La Jornada lunes 20 de octubre de 1997

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Antes de conocer los resultados electorales de ayer, antes siquiera de que las urnas hubieran sido abiertas, el yunismo chirino-salinista y el madracismo hank-salinista ya habían ganado cuando menos un round de la pelea.

Sin gran costo periodístico -distraída la atención del país en observar al aparato gubernamental de asistencia y protección públicas convertido en doliente damnificado pospaulinesco, y a los burócratas de la franja judicial (jefe policiaco y procurador del DF, y presidencia de la comisión enterradora de los derechos humanos) en hombres (y mujer) en fuga de sus propias culpas-, los priístas de Veracruz y de Tabasco le tendieron una exitosa trampa al bloque opositor de San Lázaro

Allá, en sus propias tierras, mediante las viejas tretas de la intimidación, del acarreo y de la verborrea exculpatoria, impidieron que una comisión oficial autorizada por la Cámara de Diputados documentara la evidente y reconocida utilización de fondos y recursos públicos en apoyo de los candidatos del tricolor. De esa manera generaron una maniobra rijosa para impedir que en San Lázaro se exhibiera y censurara la realidad corruptora del voto en ambos estados y, por otro lado, se garantizó que dicha tarea persuasora y antidemocrática siguiera adelante.

La afrenta a los hasta entonces invictos diputados opositores unidos, consistió en impedirles que recibieran libremente denuncias de ciudadanos respecto a la utilización de los dineros públicos para inducir el voto en favor de algún partido. En Villahermosa se llegó al abucheo, el insulto, el jaloneo, la persecución y la amenaza. El famoso Miguel Angel Yunes Linares dijo, a su vez, que la pretensión de los legisladores federales era ``una intromisión grosera y una determinación que afecta la soberanía de Veracruz''.

Los diputados priístas participantes en la comisión, Carlos Jiménez y Jorge Canedo, se desligaron de los trabajos de campo, desconocieron legalidad y fines legítimos al órgano y aseguraron que no había evidencias de las anomalías denunciadas por los opositores.

Enredados en las maniobras del lado gubernamental, y en las propias debilidades internas (una de ellas, clara, fue la designación de Juan José Rodríguez como miembro de la comisión, pues no le acompañaba ninguna posibilidad de objetividad y serenidad, siendo tabasqueño involucrado en las pasiones recientes de la política de la entidad, como diputado federal y secretario general de gobierno priísta que fue, y ahora diputado panista que es), los opositores no pudieron responder ni con energía ni con prontitud, y han quedado vencidos en su inicial intención escudriñadora.

La derrota da como resultado que las evidencias públicas de la corrupción gubernamental electorera de Veracruz y Tabasco queden sin una sentencia condenatoria pública oportuna y que, además, la maquinaria adulteradora de la voluntad sufragante continúe su tarea y fructifique en las urnas.

Sin embargo, justamente la tosudez y la cerrazón que hicieron al chirinismo y al madracismo reír antes de las elecciones, podrá ser una de las piedras angulares a partir de las cuales la mayoría opositora unida edifique la guillotina política y legislativa que comience a funcionar después de las elecciones y no sólo, ni necesariamente, con los datos de los incidentes de las elecciones de ayer en la mano.

Confesiones de parte...

El jueves pasado, a tres días de las elecciones, el secretario general de gobierno tabasqueño, Víctor Manuel Barceló comentó, al anunciar que el gobernador Madrazo suspendería al fin sus giras en las que inauguró con evidente sentido proselitista obras y servicios, que no sabía el costo de las gorras y camisetas repartidas al paso del mandatario estatal, pero ``no creo que haya sido mucho. Cada gorra cuesta unos tres pesos, y las camisetas no más de siete, porque fueron pedidos al mayoreo. Y esas gorras, y esas camisetas, en realidad las necesita la gente''.

Otra cita que, como la anterior, fueron tomadas del reporte de Carlos Mari y Daniel Moreno para Reforma, es la del presidente del PRI tabasqueño, Manuel Andrade, quien reconoció que cada una de las secciones electorales de la entidad tiene a un funcionario público como responsable de atender las demandas sociales, ``para así ganar en las comunidades, sin que haya necesidad de nada raro en las casillas''.

El ``modelo Roberto Madrazo'' podría aplicarse a escala nacional, adelantó Andrade, quien advirtió además que el priísmo tabasqueño no permitirá que los eventuales conflictos poselectorales sean arreglados en la Secretaría de Gobernación, ``como ya le dijimos al propio Chuayffet''.

Pero en fin, todo eso fue antes de conocer los resultados de las elecciones. La risa chirino-madracista preelectoral. Un primer round ganado a San Lázaro. Pero bien se sabe que el que ríe primero no necesariamente es el que ríe mejor.

Astillas: El viernes recién pasado, La Crónica llevó como cabeza principal: ``Hay una campaña en mi contra: Roccatti''. Siempre bien portada como suele ser esta columna, desea dar por entero la razón a la citada dama: En su contra opera la campaña que por la Presidencia de la República se desarrolla desde Bucareli instalando a facciosos mexiquenses obedientes por doquier... Y para no exponerse a una recomendación firmada por Emirielle Chuayffeti, esta sección se abstendrá de ahondar en la genial ocurrencia de invitar al destacadísimo señor licenciado López Betancourt a dar una académica conferencia en la propia CNDH para defender a la anfitriona, lanzarse contra los jorges (Carpizo y Madrazo) y rematar contra Luis de la Barreda. Con invitaciones así, ¿quién necesita campañas en contra?.. Dicen que el general Salgado aprendió inglés muy rápido, pues ahora cada vez que está frente al espejo dice ¿Ja guar yu?.. Ha escrito el ingeniero Jorge E. Muñoz Estrada, presidente de la sociedad de ex alumnos de la Facultad de Química de la UNAM , para corregir amablemente la falsedad del dato publicado recientemente aquí en el que decíamos que el ingeniero Agustín Gasca Pliego, cuestionado director de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, había sido director de dicha facultad, cuando en realidad, ``para júbilo de la UNAM'', sólo lo fue de la facultad similar de la universidad del estado de México...