La Jornada 13 de octubre de 1997

Ni improvisación ni negligencia: SG

José Gil Olmos Ť El subsecretario de Protección Civil y Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, Ricardo García Villalobos, aseguró que no hubo negligencia ni improvisación por parte de las autoridades para prevenir a la población de los estados de Oaxaca y Guerrero de los peligros que traía consigo el huracán Paulina.

El funcionario gubernamental sostuvo que los sistemas de prevención no fallaron, e informó que ya se restablecieron las líneas de comunicación en Acapulco. En Oaxaca, empero, dijo que continúan aisladas comunidades pequeñas ubicadas en la sierra porque los caminos quedaron destruidos y se está tratando de llegar a ellas en 15 helicópteros disponibles por el momento, y con 10 más que en breve estarán operando.

Aseguró que hasta el momento están cubiertas las necesidades básicas de la población afectada, pero que se intenta hacer acopio de 40 mil despensas para disponer suministros suficientes en los próximos ochos días.

Frente a la pérdida de vidas en Acapulco, señaló como responsables a quienes han vendido ilegalmente terrenos en zonas irregulares, y alertó de posibles epidemias en las zonas marginales de este puerto por el consumo de agua o alimentos que posiblemente puedan estar contaminados.

Aseguró que desde el primero de octubre los sistemas meteorológicos ya tenían la información de cómo se iba formando el fenómeno y que, a partir de entonces, se anunció a las autoridades de ambas entidades tomar las medidas necesarias, a la Marina cerrar los puertos y a las autoridades de protección civil y de aeropuertos efectuar preventivos de radio para que la población estuviera suficientemente alerta.

Pero en Acapulco, señaló, hubo resistencias para salir de sus lugares.

``No hubo improvisación en las medidas preventivas, hubo suficiencia; yo creo que fue más bien arraigo en sus propios lugares. La gente no se quiso salir, la pura verdad es que hubo mucha gente que se le pidió desalojara y no se salió. El caso concreto es la colonia en donde desapareció inclusive la iglesia en el lecho de un viejo riachuelo que estaba desecado; arrastró la corriente a todo el mundo. Todavía el día que llegamos por la noche había mucha gente que estaba cruzando en un tablón de lado a lado, a pesar de que venía fuerte la corriente. Tuvimos que acordonar la zona por el Ejército'', indicó García Villalobos.

Según el subsecretario de Gobernación, la gente se resistió a salir de sus hogares en algunas colonias irregulares de Acapulco porque temían que las autoridades aprovecharían la ocasión para desalojarlos, lo que dificultó su evacuación.

``Hubo todo tipo de precauciones, se tomaron las acciones preventivas y esto me parece muy lamentable y nos pone a pensar que se pudo haber evitado si es que la comunidad hubiera puesto realmente atención a lo que se les transmitía'', argumentó.

No obstante, reconoció que nunca se pensó que el huracán llegaría con una fuerza de nivel 4 al puerto de Acapulco, porque un día antes había disminuido un nivel su fuerza y se pensó que el huracán tomaría el rumbo del Istmo de Tehuantepec. Adujo que los fenómenos meteorológicos no se pueden medir y menos la intensidad de los huracanes.

``En la madrugada de ese día recobró fuerza y se hicieron llamamientos de inmediato a la población, pero desde luego las condiciones, insisto, fueron las que aquí (Acapulco) provocaron el problema porque no hubo colapsamiento de edificaciones, sino el arrastre de las aguas fue lo que generó el número de muertos, esa es la cosa'', explicó García Villalobos.

--¿La comunidad es la culpable?

--No, no es la culpable. Culpo en muchas ocasiones a las gentes que engañan a los que tienen necesidad de un lugar para vivir y les insisten que no desocupen esos lugares. La autoridad no actúa caprichosamente, cuando hay que hacer un desalojo se tiene que hacer.

Explicó que en las poblaciones de Oaxaca los efectos no fueron tan severos como en el puerto de Acapulco, por las densidad de la población y porque desde cuatro días de anticipación se determinó con el gobierno de la entidad evacuar algunas zonas vulnerables.

Ahora, dijo, la situación está bajo control y en Acapulco se intensificará la dotación de agua para evitar escasez y epidemias, y además se establecerá un patrullaje ante los abusos y el robo que se ha presentado sobre todo en las colonias populares y de escasos recursos.