La Jornada 3 de octubre de 1997

Hubo un muerto y 4 heridos; no nos intimidan, dice Ernesto Samper

Ap, Afp, Efe, Dpa y Reuter, Santafé de Bogotá, 2 de octubre Ť El comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Manuel José Bonett, salió hoy ileso de un atentado dinamitero atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el que murió un civil y cuatro escoltas resultaron heridos. El presidente Ernesto Samper afirmó que su gobierno no se dejará intimidar ni chantajear por acciones ``terroristas'', ya que, dijo, responderá con firmeza ante los autores de estos hechos.

El atentado ocurrió en una carretera periférica de la ciudad caribeña de Santa Marta, capital del departamento de Magdalena, a unos 900 kiómetros al norte de esta capital, en un ataque que tuvo lugar cuando una caravana militar de unos cinco vehículos llegaba a esa localidad. De pronto, al menos tres cargas de explosivos estallaron al paso de los vehículos. No obstante, el jefe militar resultó ileso y el automóvil BMW blindado, que resultó totalmente destruido, pudo llegar a una base militar distante a más de un kilómetro en condiciones difíciles. El vehículo fue echando humo, con dos de los neumáticos destruidos, las puertas y la cajuela abiertas, y, de acuerdo con el propio Bonnet, sólo gracias a la pericia del conductor logró seguir y ponerse a salvo.

Bonett, quien hace apenas tres meses tomó posesión del cargo, dijo que la huida fue ``como de película'', pero sin que hubiera pánico, y declaró que ellos están acostumbrados a este tipo de situaciones y de crisis. Alabó también la sangre fría del conductor para salir del trance.

Con todo, aceptó que su vida estuvo en peligro, y tras señalar que salió ileso ``gracias a San Juan Bautista y al blindaje del vehículo'', reconoció que el atentado estuvo ``milimétricamente preparado''.

En el ataque sólo murió un civil, identificado como Rafael Zúñiga, según versiones primo de un candidato a alcalde y quien casualmente iba en otro vehículo detras de la caravana militar. Además, se informó que cuatro de los escoltas de Bonnet resultaron heridos.

Informes posteriores indicaron que un supuesto vocero de las FARC se comunicó a una emisora de radio para atribuir a esa organización rebelde la autoría del ataque. Y si bien los servicios de inteligencia de la policía y el ejército trataban de confirmar la autoría, no descartaban que fuera obra de la insurgencia.

La carga de dinamita estaba colocada en la carretera y explotó al paso de la caravana, en un operativo efectuado a control remoto al parecer desde un cerro cercano al lugar de los hechos. Las autoridades no han informado sobre la capacidad de los explosivos, pero se dijo que el estallido fue de tal magnitud que incluso derribó un cerro adyacente.

El general Bonett, quien era acompañado por el general Iván Ramírez Quintero, comandante de división de la zona, afirmó que aunque estuvo en peligro, su lucha contra los rebeldes no se detendrá. Incluso vaticinó que el fin de los grupos narcoterroristas está cercano, pues este tipo de ataques significan ``el canto del cisne'' de tales grupos.

Mientras que las diversas autoridades coincidían en que el objetivo era eliminar al jefe militar, el general Bonett declaró más tarde que este atentado no podía afectar las negociaciones con los grupos guerrilleros simplemente porque no había tal proceso. Apuntó que lo único que hay es una iniciativa unilateral del gobierno, sin respuesta por parte de ellos.

En tanto se atribuía el ataque a un Frente Caribe de las FARC, y que supuestamente sería en represalia por la gran ofensiva militar lanzada a principios de septiembre contra las guerrillas en los llanos del Yari, con intención de atrapar a los líderes rebeldes, ahora el general Bonett dijo que lo ocurrido muestra que debe intensificarse la ofensiva.

Tras ser informado de lo ocurrido, el presidente Samper declaró que el gobierno ha sido sorprendido por ``un nuevo hecho de terrorismo'' al atentarse contra la vida del comandante general de las fuerzas militares. Ante esto, afirmó, el gobierno responderá con firmeza, sin dejarse intimidar, e incluso aseguró que mantenía su oferta de paz.

En paralelo, este día presuntos rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacaron por primera vez el recién construido Oleoducto Central de Colombia, el mayor del país, en un tramo a la altura de Segovia, en Antioquia. Sin embargo, dicho oleoducto aún no entra en funcionamiento.

Asimismo, se reportó que dos sujetos que viajaban en una motocicleta dispararon contra la señora Karen de Harf, esposa del ex ministro de Comercio Exterior, Moris Harf. La señora Harf, que viajaba en un auto por una zona exclusiva del norte de Bogotá, resultó ilesa del atentado, y sus escoltas repelieron a los agresores.

En tanto se reportaba que la guerrilla ha logrado que 87 ciudades colombianas se queden sin candidatos para los comicios de octubre próximo debido a sus presiones y amenazas, se dio a conocer que una comisión del Congreso iniciaba una nueva investigación preliminar sobre narcofinanciamiento cuando Samper era ministro de Desarrollo.

En asuntos labores, hoy se cumplió el segundo día de paralización de los tribunales del país debido una huelga general de los trabajadores judiciales, que demandan mejoras salariales y otras prerrogativas. A su vez, los empleados estatales amenazaron con iniciar una huelga por tiempo indefinido desde el 9 de octubre.