Guerrilla, narcotráfico y paramilitares, causas de la profunda crisis en la nación sudamericana
Josetxo Zaldúa, enviado /II y última, Santafé de Bogotá Ť Guerrilla, narcotráfico y paramilitares son, según consenso de la clase política colombiana, los tres frentes que tienen sumido a este país en una profunda crisis. Y, lejos de ver la luz en el túnel, esos factores registran un imparable crecimiento en el acontecer nacional y en detrimento de la presencia del Estado en vastas regiones del país.
Encarrerado y persuadido de que Colombia tiene arreglo, que es posible cerrar esos tres frentes por la vía de la renovación institucional y, consecuentemente, hacer que la sociedad crea en sus representantes, Alfonso Valdivieso, candidato independiente a la presidencia de Colombia, asegura a La Jornada que, aunque es posible ganar militarmente a guerrilleros, narcos y paramilitares, lo deseable es ``agotar al máximo el camino de la negociación''.
--Es algo muy exploratorio y no le veo mucha entidad. Aparentemente lo que se quiere es entrar a dialogar para ver cómo se establece un marco, unas bases que sirvan para llegar a diálogos sustantivos. Yo sigo pensando que hay mucha debilidad por parte del gobierno como para que cualquier iniciativa que se tenga vaya a tener algún éxito, pero no se trata tampoco de descalificar los esfuerzos que se hagan en dirección de la paz.
--¿Sigue pensando que el presidente Ernesto Samper conocía del ingreso de narcodineros en su campaña electoral?
--Yo tuve ahí la actuación que me correspondía como fiscal especial, yo no investigué como fiscal, me limité a hacer lo que hice y no tengo por qué utilizar en esta etapa como candidato presidencial elementos que pertenecen a los ámbitos oficiales.
--Pero esa investigación, ¿ha dañado a la Presidencia de Colombia?
--Se sabe que éste es un gobierno debilitado, se sabe que cuando existe un problema de gobernabilidad la sociedad no se beneficia, sino todo lo contrario.
--Hablando de guerras, ¿es posible ganarle al narcotráfico?
--Sí, claro, si se actúa decididamente contra esa gente. Lo que pasa es que no se ha actuado a tiempo. Mire, en Colombia hemos perdido muchos años con ese problema, las muertes que se dieron en Colombia, al contrario de lo que muchas veces se pretende creer, no fueron consecuencia del éxito de la lucha contra el narcotráfico, sino que mostraron qué tanto tiempo dejamos de actuar como debimos hacerlo. Las muertes son consecuencia de la inacción del Estado colombiano, en buena parte. Hay como una tendencia a dar la impresión, a querer demostrar que ha habido mucha acción contra el narcotráfico cuando en la realidad no se ha hecho nada, lo que se hace es consentir el fenómeno, actuar en connivencia con él. Hay un aparato institucional absolutamente desaprovechado en su acción para confrontar el fenómeno, y esto lo enfrentan muchos países, incluidos por supuesto México y Venezuela.
--¿Es posible acabar con el tráfico de drogas a la luz de la gran demanda existente?
--Lo importante para Colombia es hacer lo que se necesita hacer, no podemos atribuirlo todo al consumo, eso es un grave error, como también es un grave error que los países narcoconsumidores piensen que el problema es de los países productores, por eso mi reclamo de que Colombia hiciera cosas como consecuencia de las circunstancias y de las presiones de Estados Unidos. Algo se ha avanzado, pero queda mucho por hacer. A mí me parece inclusive que Colombia hoy tiene más autoridad para demandar y conseguir una acción más activa de los países consumidores.
--¿Usted cree que la extradición de los capos a Estados Unidos coadyuvaría en el combate, habida cuenta de que a un capo muerto o preso invariablemente le remplaza otro?
--Sería de gran utilidad, eso lo que demuestra en todo caso es que los capos son vulnerables, es un mito que teníamos en Colombia, se creía que a ellos no les pasa nada, y sí les pasa, y eso es bueno. A raíz de la acción contra los grandes capos y los jefes de las mafias, el narcotráfico ha cedido de alguna manera, pero principalmente se ha producido un gran efecto en la sociedad colombiana, y eso es fundamental para comenzar a superar el problema, y es que los colombianos vean de una manera diferente el fenómeno de la producción y tráfico de drogas; hoy ya no lo vemos como un tema más, hoy lo vemos como una amenaza para toda la sociedad.
--¿No hay demasiada injerencia del gobierno de Estados Unidos en los asuntos de Colombia?
--Yo lo que creo es que el manejo de Colombia a través de la gestión de gobierno ha permitido que se cree ese precedente funesto. Mire, es que un gobierno no puede en ninguna materia, y en este caso en el asunto de las drogas y del narcotráfico, terminar haciendo las cosas sólo por imposición, como sucedió en los últimos tres años. El gobierno lo que debe hacer es todo lo que le resulte al interés nacional y en esta situación que hemos vivido, tan lamentable y tan precaria, se terminó haciendo lo que Estados Unidos imponía, entonces ¿qué dignidad va a merecer Colombia a través de la gestión de este gobierno?. Ninguna. Eso es lo que ha pasado