Marco Rascón presenta hoy su libro Memorias de un líder moderno
Blanche Petrich Ť Hacía rato que llovía en Dublín. La chimenea de la sala en la calle Fitzwilliam ardía suavemente y el protagonista estaba a punto de dar por concluida su última entrevista con el compilador de su biografía. Marco Rascón lo entendió así y aventuró una última pregunta:
--Señor, muchos mueren por una entrevista con usted, hay quienes han cruzado el océano sólo con ese fin y no han logrado verle, con el perdón, ni un pelo. ¿Por qué a mí?
--Por la misma razón que el trotskista Isaac Deutscher escribió una mucho mejor biografía de Stalin que de Trotsky --respondió Carlos Salinas poniéndose de pie. Los adversarios son mucho más objetivos, porque están desprovistos de la adulación. A mí me sobraron aduladores.
Vaya usted a las librerías en México. Todos los libros que se escribieron antes de mi caída me enaltecen sin verdad. No es eso lo que quiero.
Terminaban así dos años de contactos destinados a culminar en el libro que ahora publica editorial Grijalbo: Memorias de un líder moderno , dos años de viajes secretos a Boston, Nueva York y la húmeda Irlanda, durante los cuales, a cuentagotas, Salinas de Gortari le fue entregando al compilador textos, documentos y claves para comprender su vida y su obra. En ese último encuentro, pocos días antes de las elecciones del 6 de julio, le entregó, dobladas y envueltas en una liga, un paquete de cartas sin fecha, las que le ha escrito a su hermano Raúl.
Rascón, hundido ahora en el ocio que le da el fin de su vida parlamentaria y el aura de su futura paternidad, trama la entrevista ficticia. Este entrevistador anónimo lo encuentra en esos menesteres tarareando la canción infantil ``Me dijeron que en el mundo del revés...''.
Empieza con la mayor seriedad: ``No quise hacer un libro fraudulento, no pretendo sino plasmar la vida de un gran reformador incomprendido, convencido, ahora mismo, que las bases que él sentó han sido, fueron y son el único camino para México''.
Fotografía de portada (de Gerardo García) y epígrafe se complementan en la idea central: ``Porque soy del tamaño de lo que veo y no del tamaño de mi estatura''.
Un hombre con poder de decisión
Dice Rascón: ``No hay que perder de vista que escupido, maldecido, vilipendiado, él sigue siendo un hombre con poder económico en México y sigue decidiendo en cuestiones vitales de la política. Ha fundado nuevos periódicos, tiene columnistas y medios de comunicación electrónica, tiene influencia en la bolsa de valores, en el flujo de dinero de México hacia Estados Unidos, influye en los conflictos internos de las fuerzas armadas, en los comportamientos de la Iglesia, en la composición de los nuevos empresarios y dónde deben invertir y dónde no. Sobre todo, en Los Pinos su presencia se mantiene viva. Sus cosas permanecen en su oficina en su debido orden, incluso el viejo escritorio al que le mandó serruchar las patas para ajustarlo a su estatura sigue ahí, en señal del respeto que se le tiene''.
Debajo de la máscara del compilador se asoman un par de orejas de cochino y del faldón de la chaqueta el pedazo de una raída capa roja, aquella del Superbarrio original. Imperturbable, Rascón reacomoda su revestimiento para explicar que, además de los elementos que le entregó Salinas, un componente fundamental del libro lo constituyen las cartas zodiacales de Aries correspondientes al ex presidente. Nunca revelará a lo largo de la entrevista quién le entregó estos materiales guardados celosamente en el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (Cisen), donde a partir de 1988 las cartas zodiacales de opositores y activistas van tomando gradualmente el lugar de las viejas fichas policiacas debido, sobre todo, a la gran ventaja del zodiaco, que no sólo permite saber lo que una persona hizo sino, sobre todo, lo que hará, recurso técnico invaluable para cualquier servicio de inteligencia.
``Decidí integrar las cartas astrales por su alto valor científico y predictorio, como una forma de refutar a quienes piensan en la astrología como una seudociencia. En realidad, gracias a ellas el servicio de inteligencia del Estado mexicano es altamente premonitorio y eficaz''.
--¡¿Cómo?! ¿Que los operadores de la seguridad nacional son astrónomos?
--Astrólogos.
--Sí, perdón...
--Y también chamanes. Ese es uno de los grandes aportes del protagonista. Definir la perspectiva del país con la tecnología en una mano y en la otra su carta astral.
Nadie puede juzgar su obra...
--¿Qué pretende ahora el protagonista al hacer a través de Marco Rascón todas estas revelaciones?
--Yo creo que algo que lo presionó mucho fue la demanda de juicio político a la que se lanzaron sus colaboradores, amigos y antiguos fieles. El protagonista plantea que nadie puede pretender juzgar su obra más que él mismo. En el momento en que sus ex aduladores más abyectos empezaron a pedir su expulsión del PRI hizo la siguiente reflexión: quienes le cortaron la cabeza a María Antonieta fueron los que restituyeron nuevamente el imperio.
--Por cierto... ¿cómo está el protagonista?
--Lo vi a principios de julio. Estaba muy sereno, muy claro de que haber cambiado su táctica del no veo ni oigo en contra de su adversario central, Cuauhtémoc Cárdenas, ha llevado al desastre a los mismos que lo quisieron expulsar a él del PRI. Desoyeron su táctica, ignorar al PRD, y ahora lo tienen en el Congreso y en el gobierno del DF. Sigue creyendo en la grandeza de su propia soledad, eso le ayuda a reforzar su fantasía del retorno.
--¿Cómo será ese día?
--El lo ve en una amplísima avenida donde lo estará esperando todo Chalco, los medios de comunicación, los protagonistas de la modernidad y todos los que creyeron en él, luego lo vilipendiaron y que ahora se van a volver a criticar por su incredulidad.
--¿Cruzó usted esta información del protagonista con las últimas consultas de los astrólogos? ¿El Cisen está al tanto de este destino final de Salinas en la amplia avenida?
--Lo saben pero pretenden ocultarlo. Por eso han abierto la discusión sobre la política económica de Estado, que es la misma que él inició en 1988, pero ahora con un pacto de todas las fuerzas políticas hasta para el año 2 mil veintitantos. También lo predijo Gurría. Ahí están las claves. Sólo queda por acontecer el regreso.
--Luego entonces --pregunta con terror el entrevistador--¿es un hecho? ¿Cómo y cuándo se va a concretar?
--Su último obstáculo está condicionado al fracaso de Cuauhtémoc Cárdenas en la ciudad de México. Sin él no hay hombre fuerte en el país que se le atraviese.
(Memorias de un líder moderno , de Marco Rascón, se presentará hoy en el Centro Cultural San Angel (av. Revolución esq. con Francisco I. Madero) a las 19 horas, con la participación de Rafael Barajas, El Fisgón , Carlos Montemayor, Julio Hernández, Javier Betancourt y el autor, con una actuación especial de Jesusa Rodríguez).