Exigen ministros informes puntuales sobre el presupuesto de la Suprema Corte

Jesús Aranda Ť Entre los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) existe inquietud por el destino de los recursos del programa Asignaciones Especiales y Prestaciones, que de acuerdo con el proyecto de presupuesto para 1998 que se les dio a conocer, absorbe ``por sí solo'', 51.15 por ciento.

Después de haber recibido el proyecto de presupuesto para 1998, que les fue entregado por el secretario general de la presidencia y oficial mayor, Luis María Aguilar Morales, los ministros cuestionan que dicho programa incluya una amplia variedad de previsiones que no están aún determinadas.

En comentarios previos de los ministros a la inminente discusión en sesiones privadas sobre el presupuesto 1998, éstos han señalado que si bien entienden que el manejo de los recursos asignados al rubro Asignaciones Especiales y Prestaciones implican cierta discrecionalidad y confidencialidad; solicitan que el pleno de los 11 ministros tenga información puntual sobre el destino de esos recursos.

Por otro lado, en el proyecto que entregó el oficial mayor a cada uno de los ministros, se precisa que el monto total del presupuesto para 1998 asciende a mil millones 468 millones 717 mil pesos, que representa un incremento en términos absolutos de 153 millones 229 mil pesos, respecto a 1997, es decir, que se prevé un incremento de 11.6 por ciento.

Sobre el particular, algunos ministros solicitan información sobre algunos renglones del presupuesto, que no les parecieron del todo ``lógicos''.

Por otra parte, los ministros han planteado a la presidencia de la Corte que la información completa les sea entregada con el tiempo suficiente, a fin de hacer los ajustes necesarios antes de que se mande al Ejecutivo para que se integre al presupuesto de egresos ante la Cámara de Diputados.

En este sentido, trascendió que ministros advertirán en las reuniones privadas que tendrán en los próximos días para analizar el presupuesto de la SCJN, que no aceptarán una aprobación lineal; es decir, sin que les sean explicadas y resueltas todas sus dudas.