La Jornada 1 de octubre de 1997

Criticaron senadores ``políticas viciadas y corruptelas'' en la SCT

Andrea Becerril y Víctor Cardoso Ť Acorralado por las críticas a la política de privatizaciones, concesiones y el programa de rescate carretero, ``que han convertido a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en una empresa mercantil'', el titular de la dependencia, Carlos Ruiz Sacristán, prefirió pasar por alto la mayoría de los cuestionamientos y no debatir.

Y es que los senadores de PAN, PRD y hasta del PRI, mediante el llamado Grupo Galileo, no desaprovecharon ni un momento en tribuna para echar en cara al funcionario presuntas corruptelas, políticas viciadas y ``complicidades para favorecer a un grupo de empresarios y compañías'' ligados a políticos salinistas.

Fueron las críticas severas de la oposición las que rompieron el tedio de la comparecencia de Ruiz Sacristán que duró casi seis horas. Los gestos de adormilamiento y aburrimiento de legisladores e invitados cambiaron cuando el priísta Humberto Mayans Canabal subió a la tribuna y expresó: ``Pareciera efectivamente, señor secretario, que el país está en subasta pública, poniendo en riesgo el patrimonio y la soberanía nacionales''.

Integrante del recién constituido Grupo Galileo de la fracción priísta y que ayer mismo aumentó su número (ya son 18), el tabasqueño Mayans Canabal le soltó a Ruiz Sacristán una serie de preguntas y críticas que fueron más allá de la postura inicial presentada por el PRI a través de Mauricio Valdés Rodríguez.

``Poco a poco, señor secretario, el capital extranjero se ha ido apropiando de la riqueza nacional que los mexicanos, con gran esfuerzo, hemos ido acumulando por generaciones'', señaló entre murmullos de sus propios compañeros de bancada.

Irónico, el perredista Félix Salgado Macedonio se acercó hasta los reporteros para señalar: ``Mayans está fijando la postura del PRD''.

El tabasqueño, en tanto, hizo un largo recuento histórico de las asechanzas externas en torno al Istmo de Tehuantepec, zona estratégica y ``punto de máxima prioridad para la soberanía del país''.

Pasó luego a las preguntas sobre los beneficios que traerá al país y a la región del Istmo la realización del ``megaproyecto'' que se pretende llevar a cabo en esa región.

``Recuerde que tenemos más de 150 años de lucha defendiendo el Istmo y no podemos entregarlo con artificios jurídicos o empresariales, o esquemas que lo único que hagan sea darlo al capital extranjero bajo figuras, si bien autorizadas tal vez por la ley, no éticamente convenientes ni a los intereses nacionales ni al pueblo de México'', expuso.

Desde sus curules, José Luis Soberanis, Francisco Dávila Rodríguez y otros miembros del Grupo Galileo sonreían satisfechos, en contraste con la expresión adusta de Genovevo Figueroa.

Mayans todavía se dio el lujo de preguntar al funcionario si conocía la Declaración de defensa del Istmo que formularon los pueblos indígenas y, en seguida, cuestionó el programa de rescate carretero.

Dijo que a los integrantes de su fracción, es decir, a los priístas, les preocupa la posibilidad de que esas carreteras, que administrará un fideicomiso de Banobras, regresen a manos de los particulares en cuanto vuelvan a ser rentables.

``En otros términos, señor secretario, cuando no son negocio y cuestan a la sociedad, el gobierno asume la responsabilidad. Esta fue la historia del país. El Estado mexicano siempre ha subsidiado a la iniciativa privada comprando empresas privadas que iban desde bicicletas hasta grandes manufacturas. Y nunca, señor secretario, estando quebradas, las subsidiamos bajo el pretexto de la mano de obra'', sostuvo.

Recordó que él y otros senadores del PRI, como Fernando Solana, votaron en contra de la iniciativa de la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario, ahora ley, porque permitía que la inversión extranjera participara con ciento por ciento del capital en la privatización de los ferrocarriles, incluidos el del Istmo y el de la península de Baja California.

Dos turnos más adelante, al hacer uso de su derecho a réplica y después de que Ruiz Sacristán prácticamente no respondió a los cuestionamientos, Mayans Canabal hizo un planteamiento más directo. Informó que la fracción del PRI en el Senado presentará una iniciativa de modificación a la Ley de Inversiones Extranjeras.

