El Consejo de Seguridad Pública del DF, ignorado por autoridades
Ricardo Olayo Ť El Consejo de Seguridad Pública del Distrito Federal, el máximo órgano de coordinación y planeación de las políticas y acciones que tienen que aplicar las autoridades capitalinas en el combate a la delincuencia, no ha sesionado desde su instalación el 10 de mayo de 1996.
La instancia que por decreto tiene que hacer propuestas, consultar a especialistas y servir de enlace con el Consejo Nacional de Seguridad Pública, no ha sesionado porque su presidente, Oscar Espinosa, no ha convocado a reunión alguna en 18 meses.
El Consejo Local está integrado por casi una treintena de instancias de gobierno del DF, entre ellas todas las secretarías del Departamento del Distrito Federal, el procurador de Justicia, los subprocuradores, así como los directores de la Policía Preventiva, entre otros.
A tal extremo es irregular la vida de este organismo que aún aparece como secretario técnico el ex secretario de Seguridad Pública, David Garay Maldonado, quien fue cesado durante la segunda quincena de mayo de 1996.
Sin embargo, como el cargo en el Consejo de Seguridad lo obtuvo Garay mediante elección de sus miembros y a propuesta de Espinosa Villarreal, formalmente continúa integrado al organismo.
Según el decreto publicado en la Gaceta Oficial del DF y en el Diario Oficial de la Federación, el consejo tiene que reunirse al menos una vez cada tres meses. Indica: ``El gobierno de la ciudad de México, consecuente con el objetivo de alcanzar una ciudad segura para todos'', emite el decreto que, sin embargo, no ha tenido seguimiento.
Facultades en desuso
El contexto en el que nació el organismo fue el de un creciente índice delictivo --el más alto hasta entonces, con casi 620 delitos por día-- y manifestaciones de oposición a algunos operativos que se empezaban a poner en práctica y que eran considerados ilegales por algunos sectores.
Desde entonces, el gobierno de la ciudad no ha abandonado el discurso según el cual considera que resolver la inseguridad pública es su prioridad. De entonces a la fecha, el problema se ha agudizado.
El objetivo del Consejo de Seguridad Pública del Distrito Federal es ``coordinar, planear y supervisar las instancias, instrumentos, políticas, servicios y acciones a que se refiere el Sistema Nacional de Seguridad Pública, aplicables al Distrito Federal''.
Entre sus tareas primordiales está vincular el Sistema Nacional con los planes y programas del Distrito Federal; establecer políticas generales en seguridad pública; hacer propuestas a nivel federal; elaborar propuestas de reformas a disposiciones jurídicas; analizar proyectos y estudios, y expedir reglas de funcionamiento de los comités delegacionales en la materia.
Además, faculta al regente para que invite a expertos, instituciones académicas y agrupaciones de los sectores privado y social para ``formar comisiones para el estudio especializado en seguridad pública''.
Otro consejo que no sesiona
No es el único caso de un organismo creado por el DDF que no realiza trabajo entre sus miembros. El Consejo Jurídico Consultivo, creado por especialistas, directores de escuelas, autoridades y otros especialistas nació en septiembre de 1995, pero sus labores han sido irregulares.
El grupo de especialistas en el área penal jamás ha sido llamado a sesionar aunque entre su objetivos está diseñar propuestas legales y propiciar el debate en los casos que preocupan a la sociedad.
Como otras instancias de consulta del gobierno capitalino, su objetivo central es colaborar en la toma de decisiones, pero a pesar de la invitación que hizo a sus connotados integrantes nunca fueron llamados; entre ellos figuran Sergio García Ramírez, Ignacio Burgoa, José Luis Soberanes y Andrés Serra Rojas.
Uno de los integrantes de este Consejo Consultivo, el presidente de la Barra Mexicana de Abogados, Jesús Zamora Pierce, dijo que esta actitud del DDF ``más que grave es poco congruente, y equivale a crear grandes organismos para que la opinión pública piense que se está haciendo algo en materia de seguridad''.
``Se usa el nombre y prestigio de algunas personas, se da el gran golpe de prensa, pero es muy triste que no funcione. Que se cite a una ceremonia, se digan dos o tres discursos, se instale y jamás vuelva a sesionar''. En suma, ``es un engaño a la población'', dijo en entrevista.