Fernando Benítez
De huracán en huracán
El huracán Paulina nos ha revelado la gran miseria y el aislamiento en que viven millones de mexicanos. Mientras tanto, en la Cámara de Diputados se sienten también aires de tormenta. Por fortuna, los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PAN, Carlos Medina Plascencia; del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, y del PT, Gonzalo Yáñez, salvaron la precaria unidad de acción parlamentaria de la oposición.
Trascendió que la posición de ``ruptura'' del PAN ante el llamado ``bloque opositor'' se debe a su escasa representación en las comisiones de política económica y a una nueva estrategia de cara a las elecciones del año 2000. Pero en la cámara casi no se habla del número de parias que luchan para sobrevivir en las zonas de extrema pobreza devastadas por el huracán. El problema más acuciante de millones de marginados llevará mucho tiempo en resolverse, sobre todo en el empobrecido sur de la república, donde la incipiente democracia brilla por su ausencia y la opción por la vía armada no es completamente irrazonable.
Tiene razón Lorenzo Meyer cuando dice que ``en el sur del país y en el golfo de México el partido de Estado sigue siendo el factor dominante. Es también la región donde se concentra la pobreza. Es el atraso lo que permite a las maquinarias caciquiles reproducirse por la vía de la ignorancia, la necesidad, el temor y la inercia. Es en ese entorno donde la compra del voto y la coacción funcionan mejor que en ninguna otra parte del país (...) ¿realmente se puede persuadir a los armados que ya existe una vía práctica y moral mejor para lograr la justicia por la que dicen luchar''?