A partir de 1977 el salario mínimo en el país se hadesplomado y, junto con él, el poder adquisitivo del peso. Este profundo proceso de deterioro salarial continúa a la fecha y, de hecho, desde que el salario mínimo en México se reglamentó en 1935, nunca antes había alcanzado un nivel tan bajo en su capacidad de compra.
Según el Centro de Análisis Multidisciplnario (CAM) de la Facutal de Economía de la UNAM, durante el periodo en que han estado en vigencia los pactos -del 16 de diciembre de 1987 al primero de septiembre de 1997-, el precio de la canasta básica se ha acrecentado (de manera acumulada) mil 347.2 por ciento.
Mientras tanto, el salario mínimo sólo lo ha hecho (también de manera acumulada) en 308.7 por ciento, arrojando para dicho periodo una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario de 71.7 por ciento. El CAM estima que esta notable pérdida del poder de compra del salario refleja, a su vez, un agudo proceso de desvalorización de la fuerza de trabajo.
Así, el gobierno zedillista aún no ha logrado restituir el poder de compra que los trabajadores tenían antes de la crisis de 1994, ni tampoco generar los empleos que se perdieron en los últimos dos años. Aunado a esto, y particularmente durante la administración salinista, el Estado se ha adelgazado, pero ahora cuesta más que cuando era obeso.
El Estado ``neoliberal'' actual decide los modelos de industrialización, fija las tasas de interés, el tipo de cambio, el gasto público, los impuestos -y su monto-, el salario y los precios, tiene la capacidad de expropiar y otorgar concesiones.
También tiene la facultad de firmar tratados, de hacer leyes, de contratar deuda y de restructurarla; tiene la capacidad de emitir instrumentos de deuda púlbica -interna y externa- e interviene en la regulación de la paridad cambiaria, determinando su deslizamiento. Como se puede observar, el Estado no ha dejado de intervenir en la economía.
Su esencia es la actividad económica o, mejor dicho, cuando interviene, lo hace en beneficio de los grandes capitales, de la oligarquía financiera nacional e internacional y sus inversiones. Durante la presente administración es cuando más se han destinado recursos públicos para rescatar empresas privadas quebradas; ahí están los casos de los bancos y las carreteras.
En cambio, deja que las llamadas fuerzas del mercado arrasen a las pequeñas y medianas industrias. Ahora que si se dice que neoliberalismo es hablar de libre mercado, esto en un sistema capitalista resulta un contrasentido, simplemente porque economía de mercado significa competencia, o sea, lucha por los mercados, y la libre competencia -si es que algún día la hubo- lleva necesariamente al surgimiento de monopolios, que son la negación de cualquier competencia. ¿Alguien, en algún momento, nos podría explicar de qué se trata?
Melée
Cuando a algún miembro del servicio exterior mexicano lo envían al extranjero, comúnmente se dice que se va becado. Este no es el caso del cónsul general de México en Houston, Manuel Pérez Cárdenas, quien en dos años ha realizado una labor titánica en aquel difícil estado estadunidense. Entre otras cosas, recientemente creó una tarjeta de plástico para los mexicanos radicados allá -se han entregado alrededor de 300 mil-, en la que se les explica cuáles son sus derechos y qué hacer en caso de ser detenidos por las autoridades migratorias de aquel país. El proyecto ha dado buenos resultados y eventualmente operará en todos los consulados de México en Estados Unidos... El llamado bloque opositor no le entrará a la discusión sobre si la inversión privada debe o no participar en la industria petrolera; sólo formalizará su petición para que comparezcan ante el Congreso de la Unión las más altas autoridades del sector energético... Ya se investiga una empresa que le ``producía videos'' a la Dirección de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, propiedad de Leonardo Valadés. En la investigación se detectó una factura por 150 mil pesos que recién se autorizó en esa misma área, para ``reparar motocicletas''.