La Jornada 3 de octubre de 1997

Terminó el paro en la JLCA; hoy reinician labores

Gustavo Castillo García Ť Terminó el paro de actividades en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Luego de 48 horas los más de 500 trabajadores decidieron reiniciar sus labores este viernes ante el inicio de pláticas entre autoridades del Departamento del Distrito Federal y representantes sindicales.

José Luis Rodea Pérez, secretario general de la Sección 24 del Sindicato Unico de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal, informó lo anterior y dijo que las pláticas podrían terminar dentro de seis días hábiles, una vez que la Secretaría de Hacienda acepte homologar los salarios de los trabajadores de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, con los de los empleados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

Mencionó que ``hasta el momento ya se acordó el reinicio de actividades, luego de que se iniciará la elaboración de un catálogo de puestos y se compare con los del Tribunal Superior de Justicia''.

Hasta las 20 horas de ayer, ambas representaciones seguían trabajando en los cuadros comparativos de puestos y también en la manera de homologarlos, pues dijo, ``el catálogo de la Junta Local es obsoleto y por ello no existe punto de comparación ahora''.

Puntualizó que los trabajadores de la Junta Local reiniciarán sus labores este viernes a partir de las 8 horas, aun cuando las mesas de negociación seguirán laborando hasta conformar el nuevo catálogo de puestos, y así poder presentarlo a la Secretaría de Hacienda para su aceptación.


Antonio Vázquez S. Ť Gangsterismo y corrupción en diversas organizaciones sindicales -principalmente en la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC)- al igual que en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), fueron denunciadas por microempresarios a quienes autoridades y directivas sindicales les exigen hasta 10 mil pesos por firmar un contrato de protección bajo la amenaza de estallarles huelgas en sus establecimientos.

Tal es el caso de Araceli Cabrera Ortiz, dueña de la microempresa Japan Institute of Computation, a quien representantes sindicales de la CROC le exigieron el pago de 10 mil pesos, negociables, para que pudiera desempeñar sus trabajos.

Cabrera Ortiz es dueña de esta microempresa en la que laboran su primo, Julio César Ortiz Rosas, y su sobrino Fernando Millán Cabrera. A ese sitio, ubicado en avenida Ermita Iztapalapa, acudieron dos representantes de la Federación Obrera Autónoma del Distrito Federal, afiliada a la CROC, para exigirle el dinero, ``por diversas violaciones al contrato colectivo de trabajo''.

La microempresaria, manifestó que no entendía el motivo del emplazamiento, toda vez que los trabajadores que laboran en el Instituto Japonés de Computación son: ``mi sobrino y mi primo''.

Por tal motivo, se negó a acudir al citatorio de la JLCA que preside Arturo Pueblita. Sus empleados, encabezados por un licenciado de apellido Rojas, le exigieron el pago de 10 mil pesos para retirar el emplazamiento.

Araceli Cabrera creyó en un principio que se trataba de una ``broma de mal gusto''. Sin embargo, cuando acudió a la Junta y las autoridades le reiteraron la exigencia de los dirigentes de la CROC, inició la demanda en contra de ``quienes resulten responsables''.

Antes de acudir a esta reunión, Cabrera Ortiz buscó asesoría en el Congreso del Trabajo. Ahí le dijeron que se pusiera en contacto con Humberto Ojeda o Rodolfo Aguilar, secretario general y secretario del interior de la Federación Sindical, sedicente organización afiliada al CT.

De entrada, la representación sindical le sugirió que ``era mejor que se pusiera a mano con los dirigentes de la CROC para evitar males mayores. Más vale un buen arreglo que un mal pleito''.

Araceli Cabrera solicitó el apoyo de las autoridades laborales para aclarar este ``supuesto emplazamiento a huelga'' y denunció que no es justo que en un país ``en el que todo ha cambiado, todavía existan autoridades laborales y sindicales que quieran actuar al más viejo estilo gangsteril.