La Jornada 5 de octubre de 1997

Pánico por choques de ambulantes e inspectores en el Centro Histórico

Raúl Llanos Samaniego Ť De nueva cuenta las calles del Centro Histórico del Distrito Federal se convirtieron en escenario de diversos enfrentamientos entre inspectores de Vía Pública de la delegación Cuauhtémoc y ambulantes, que dejaron un saldo de por lo menos 15 lesionados por golpes.

Los hechos iniciaron cuando cerca del mediodía un grupo de aproximadamente 15 inspectores realizaron un operativo de desalojo de vendedores ambulantes en las calles que comprende el perímetro A del Centro capitalino.


Inspectores de Vía Pública de la Cuauhtémoc se llevaron hasta
el carrito antes del enfrentamiento con ambulantes.
Foto: Carlos Cisneros

Recorrían a pie las calles, levantando la mercancía de quienes estaban instalados en zonas prohibidas, cuando en el cruce de Isabel la Católica y Venustiano Carranza se toparon con un grupo de alrededor de 40 comerciantes informales, quienes reclamaron a los inspectores su actitud y después de la agresión verbal pasaron a los golpes. Eran ya las 13:30 horas.

Según testigos de los hechos, algunos de los empleados de la delegación Cuauhtémoc traían palos, mientras que de parte de los toreros salieron a relucir tubos y uno que otro cuchillo.

Ante este hecho, los elementos de Vía Pública pidieron refuerzos a través de sus radios de intercomunicación y de inmediato se concentraron en la calle 20 de Noviembre. Esa estrategia causó temor entre cientos de transeúntes, en calles cercanas al Zócalo.

Minutos más tarde, precisamente en el cruce de Regina y 20 de Noviembre volvió a suscitarse otro choque entre los inspectores y los ambulantes, y hubo varios lesionados, correteados y asustados con esos hechos.

De inmediato se concentraron en los arcos de la regencia capitalina tanto los inspectores como el jefe de Vía Pública de la delegación Cuauhtémoc, Enrique Hidalgo, quien solicitó el apoyo del Agrupamiento de Granaderos. Se presentó a este lugar cerca de medio centenar de uniformados con toletes y escudos.

A su vez, los cerca de 50 inspectores se armaron con tubos, palos, varillas y todo objeto contundente posible, y así se dieron a la tarea de ir a desalojar a los ambulantes-agresores. Salieron de las puertas del Departamento del Distrito Federal (DDF). Adelante iban los inspectores, encabezados por Enrique Hidalgo, y tras de ellos, formando dos columnas, los granaderos.

Recorrieron desde 16 de Septiembre hasta Allende y de ahí hasta Bolívar y luego Venustiano Carranza, donde se concentraron y bloquearon la circulación de algunas calles. Varios automovilistas pretendieron quejarse de la obstrucción de esas vías, pero al verlos con sus tubos y varillas decidieron resignarse y rodear por otras áreas.

Quienes se atrevieron a enfrentarse a los inspectores de Vía Pública sufrieron las consecuencias, como le ocurrió a la conductora del Volkswagen negro placas 522-BBD, quien reclamó el bloqueo de las calles y recibió en respuesta reclamos verbales; cuando trataba de salir del vehículo le empujaron la puerta en plena cara. Ante esto, los responsables del cuerpo de inspectores instaron a la afectada, de mejor manera, a subir de nueva cuenta a su vehículo y alejarse.

Luego los inspectores y granaderos reiniciaron su marcha rumbo a la plancha del Zócalo, ocupando toda la calle, con sus tubos, palos o varillas al hombro o aferradas a sus manos.

A su paso, los encargados de los establecimientos iban bajando las cortinas de sus negocios, ante el temor de que fueran porros y sufrieran nuevamente robos y agresiones.

Finalmente, Enrique Hidalgo manifestó que las agresiones iniciaron de un grupo de toreros dirigidos por un sujeto apodado El Cari, y reiteró que continuarán con sus operativos para evitar la instalación de los vendedores callejeros. Pero apenas unos minutos después de que se retiraron la fuerza pública y el personal de la Cuauhtémoc --cerca de las 14 horas--, volvieron a colocarse los ambulantes.