Houston Ť El secretario de Energía, Jesús Reyes Heroles, sabe que aunque vienen sus tiempos, estos --los actuales-- todavía no son los suyos y se niega a hablar sobre su próxima responsabilidad como embajador de México en Estados Unidos. Físicamente ahora muy parecido a don Jesús, su padre, el virtual embajador no corre prisa: tiene cerca de un mes para avanzar en el proceso de privatización de la industria petroquímica regulada por Pemex, tiempo en que lo deberá ratificar el Senado de la República en su nueva responsabilidad.
Informa que en los próximos años llegarán inversiones para el sector energético por 25 mil millones de dólares; dice que no hay sobreexplotación de yacimientos, sino optimización de la infraestructura petrolera y que la oposición no detendrá el proceso de desincorporación de activos de la industria petroquímica porque ha estado participando en su conformación.
Hoy, un día antes de que inaugure el simposium Acceso a la energía en México, donde se darán cita cientos de industriales de la energía de todo el mundo, Reyes Heroles se niega a hablar sobre su futura responsabilidad. Ni una sola palabra.
Sí asegura que hay avances significativos en el sector que le ha tocado conducir durante los últimos tres años y subraya en diferentes reuniones con la prensa nacional y extranjera --que lo acompaña en esta gira de trabajo--, que está por concluir un nuevo esquema fiscal para Petróleos Mexicanos.
Se trata de que la paraestatal atienda con mayor holgura sus planes de expansión, cumpla sus compromisos con la Federación y atienda los requerimientos de sus clientes externos. Es tajante: Pemex no se privatizará.
Se muestra contento. Una y otra vez regresa la sonrisa a su rostro con el que ha enfrentado las severas críticas de los opositores, y dice que no le preocupa que el proceso de desincorporación de activos de la industria petroquímica se atore en el Congreso de la Unión: ``No lo creo porque en el proyecto hemos trabajado con ellos, con la oposición''.
Sabe también que para concluir la privatización le queda muy poco tiempo y por ello hoy se reunirá con empresarios, hombres de negocios y banqueros que tienen interés en participar en esas licitaciones que el gobierno mexicano empezó hace dos años.
El titular de Energía confiesa que en el caso de Pemex hay todavía una tarea pendiente que deberá resolver su director, Adrián Lajous --quien participa hoy martes en este foro--: que opere como empresa privada sin serlo. Que su grillete, la pesada carga fiscal que tiene, le permita atender con eficiencia sus planes de expansión; pero matiza que es y seguirá siendo una empresa pública, propiedad de los mexicanos.
En lo que respecta al gas, Jesús Reyes Heroles confiesa que está muy satisfecho con el proceso de privatización pues está muy adelantado y es el único que cuenta con un marco regulatorio que le permitirá superar la prueba de fuego: la del río Pánuco en la cual participantes como Shell se han inconformado.
Una y otra vez arranca la risa de la prensa. Se le ve contento. Ni siquiera le preocupa que la relación reservas-producción haya pasado en los últimos tres años de 50 a 48 años, y dice que la tendencia en el corto plazo mejorará. Son los tiempos del nuevo Jesús Reyes Heroles que en noviembre próximo representará al gobierno mexicano en este país.