La Jornada 3 de octubre de 1997

Exigen al Presidente ``respetar el derecho de los priístas'' de Chenalhó a tener armas de fuego

Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 2 de octubre Ť Las autoridades municipales y rurales de Chenalhó pidieron al presidente Ernesto Zedillo que ``se respete'' la Constitución y a los priístas de ese lugar se les permita tener armas de fuego en sus domicilios particulares para ``su seguridad y legítima defensa''.

En una carta entregada ayer al mandatario en esta ciudad, los integrantes del ayuntamiento priísta y los agentes rurales aseguraron que es necesario que se cumpla esta petición para ``encontrar la paz entre los grupos indígenas que están en pugna en el municipio''.

Concretamente, los priístas le exigieron a Zedillo que ``se cumpla el artículo 10 de la Constitución que textualmente dice: Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en sus domicilios para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la ley federal y las reservadas para el uso exclusivo del Ejército''.

El pasado 25 de septiembre, cientos de simpatizantes zapatistas que realizaban un mitin en la cancha de basquetbol de Yabteclum, detuvieron y golpearon a un priísta que estaba escondido en el tanque de agua de una escuela, con un rifle máuser, aparentemente para atacar a los rebeldes que denunciaron la existencia de grupos paramilitares en Chenalhó.

Después de este hecho, las autoridades priístas municipales y de las comunidades se reunieron y acordaron pedir al presidente Zedillo que se les permita tener armas de fuego en sus casas para ``defenderse''.

De igual forma le demandaron que se realice una investigación de los hechos violentos en que dos de sus compañeros fueron asesinados en la comunidad Los Chorros, el 21 de septiembre anterior, luego de que éstos quemaron 14 casas --según cifras oficiales-- de los zapatistas.

El conflicto entre priístas y zapatistas-perredistas, que se agudizó el pasado 24 de mayo, ha dejado cuando menos cuatro muertos, un desaparecido, casas quemadas y saqueadas, así como cientos de familias desplazadas de ambos grupos.

Al mismo tiempo, las autoridades del PRI dijeron estar dispuestas a dialogar con sus contrarios para encontrar una solución negociada a sus diferencias y ``evitar más violencia entre hermanos''.