La Jornada 14 de octubre de 1997

Gurría: el caso de Mullor, delicado pero distinto al del canadiense Perron

Martha García Ť El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), José Angel Gurría, difundió anoche un documento redactado en la nunciatura apostólica en México en que el representante papal en México, Justo Mullor García, precisa sus declaraciones difundidas de forma ``parcial'' por la prensa y que ``han creado, con todo, dudas artificiales sobre las buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado''.

El caso, dijo el canciller, aunque ``delicado'', es ``distinto al del embajador de Canadá en México'', quien tuvo que salir del país por comentarios ``desafortunados'' en torno a la política de este gobierno.

En conferencia de prensa para hablar sobre la gira presidencial por Europa, el funcionario dedicó un amplio espacio a las preguntas sobre la situación del nuncio.

La dependencia, anticipó, no puede fundar opinión alguna con base exclusiva en los reportes aparecidos en la prensa en su ausencia acerca de las ``narcomordidas'' y los programas de educación sexual dentro de la enseñanza básica, difundidos en voz del nuncio, como lo expresa el delegado apostólico.

Dentro del mensaje a los medios de información que Mullor preparó y dirigió previamente a Gurría, ``reafirma su aprecio y estima hacia las máximas autoridades del Estado así como su convencido respeto a la laicidad del mismo, la cual, lejos de ser un obstáculo, puede y debe ser fuente de inteligencia y de colaboración entre la Iglesia (católica), las instancias civiles en un contexto de diálogo''.

En su escrito el nuncio refrenda la máxima cristiana de ``dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'' como fundamento de su misión. Indica que la libertad es un valor fundamental que ``Iglesia y Estado deben promover para beneficio de los mismos ciudadanos''.

Mullor asegura a la opinión pública que ``carecen de fundamento real las afirmaciones que le han sido atribuidas sobre las ``narcomordidas'' y sobre los libros de texto oficiales''.

De lo primero, explica que dijo ``explícita y textualmente: yo estoy hablando del mundo entero y estoy hablando de una moral artificial, basada en el interés y en el dinero, frente a la cual hay que promover una moral auténtica, basada en el cristianismo, en los diez mandamientos''.

Respecto al comercio ilegal de drogas indica que sus comentarios se virtieron en este sentido: ``El narcotráfico es una grave amenaza para los mexicanos'', ya que da incluso ``pie a intentos de socavar nuestra soberanía'' y ``ha llegado a ser causa de ofensa a nuestras instituciones por el terrible poder de corrupción de quienes se dedican a esa actividad criminal''.

El nuncio agradece ``a aquellos medios de comunicación, que son la mayoría, que han referido con objetiva honestidad sobre los comentarios hechos durante su reciente visita al norte del país''.

Gurría, quien no dio lectura al texto de Mullor y sólo se limitó a entregar el documento a la prensa, como lo avaló el jerarca católico, aseguró que fue la cancillería la que llamó a Mullor en primera instancia.