Esa iniciativa, explicó, comprende tres aspectos fundamentales:

``Primero: la revisión de la integración actual de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, prevista en el capítulo primero del título sexto de la ley, a efecto de que en su estructura participen con derecho de voz y voto, representantes de los sectores privado y social del país, ciudadanos con probada fama y autoridad moral públicas, propuestos por el Ejecutivo Federal y ratificados por la Cámara de Senadores, porque el Ejecutivo, señor secretario, no puede ser juez y parte en una responsabilidad tan grande como la que tiene la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras.

``Segundo: que la ley enumere por su carácter estratégico, en su artículo séptimo, fracción tercera, a la empresa Ferroviaria del Sureste, incluido y dicho así, el Ferrocarril del Istmo y a las empresas que manejen las rutas cortas ubicadas en la península de Baja California, como actividades y adquisiciones con regulación específica para ambos casos, de manera que invariablemente estén sujetos conforme a la ley y no a un margen de discrecionalidad de la Comisión de Inversiones Extranjeras, a un límite de 49 por ciento en la participación de la inversión extranjera, a diferencia del sistema ferroviario, regulado este último por la fracción 12 del artículo 8 de la citada ley; es decir, que el dictamen que emitió la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras en relación a la limitable inversión hasta de un 49 por ciento del Ferrocarril del Istmo y de la península de Baja California se convierta en ley para que no quede al arbitrio de la propia comisión su modificación, cuando así lo considere pertinente.

``Tercero: que se especifique en la fracción cuarta del artículo 27 de la ley la obligación del secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras de rendir un informe detallado cuatrimestral de las actividades de la comisión ante el Senado de la República, pudiendo ser llamado a comparecer, en su caso, ante el pleno o las comisiones correspondientes, cuando así lo considere prudente este honorable Senado''.

La propuesta desató un fuerte aplauso de prácticamente todos los senadores. Antes, la participación del priísta ya había provocado comentarios como el del panista Francisco Salazar Sáenz, quien antes de iniciar una de sus intervenciones señaló: ``No puedo dejar de expresar mi extrañeza por el planteamiento de nuestro compañero el senador Mayans, porque efectivamente todos los mexicanos estamos muy molestos con ese esquema que ha prevalecido tantos años, en el que se privatizan empresas, se estatizan las empresas quebradas y el pueblo de México asume los costos''.

Hizo alusión a los aplausos de la bancada priísta y se manifestó extrañado porque ``durante muchos años, sexenios, decenios, quien ha aprobado todas estas operaciones ha sido el PRI. La oposición ha estado en contra de este esquema, así que, bueno, yo felicito al senador Mayans y también felicito a la fracción priísta, que está cambiando de manera de pensar...''

El perredista Félix Salgado Macedonio, en su oportunidad, también se lanzó a fondo y manifestó su desacuerdo por el formato de las comparecencias de los secretarios de Estado ``porque no responden; evaden, duermen la plenaria y no hay riqueza en el debate'', y planteó la posibilidad de que el presidente (Ernesto) Zedillo esté presente. ``En otras palabras --dijo-- a mí me hubiera gustado debatir con el Papa y no con el Sacristán''.

El senador guerrerense también criticó la Autopista del Sol, construida por empresarios salinistas, ``que está mal hecha'', por lo que ``ustedes están recogiendo los fracasos salinistas''. Asimismo, pidió a Ruiz Sacristán: ``Convénzame usted de las bondades de esta supercarretera''.

También reclamó que a su estado le hubieran quitado el servicio ferroviario que llegaba a Iguala, en la ruta construida durante el porfiriato. ``Si Porfirio Díaz viviera, yo siento que los ahorcaría. Lo único bueno que nos dejó Porfirio Díaz en su dictadura fue el tren. Es falso que ya no fuera rentable.''

Siguió: ``Hablar de transporte en este país, señor secretario, es hablar de corrupción. El servicio público federal es una cloaca de corrupción''.

Ruiz Sacristán le respondió con frialdad: ``A mí me gustaría mucho que si usted tiene información, si usted tiene datos, por favor me los haga llegar. Yo no acepto de ninguna manera ninguna insinuación respecto a corrupción que esté realizando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y particularmente un servidor. Si usted tiene un caso concreto, señor senador, por favor denúncielo; es importante que usted lo denuncie no solamente en tribuna, sino ante las autoridades competentes para que podamos actuar''.