Evaluará el IFE en un mes la gestión de Solís Acero

José Gil Olmos Ť En un mes el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg, tendrá en sus manos un informe detallado de los consejeros electorales sobre el desempeño del secretario ejecutivo de dicha instancia, Felipe Solís Acero, como parte de la restructuración total del IFE. Se trata de una tarea fundamental para organizar las elecciones presidenciales del año 2000, dijo Emilio Zebadúa, quien rechazó las versiones de que existen una crisis y confrontaciones políticas y personales entre los miembros del organismo.

``No hay ruptura, ni institucional ni política ni personales, hay un trabajo colegiado con todo lo que ello implica. Sí hay diferencias de opinión y momentos intensos de discusión, hay que acostumbrarse a ello'', insistió tras sostener que la cohesión y la unidad del Consejo General no están en riesgo.

Al término de una reunión efectuada por la noche, Emilio Zebadúa precisó que sólo José Woldenberg podrá proponer la remoción o la ratificación de Felipe Solís Acero al frente de la secretaría ejecutiva del IFE. Nuestra responsabilidad jurídica y política, dijo, se agota en presentarle al consejero presidente todos los elementos objetivos del desempeño de Solís Acero y si él a pesar de ello considera que no debe salir, no hay ninguna fuerza legal que se lo exija, indicó.

En entrevista, informó que se integró una comisión especial que realizará el informe de la evaluación del trabajo de Solís Acero a un año de cumplir su encargo como secretario ejecutivo y del Consejo General del IFE. En dicha comisión estarán los consejeros Jesús Cantú, Alonso Lujambio, Mauricio Merino y el propio Zebadúa.

Este último fue el encargado de informar de los resultados de la reunión con Woldenberg. En ese sentido, indicó que la comisión especial iniciará los trabajos de manera inmediata y en colaboración con los miembros de la junta general ejecutiva, los vocales ejecutivos de los 32 estados de la República, los representantes de los partidos políticos y los propios consejeros electorales.

Insistió en que se tratará de entregar a Woldenberg un expediente documentado, objetivo, con pruebas fehacientes y con las opiniones de quienes han visto la labor de Solís Acero. ``Es de nuestro interés personal que este asunto se desahogue a la brevedad, de que en la próxima sesión del Consejo General del IFE dicho informe pueda haber sido ya analizado y considerado por el consejero presidente. Esperamos que esa sesión se realice en un plazo de no más de un mes y por ello estaremos atentos a la brevedad de los plazos'', sostuvo.

Zebadúa explicó que la evaluación sobre el desempeño de Solís Acero forma parte de la restructuración total que se hará en el IFE de manera objetiva y sin prejuicios antes de las elecciones federales del año 2000 y también, explicó, como parte del proceso de cambio democrático que vive el país y del que el IFE no se puede sustraer.

Según el consejero, la reunión de cerca de una hora con Woldenberg fue ``respetuosa y de intercambio intenso de opiniones, y en ella sólo estuvieron ausentes los consejeros Mauricio Merino, Jaqueline Peschard y Ricardo Pozas Horcasitas, quienes tenían compromisos inevitables.

A pregunta expresa, Zebadúa citó entre las diferencias de opinión al interior del IFE el hecho de que Woldenberg y otros dos consejeros vean en el instituto ``una estructura vertical en la cual el presidente y el secretario ejecutivo tienen la responsabilidad principal de tomar las decisiones y ejecutarlas'' y la de una mayoría de consejeros que ven en el IFE a un órgano colegiado en el cual el consejero presidente tiene un voto como cada uno de los que tienen los demás.

Bajo esta perspectiva, Zebadúa destacó que como órgano colegiado, en el IFE los consejeros electorales participan en el proceso de restructuración del instituto, a fin de que llegue ``plenamente autónomo e independiente hacia las elecciones del 2000''. Advirtió que la opinión pública ``no se debe espantar'' de la discusión que se efectúa en el IFE e incluso anunció que habrá nuevas diferencias porque es parte de la pluralidad con que está integrado el organismo electoral.