La Jornada 6 de octubre de 1997

Desnudo, fue sacado un reo con sida del penal de Santa Martha

Angeles Cruz Ť El director de la penitenciaría de Santa Martha Acatitla, Raúl Salazar Ojeda, habló por teléfono el viernes pasado después de las 22 horas a la casa de la familia de Víctor para decirles: ``Ya fueron a Derechos Humanos y a Gobernación, así que vengan ahorita por él o lo sacamos a la calle porque aquí no es beneficencia pública''.

Víctor tiene sida en fase terminal, ya no se mueve por sí mismo y por esa razón obtuvo su libertad anticipada. ``No sabemos cuánto tiempo le queda de vida'' y sin embargo la madrugada del sábado fue sacado del centro de reclusión completamente desnudo y sin ninguna consideración por su salud lo colocaron en la ambulancia que su hermano consiguió, previo pago de 400 pesos,

Vía telefónica, los familiares le pidieron al funcionario que por lo menos esperara a que amaneciera, porque en ese momento tendrían que buscar una ambulancia para que los llevara a su casa (viven en el poniente de la ciudad), pero Salazar Ojeda reiteró su exigencia: ``Ahorita o no respondo''.

Así, el hermano de Víctor y su esposa llegaron al penal después de la medianoche. La mujer llevaba la ropa de su cuñado: ``Quería vestirlo antes de que saliera y el director dijo que sí podría pasar, pero cuando nos dimos cuenta, Víctor ya estaba en la ambulancia''.

Esperaron unas dos horas para firmar los papeles. Víctor purgaba una condena de 4 años y seis meses por el delito de robo. En septiembre pasado completó un año preso y desde hace por lo menos 14 es portador del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Su salud empeoró este año, le han aplicado suero y transfusiones de sangre varias ocasiones. Hace unos días aún hablaba, pero ahora ya no. La esposa de Víctor también murió de sida y la familia teme por la hija de ambos, de ocho años de edad.

Advertencia de Salazar Ojeda: Si sana, Víctor debe regresar a cumplir su pena

Esta es una arista del complejo problema que viven más de 40 internos del penal de Santa Martha Acatitla que son portadores del VIH/sida. De ellos, 10 ya manifiestan claramente la enfermedad.

En tanto, organismos no gubernamentales han señalado que los reos no cuentan con la asistencia médica necesaria. Desde hace un año les hicieron una prueba para revisar el avance de la enfermedad y hasta ahora no les han practicado otra. Así, los tratamientos médicos se prescriben sin tener una base confiable para garantizar el control del padecimiento.

Según estudios de especialistas del Consejo Nacional de Control y Prevención del Sida (Conasida), entre los presos, el VIH/sida se ha incrementado en los últimos años en 200 por ciento. Por esto es urgente tomar medidas para mejorar la calidad de vida de estas personas, sostiene la Fundación Mexicana de Lucha contra el Sida.

La liberación anticipada de Víctor tardó más de 15 días en resolverse, a pesar de que su enfermedad ya está en la fase terminal y lo único que su familia buscaba es que tenga una muerte digna. ``Ya no podemos pedir más'', dicen. Pero el trato que recibieron todos estos días y hasta cuando lo fueron a sacar del penal, es de ``absoluta insensibilidad hacia un ser humano''.

Raúl Salazar Ojeda todavía le advirtió al hermano de Víctor sobre su responsabilidad de avisar en el penal sobre la salud del ahora ex preso. ``Si se mejora tiene que regresar a pagar los años que le faltan de sentencia''.

Con esto el funcionario sólo demostró que ``no tiene la menor idea de lo que significa que una persona con sida esté en fase terminal'', apuntó la familia.

Ahora Víctor se encuentra en Albergues de México; pero a su llegada, los familiares tuvieron que escuchar de René García, quien los recibió, que la cuota por tener ahí a su enfermo es de 100 pesos diarios y de entrada ``tienen que dejar un depósito de 10 días, que son mil pesos''.

Y lo peor, les dijo ``si no están de acuerdo se lo pueden llevar''. Ante esto, los familiares recurrieron a la Fundación Mexicana de Lucha contra el Sida, otro ONG que intervino y al parecer ya no tendrán que pagar, debido a que carecen de dinero.