Existe desacuerdo en que el gobierno de Samper quede al margen de toda negociación
Reuter, Efe, Afp y Dpa, Santafé de Bogotá, 14 de octubre Ť La propuesta de paz impulsada por el candidato presidencial Juan Manuel Santos y el escritor Gabriel García Márquez ha causado división en Colombia, pues aunque importantes sectores la apoyan están en desacuerdo en que el gobierno quede al margen de toda negociación.
El ministro del Interior, Carlos Holmes Trujillo, aseveró que el plan muestra ``ingenuidad, desconocimiento o interés electoral''. En cualquier caso, agregó, ningún particular puede comprometer treguas o ceses al fuego en detrimento de las acciones de las fuerzas armadas, ni atribuirse facultades de la Presidencia, el Congreso y el pueblo colombiano.
Trujillo cuestionó una vez más la propuesta de Santos, candidato por el gobernante Partido Liberal, que comprende la desmilitarización de una zona del país, la convocatoria a una asamblea para reformar la Constitución, así como la renuncia del presidente Ernesto Samper para facilitar las negociaciones con la insurgencia.
El presidente Samper descartó este día la posibilidad de renunciar a su cargo; indicó que se mantendrá en el gobierno hasta el último minuto de la última hora del último día del último año de su gestión, en 1998. Subrayó que lo hará trabajando por la gente, buscando la paz y defendiendo la democracia.
En su primer comentario sobre esta polémica, el mandatario asentó que nadie se puede apropiar de la paz con propósitos políticos o electorales, pues es un compromiso de todos, y nadie podía apropiársela con otros fines. ``La paz no puede ser materia de división, sino de unión y de convocatoria'', aseveró.
En Madrid, el candidato Juan Manuel Santos y García Márquez se reunieron con el ex presidente del gobierno español, Felipe González, a quien le dieron a conocer la iniciativa de paz. Al término del encuentro emitieron un comunicado en el que señalaron que seguirán buscando un consenso con la guerrilla y paramilitares que logre el cese de hostilidades.
Añadieron que González mostró un ``vivo interés'' por la propuesta, ``no sólo por tratarse de una fórmula constitucional para lograr la paz, sino por el amplio apoyo que ha generado en distintos sectores de la sociedad colombiana y la buena disposición de los alzados en armas'', a quienes previamente Santos consultó.
Ante la reacción gubernamental de que es un complot contra el presidente, el comunicado asegura que no se buscan efectos políticos a corto plazo, sólo acabar con el ``baño de sangre, y a una emisora de radio, Santos dijo no querer la cabeza de Samper, sino un alcance mucho mayor.
En cuanto a la eventual participación de Felipe González, Santos indicó que el ex presidente conoce bastaante el proceso interno colombiano, pues contribuyó en el caso de la desmovilización del M-19 además de su experiencia en otros conflictos, pues estuvo presente en Yugoslavia y Bosnia.
Finalmente, el candidato presidencial colombiano dijo que se apresta a regresar a su país para seguir buscando más apoyo a la iniciativa, mientras que García Márquez hará otra serie de gestiones, sobre todo buscar respaldo en el ámbito internacional con países de América Latina, Europa y los Estados Unidos.
En Madrid también se encontraba otro candidato del Partido Liberal que actúa como independiente, el ex fiscal Alfonso Valdivieso, quien en principio rechazó la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz con la guerrilla hasta que Colombia no tenga un nuevo gobierno que pueda conducir una negociación.
Apuntó que la iniciativa que promueve Santos cuenta con pocas posibilidades de éxito por no tener en consideración el concurso del gobierno. Precisó que el proceso sólo será suficientemente válido cuando se elija al próximo presidente de la república en las elecciones de mayo próximo. En ese sentido, dijo que el poder político debe ser renovado.
Desde antes de que se diera a conocer públicamente la iniciativa, filtraciones al respecto comenzaron a dividir a los colombianos. De hecho, fue el también candidato presidencial liberal Horacio Serpa quien denunció lo que se avecinaba, sólo que lo hizo diciendo que se trataba de un complot para derrocar al presidente Ernesto Samper.
Los ex presidentes liberales Alfonso López y César Gaviria dijeron que apoyaban toda iniciativa de paz, pero que ésta debe encabezarla el gobierno. El dirigente de los comerciantes, Sabas Pretel, apoyó a su vez la iniciativa pacificadora, pero cuestionó que se le quiera dar gusto a la guerrilla sacando del poder al presidente.
En tanto que los grupos paramilitares de derecha daban a conocer su respaldo a la controvertida iniciativa de paz, el ex comandante de las fuerzas militar Harold Bedoya abogó por adelantar los comicios presidenciales. El general Manuel Bonett no quiso pronunciarse, pero dijo que los militares seguirán combatiendo.
Mientras las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) difundían un video para insistir en sus propuestas de paz, se les atribuyó un atentado en Caquetá que causó un muerto y nueve heridos. A su vez, la policía afirmó que elementos del Ejército Rojo japonés en- trenaban a ese grupo en atentados suicidas y otras acciones