Javier Flores
Difusión del conocimiento y reformas al SNI

Envié la siguiente carta al doctor Jaime Martuscelli Quintana, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Investigadores (SNI): Me dirijo a usted en atención a la convocatoria que el Consejo Directivo del SNI hiciera pública el pasado 24 de septiembre, en la que se invita a la comunidad académica a externar sus puntos de vista sobre posibles reformas a este Sistema. Antes que nada quiero expresarle mi reconocimiento por esta iniciativa ya que en ella se advierte un genuino interés por escuchar a distintas voces. Los significados del SNI van mucho más allá de su papel como un instrumento para otorgar reconocimientos y estímulos económicos. Sintetiza, además, todo un cuerpo de ideas acerca de lo que es la actividad científica en un país como el nuestro. Eso le da un valor especial a esta invitación, pues pensar en cambios en el SNI representa la posibilidad de someter a examen, en beneficio de la ciencia mexicana y del país, algunas de estas concepciones. No me voy a referir, sin embargo, a estos aspectos generales sobre los cuales ya he expresado en varias ocasiones, como muchos otros, mis opiniones. Quisiera más bien someter a su consideración y la del Consejo Directivo un tema muy particular: El papel de la difusión del conocimiento en el desarrollo de la ciencia en México.

1. La difusión de la ciencia es una tarea altamente especializada. Al igual que otras áreas del conocimiento la difusión requiere de un amplio entrenamiento. Es realizada por investigadores y por personas provenientes de diversas disciplinas cuya vocación es el conocimiento y que se han comprometido con el objetivo de extender a sectores amplios de la sociedad los beneficios del saber. Exige en ocasiones, al igual que la investigación en cualquier otro campo, de una dedicación completa y si bien no hay en México programas formales de educación en esta área --no hay en México un programa de doctorado en difusión de la ciencia-- existen en nuestro país investigadores y divulgadores del más alto nivel.

2. La difusión genera vínculos entre la ciencia y la sociedad. La difusión se desarrolla en la compleja interfase que existe entre la ciencia y la sociedad. Esto ocurre no de modo unidireccional, es decir, desde los centros en los que se genera el conocimiento hacia la población no especializada sino también de manera inversa, propiciando las diferentes expresiones de la sociedad respecto a la investigación científica. Con ello se genera un vínculo que permite una comunicación amplia entre los dos sectores. Un ejemplo de este flujo es que, por un lado, se dan a conocer a la población los avances logrados por la ciencia mundial y los investigadores mexicanos y por otra parte se recogen las preocupaciones de la sociedad sobre los beneficios y consecuencias de la labor científica.

Puede decirse que hasta ahora, en buena medida gracias a la difusión, la sociedad mexicana observa con respeto y simpatía la labor de sus científicos y comparte muchas de sus preocupaciones, lo que constituye un punto de apoyo indispensable para el desarrollo científico de México.

= 3. La difusión tiene un impacto en el terreno educativo. Al ser la función primordial de la difusión extender los conocimientos entre la población no especializada, cumple una función educativa.

Incorpora, mediante sistemas no formales, el cuerpo de conocimentos que surgen de la investigación científica y constituye una herramienta que puede ser decisiva en: a) el nivel educativo general de la población y b) en la decisión vocacional de los jóvenes que buscan formarse en una carrera científica. En este último caso, puede tener un impacto decisivo en el crecimiento de la comunidad científica. Es cierto que a la fecha no se ha explotado el enorme potencial de la difusión en programas amplios de educación científica en México.

4. La difusión es una labor creativa. Contrariamente a lo que se piensa, la difusión no consiste en una simple ``traducción'' de lenguajes generados en un sitio para llevarlos a otros. Se trata de una labor creativa en la que se incorporan elementos surgidos de diversos campos de las ciencias y las artes. Comparte con la investigación científica por lo menos tres aspectos esenciales: La originalidad, la libertad y la crítica. Además, aunque puede tratarse de un tema controvertido, la difusión puede ser también un medio para la creación de nuevos conocimientos.

Dadas las características particulares de la difusión, sus productos quedan fuera de la consideración en los actuales mecanismos de evaluación utilizados en el SNI, a pesar de que es uno de los medios más directos en los que podría expresarse un compromiso de la ciencia mexicana con la sociedad. Hasta ahora las personas que se dedican a esta actividad o que comparten sus tareas de investigación con la difusión del conocimiento, no son justamente valoradas. Esta omisión ha tenido, por extensión, consecuencias graves. En las universidades y otras instituciones académicas que cuentan entre sus tareas básicas a la difusión, se han adoptado de una manera mecánica los criterios de evaluación del SNI lo que ha llevado al desconocimiento, en la práctica, de una de sus funciones esenciales.

Por lo anterior propongo que en la reforma del SNI que ahora se inicia, se considere una valoración justa de la difusión del conocimiento. Quiero agregar, doctor Martuscelli, que dadas las características de nuestro actual sistema de ciencia y tecnología, no me hago muchas ilusiones sobre los resultados que puedan tener propuestas como la presente , sin embargo, quiero dejar constancia de que en este proceso de evaluación hay por lo menos una voz (que espero no sea la única) que se pronuncia por este cambio.

Afectuosamente.