder por ese daño económico. Me parece que el juez fijó a los vecinos una fianza de 500 mil pesos y les dio la posibilidad de reunir esa cantidad en cinco días. Pero, insisto, esa fianza es de un solo día. Entonces, si la obra llegara a suspenderse cuatro días estaríamos hablando de 2 millones de pesos. Atendiendo al aspecto jurídico, en el supuesto caso que el amparo no proceda ya hay una afectación económica de la que alguien se tendrá que hacer responsable.''
--Desde el viernes fueron notificados de la suspensión temporal, pero aún el lunes se seguía trabajando en las obras, ¿no es un desacato a la orden de un juez?
--No, no. Se trabaja en las partes interiores del centro comercial, pero por supuesto que se tienen que usar los exteriores para llevar material. No sé si el juez diga que no se puede circular. De ninguna manera vamos a incurrir en desacato a la ley.
``El caso de Cuicuilco es muy complejo, intervienen aspectos ecológicos, arqueológicos, urbanísticos, arquitectónicos, intereses vecinales, intereses políticos y en todas las áreas hay opiniones distintas.
``Insisto, en el aspecto ecológico hemos dado una demostración real y fehaciente, con hechos, de nuestra buena disposición: cerramos la planta de celulosa que contaminaba no sólo Cuicuilco, sino toda el área y nadie nos obligó, ni los vecinos, a tomar esa decisión. Después, la planta de papel consumía mucha agua en función de sus necesidades, agua que necesitaban los habitantes de la zona, y vimos que era irracional que tuviéramos la planta ahí. Nadie nos obligó ni nos la clausuraron: nosotros movimos la planta, precisamente por ese aspecto que nos parecía irracional.''