La Jornada 13 de octubre de 1997

Aconseja Prigione ``mucha discreción'' al tratar en México temas de narco y corrupción

Alma E. Muñoz Ť Girolamo Prigione, antecesor del nuncio apostólico Justo Mullor, consideró que los temas sobre corrupción y narcotráfico deben tratarse ``con mucha discreción'' en México, por la sensibilidad que existe aquí sobre ellos.

En entrevista telefónica con La Jornada, Prigione expresó temores de que exista una ``campaña'' contra de la Iglesia católilica ante el conflicto que actualmente vive Mullor por sus declaraciones sobre corrupción al interior del Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República (PGR), así como el ataque a la educación oficial.

``Ojalá todo se resuelva bien'', señaló el italiano quien, a poco más de cinco meses del anuncio de su relevo como diplomático del Vaticano, pidió prudencia a los representantes católicos para hablar sobre ``asuntos muy delicados'', pues, dijo, el resultado ``depende de lo que cada uno de nosotros hacemos''.

De acuerdo con el Canon 364 del Código de Derecho Canónico, las funciones de un representante pontificio son ``defender'', con los obispos y las autoridades estatales, todo lo que pertenece a la misión de la Iglesia y la sede apostólica. Su misión principal es reforzar los lazos entre el Papa y los católicos de un determinado país, así como buscar solución en caso de conflictos entre obispos, sacerdotes y gobierno.

Justo Mullor llegó a la ciudad de México el 21 de junio para relevar a Girolamo Prigione, quien se fue del país cuestionado por organizaciones sociales y civiles al reunirse en la nunciatura apostólica con los narcotraficantes Arellano Félix, quienes, de acuerdo con declaraciones del ex diplomático en México, buscaron exculparse del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, el 24 de mayo de 1994.

A su llegada al país, Mullor prometió buscar soluciones para los problemas sociales mediante el diálogo fraterno y el apoyo de los obispos mexicanos, porque, dijo: ``vengo a afrontar la realidad mexicana tal como es, trabajando con sus pastores''. Fijó como postura ``respetar la opinión de los mexicanos, sea cual sea'' y ``no dar opiniones de nada'', porque ``yo no soy mexicano''.

Antes de presentar sus cartas credenciales al gobierno de México, el representante de Juan Pablo II ofreció ser un nuncio positivo, en busca de ``ver las cosas en colores, y no en blanco y negro''.

Ahora Mullor deberá explicar a los obispos mexicanos y a Gobernación el porqué de sus declaraciones respecto a las narcomordidas para militares y la PGR.

Sobre el caso, Girolamo Prigione aceptó hacer unas declaraciones a este diario, desde su casa en Alejandría, Egipto:

-Actualmente, su sucesor, el nuncio Justo Mullor, es cuestionado por culpar al Ejército Mexicano y a la PGR de recibir narcomordidas. ¿Qué opina al respecto?

-Es terrible. Entonces hay una campaña ahora en contra. Se desató una campaña en contra... Oh sí, y piden la expulsión.

-Los principales interesados en la expulsión del diplomático son los evangélicos...

-Ah sí, bueno... Bien, son temas muy delicados, esos hay que tratarlos con mucha prudencia, eso sí, hay que tratarlos con mucha prudencia.

-Ramón Godínez (secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano) dijo en la Basílica de Guadalupe que recibió una llamada de la Secretaría de Gobernación para ver qué se hace en este caso. Usted recuerda que desde su estancia en México ha habido mucha controversia.

-Oh, sí, sí, sí.

-Ahora, se cuestiona la actuación diplomática de la función de un ministro de culto.

-Sí, sí, lo sé. Son, pues, cosas muy delicadas. En México hay mucha sensibilidad en ese tema; por eso yo mismo repito, depende, depende de lo que cada uno de nosotros hacemos, ojalá que todo se resuelva bien entonces.

-Hay voces que recuerdan la reunión que usted tuvo con los Arellano Félix. El nuncio, cuando llegó a México, venía con la intención de no decir nada, limitarse a su labor de diplomático. Sin embargo, habla de asuntos muy delicados para el país. ¿Qué opina al respecto, usted vivió más de 19 años en México?

-Son temas muy delicados, deben ser tratados con mucha discreción en México. Eso sí, repito. En fin, ahora estoy fuera y por eso no quiero meterme en esos temas. Ya es tarde ahora. Bien, le agradezco mucho.