Acusan al alcalde de Pochutla de interceptar vehículos con ayuda
Juan Manuel Venegas, enviado, Pochutla, Oax., 15 de octubre Ť Ya pasaron siete días. En 40 minutos, el jueves de la semana pasada, el huracán Paulina acentúo aún más la miseria de esta zona sur oaxaqueña.
Hoy hay más de 50 mil personas incomunicadas; 150 mil que perdieron su vivienda; mil 500 escuelas afectadas y ``un gran porcentaje'' de éstas prácticamente destruidas. La región cafetalera y platanera de Oaxaca, totalmente siniestrada.
A eso habrá que agregar las enfermedades que empiezan a aparecer: niños diarreicos y con gripa, paludismo y dengue. Son los brotes que desde hace dos días afectan ya a la población de la sierra sur de la entidad.
Y si bien es fluida la llegada de despensas, medicinas y garrafones con agua potable, también es cierto que los oaxaqueños de varias comunidades de la sierra no han podido beneficiarse de esta ayuda. Desorganización e incapacidad de las autoridades municipales y estatales y los problemas que se tienen para llegar a algunas rancherías, incluso por aire, son las principales causas de que a seis días del paso de Paulina los oaxaqueños sigan esperando la ayuda comprometida no sólo por el gobierno sino también por organizaciones civiles y particulares.
Del gobierno -dice Conrado Rodríguez, de la comunidad mareña de Zipolite- ``no esperamos nada regalado, no estamos creyendo que nos van a regalar nada... ¡Pero vean nada más qué nos quedó! Mil 200 familias nos quedamos sin casa, nos quedamos sin trabajo, pero gracias a Dios aquí no tuvimos muertes y por eso no pedimos nada regalado; si el gobierno quiere que nos presten y ya veremos cómo le pagamos, pero que por favor pongan atención''.
De Arroyo Cruz no quedó nada
Aledaños a Zipolite, otros poblados como Puerto Angel, Mazunte, San Agustinillo y Arroyo Cruz quedaron destruidos: no hay luz, no hay agua, por todos lados se observan pequeñas y precarias casas en ruinas, los caminos son apenas transitables y para recorrerlos hay que sortear árboles caidos, deslaves de cerros, montones de lodo y enormes boquetes en el maltratado asfalto.
En Arroyo Cruz, donde vivían unas 200 familias, no quedó absolutamente nada. Las miserables casas hechas con láminas de cartón, adobe y enramados fueron arrasadas por Paulina . Gaudencio Santiago Santos, la mirada perdida en no se qué recuerdo, llora: ``nos costó 30 años construir nuestro pueblito y todo se acabó en menos de una hora''.
Todas las familias de Arroyo se concentraron desde la noche del miércoles pasado en la agencia de la policía municipal. Ahí están mujeres, niños y hombres, que recibieron comida y agua potable apenas la noche del lunes y sólo hasta hoy paramédicos en ambulancias del sector salud llegaron para preguntarles ``si necesitaban algo''.
Se quejan porque el presidente municipal de Pochutla, el perredista Raymundo Carmona Laredo, no sólo no se ha preocupado por su situación sino que además ordenó ``a algunos agentes municipales de su confianza detener en la cabecera municipal todas las camionetas que se acerquen con despensas y medicamentos''.
Supuestamente en Pochutla se estableció un centro de acopio, pero según la queja de los pobladores Carmona Laredo entrega la comida y el agua que llegan únicamente a sus amigos, además de que aprovecha para hacer negocio vendiendo las bolsas de frijol, arroz y azúcar que por obligación debería proporcionar a los damnificados.
Las acusaciones contra el munícipe no se escuchan sólo en Arroyo Cruz. También en Puerto Angel, Zipolite y en la región alta de la sierra son constantes los señalamientos por la actuación del presidente pochutlense.
En Puerto Angel, incluso la población aprovechó la visita que este martes hizo por la zona afectada el presidente Ernesto Zedillo para ``hecerle llegar'' una carta en donde le explican que ``los víveres que procedían de diferentes entidades, como del estado de Tlaxcala transportados en camiones fueron interceptados por gente del señor Raymundo Carmona Laredo, presidente municipal de San Pedro Pochutla, por lo que Puerto Angel, Zipolite, San Agustinillo y Mazunte están siendo afectados por la falta de alimentos y agua potable''.
La sierra sur, incomunicada
De Pochutla no se puede llegar por tierra a Candelaria Loxicha, cuyas comunidades están totalmente incomunicadas.
La población de Buenavista, Tierra Blanca, Santa María, Tepejipana, San Isidro del Camino, El Trapichi, La Galera, Pluma Hidalgo, San Mateo Piñas, El Naranjo, San Pedro el Alto, Portillo del Rayo y la Finca de la Trinidad no tienen forma de comunicación y ya escasea la comida.
Saliendo de Pochutla el camino se corta en el puente del Chacalapilla destruido por el río del mismo nombre que se desbordó por aguaceros que aún no cesan. Guadalupe Bustamente y Francisco Rodríguez caminaron más de 10 horas desde Portillo del Rayo hasta Chacalapa.
``Ya no tenemos que comer, no tenemos albergues, los niños empiezan a enfermarse, hay comunidades totalmente destruidas y tan metidas en la sierra que ni los helicópteros pueden bajar...'', alerta el señor Guadalupe Bustamante, quien pide a las autoridades diseñar ``un plan de urgencia'' para esa región. Toda la producción cafetalera que esperaron durante cinco años se vino abajo. ``No nos quedó nada, nadita, si usted viera los cafetales... Ya nos quedamos en la miseria, ya no tenemos casas, no tenemos para comer'', explica por su parte Francisco Rodríguez y no sólo los cafetales fueron destruidos por Paulina , también plantíos de plátano y guanábana. Oficialmente, 33 mil hectáreas quedaron siniestradas.
Para darse uno cuenta de la intensidad destructora del huracán baste un dato, también oficial: por cada dos hectáreas, 300 árboles fueron arrancados de su raíz por los vientos que acompañaron a Paulina .