La prensa extranjera, particularmente la estadunidense manejó que desde el comienzo del libre comercio en América del Norte, Estados Unidos y Canadá fueron los que generaron la mayor cantidad de dinero, mientras Estados Unidos y México protagonizaron los mayores escándalos políticos.
Hay una tercera combinación: la corrupción. Lo anterior era más o menos incierto --en el caso de México y Canadá-- hasta que surgió la controversia por la licitación para la compra de vagones para el metro del Distrito Federal, la cual generó problemas para políticos y empresarios, al tiempo que puso de manifiesto las diferencias culturales entre los tres países.
De esta manera, los canadienses acostumbrados a realizar negocios en el extranjero han comenzado a conocer las misteriosas prácticas que se presentan en México. Incluso se ha sugerido la existencia de corrupción, un tema que últimamente se ha vuelto muy sensible para el gobierno mexicano, al punto que la sola insinuación del embajador Perron en este sentido, forzó su renuncia, sostuvo The New York Times.
Este caso va más allá del simple capricho, explicó el matutino, y recuerda que el premier canadiense, Jean Chrétien, ha invertido gran parte de su capital político en el libre comercio, argumentando que empresas como Bombardier se beneficiarían de él. De ahí su decisión de solicitarle al presidente Zedillo que investigara el caso.
Como es sabido, esta situación se complicó cuando se publicaron fotografías de José Córdoba con representantes de la empresa GEC Altsthom, socio de Bombardier, lo que generó la sospecha de que había intervenido en el proceso. No obstante, la desconfianza aumentó cuando trascendió que Jorge Farell, sobrino del secretario de la Contraloría, Arsenio Farell Cubillas, trabajó para Mitsubishi de México, socia de CAF e ICA, que en conjunto habían perdido la licitación frente a Bombardier.
Así las cosas, los defensores del libre comercio temen que esta situación provoque un alejamiento de las inversiones canadienses en México. Las declaraciones de Marc Perron sólo agrandaron la controversia, comentó The New York Times.
De aquí, de allá y de todas partes
Algunos medios estadunidenses ahora están cuestionando el ingreso del Grupo Maseca a Inglaterra. En Estados Unidos ya se había dicho que Mission Foods es un monopolio mexicano y que tiene lazos poderosos con la élite gobernante, incluyendo al presidente de México y a su predecesor. La verdad es que la planta más reciente y grande de esta empresa en Estados Unidos --ubicada en Rancho Cucamonga-- tendrá 50 líneas de producción y mil 200 trabajadores. Cuando alcance el tope de producción, Mission Foods proveerá de tortilla al ejército y también a algunas franquicias como Pollo Loco, Taco Bell, Del Taco y Carlo's Jr.
Mission Foods --división del Grupo Maseca y Gruma-- pertenece a Roberto González Barrera, ``el rey del imperio mexicano de la tortilla'' --dice la prensa extranjera--. Ha amasado, según Forbes, una fortuna de más de 1.1 billones de dólares, incluyendo casas de corretaje y franquicias de comida rápida. Gruma tiene diez plantas en Estados Unidos y 400 millones de dólares en ventas de tortilla en Estados Unidos; genera empleos y paga impuestos. En honor a la verdad, el peor saldo del TLC ha sido para México.
Melée
Resulta que esta columna de nueva cuenta fue retirada de la síntesis de la Cámara de Diputados por instrucciones de Leonardo Valadés, un ex funcionario de la Dirección de Comunicación Social de ese órgano legislativo, quien ahora pretende ser incluido en la nueva coordinación que encabeza Francisco Casanova. Aquí sólo se han mencionado --con documentos probatorios-- la serie de pillerías que cometió Valadés durante la legislatura pasada en esa misma área. Creó, por ejemplo, una empresa fantasma de video, con la que facturó a la Dirección de Comunicación Social de la Cámara de Diputados cifras millonarias que legisladores perredistas y panistas se encuentran analizando. En dicha empresa fantasma se producían ``promocionales'' para el área de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, los cuales nunca salieron ``al aire''. Hay facturas casi mensuales que se cobraron en los últimos dos años. El problema para Valadés es que la empresa de videos es de su propiedad. Se trata verdaderamente de un atraco mayúsculo del que Casanova debería estar enterado.