La Jornada 7 de octubre de 1997

Uno de los zorros se negó a rendir su declaración preparatoria

Alberto Nájar Ť El juez 19 de lo penal decretó ayer auto de formal prisión a 18 policías implicados en la balacera de la colonia Buenos Aires y la ejecución de tres jóvenes en Tláhuac, durante una audiencia en la que el zorro Oscar Manuel Bazán Figueroa, quien se encontraba hospitalizado, se negó a rendir su declaración preparatoria.

En la diligencia surgió una nueva contradicción en cuanto a la forma como ocurrió la balacera, pues de acuerdo con el pliego de consignación que entregó el Ministerio Público al juzgado, los tres jóvenes ejecutados fueron detenidos por motopatrulleros y trasladados en sus unidades hasta el camión de la ex ruta 100, donde viajaba un grupo de Zorros.


Los policías de la SSP todo el tiempo se taparon la cara o
estuvieron de espaldas en la ventanilla de prácticas del
juzgado 19.
Foto: Frida Hartz

Asimismo, el documento señala que Bazán junto con el ahora occiso Pedro Pasarán, (también del grupo Zorros), llegaron a la esquina de Doctor Andrade y Barajas Lozano a bordo de la motocicleta del jaguar Eleazar Armando Pérez Zavala, acusado de los cuatro homicidios, y no se reporta que haya ocurrido persecución alguna.

La última versión oficial indicaba que los dos zorros solicitaron apoyo al jaguar y a su compañero para perseguir un automóvil Crown Victoria, cuyos tripulantes los habían asaltado. Los cuatro policías llegaron al lugar de los hechos y se enfrentaron a tiros con los ocupantes del vehículo.

En un principio, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) señaló que los Zorros descendieron del camión para auxiliar a los ocupantes de un Golf rojo que eran asaltados. Al aproximarse al vehículo fueron recibidos a balazos, lo que causó la muerte de Pasarán y las heridas a Bazán.

De acuerdo con el pliego de consignación, en el Crown Victoria viajaban Daniel Colín Enciso, Guillermo Faustino Ramírez y otro sujeto no identificado que logró escapar. Al llegar los policías, el jaguar disparó su metralleta Uzi contra Faustino Ramírez, conductor del vehículo, quien pereció al instante, mientras que el zorro detuvo a Colín Enciso; éste apareció ejecutado al día siguiente.

Los tres policías acusado efectuaron disparos en distintas direcciones. Minutos después llegó el autobús de la ex Ruta 100 del que bajaron otros policías de la SSP para auxiliarlos.

No se pudo conocer la declaración ministerial de Bazán Figueroa ni la forma en la que resultó herido, pues se negó a que leyeran los documentos. Tampoco expresó declaración alguna y se negó a responder las preguntas de su defensor o del agente del Ministerio Público.

La situación jurídica del zorro se determinará a más tardar a las 17 horas del próximo jueves. A sus compañeros se les dictó ayer el auto de formal prisión y se reiteró la negativa a concederles libertad bajo caución.

En el caso de Eleazar Pérez Zavala, se le consignó por el homicidio calificado de Juan Carlos Romero Peralta, Daniel Colín Enciso e Iván Oscar Mora Lecea, en Tláhuac, así como el homicidio simple de Guillermo Faustino Ramírez, en la colonia Buenos Aires.

Los 18 policías restantes fueron acusados de abuso de autoridad en contra de las personas antes mencionadas, además de Claudia Hernández Zárate, Vanessa Cabrera Vargas, Laura Ortiz Burgos y Juan José Solís. En este paquete se incluyó al jaguar Pérez Zavala, quien recibió un segundo auto de formal prisión por el mismo delito; la causa penal es la 163/97.

La diligencia se interrumpió en dos ocasiones cuando un individuo afectado de sus facultades mentales acusó a los periodistas de no difundir sus cartas; la otra, cuando Jesús Romero Argüelles, padre de una de las víctimas, reclamó al jaguar su actitud ante la rejilla de prácticas. ``¡Si tu mataste a mi hijo alza la cara, cobarde!'', gritó. ``¡Sólo con niños pudiste!''. De hecho, ocultar el rostro fue el común denominador de los policías quienes escucharon la resolución judicial de espaldas a la rejilla.

La SSP asignó seis abogados para que defendieran a 15 de los indiciados; tres contrataron defensores particulares y sólo dos --el acusado de los cuatro homicidios y Bazán Figueroa-- mantienen a sus defensores de oficio.