La Jornada 21 de octubre de 1997

Es necesario investigar a otros grupos especiales, indica Batres

Miriam Posada García Ť Previo a la comparecencia del secretario de Seguridad Pública ante Comisiones Unidas de la I Asamblea Legislativa del Distrito Federal, este órgano reiteró su compromiso de llegar al fondo de las investigaciones en el caso Buenos Aires.

En ese sentido, los asambleístas esperan que el general Enrique Salgado Cordero aporte nuevos elementos y dé respuestas claras a preguntas como en qué momento conoció de los hechos, qué hacían más de 40 jaguares en la colonia Buenos Aires, y cuál es la responsabilidad de su comandante Moctezuma Zepeda.

Para el coordinador de la mayoría perredista, Martí Batres Guadarrama, la desaparición del Grupo Especial de Disuasión (GED) Jaguares es un logro de la presión que la ALDF ejerció para que se profundizara en la investigación.

Destacó que es necesario revisar el comportamiento de otros grupos especiales como el de Fuerza de Tarea Zorros, y el desempeño de por lo menos 30 mil policías preventivos y 30 mil auxiliares.

Afirmó que existen elementos para pensar que los jaguares actuaron de motu proprio, o que el general Salgado negó durante 24 días tener conocimiento e información sobre los hechos. ``En ambos casos estaríamos en situaciones de suma gravedad, ya que sólo podemos concluir que los cuerpos policiacos se mueven por sí solos como si fueran bandas, o que el secretario ocultó información''.

Enfatizó que es urgente conocer cuál fue el destino del jefe del agrupamiento, teniente coronel Moctezuma Zepeda Rodríguez, pero sobre todo qué responsabilidad tiene en el caso, ya que ``no está detenido ni hay acusación que penda sobre él a pesar de que los jaguares era una corporación no muy numerosa y un alto porcentaje de sus integrantes se encontraba ese día en la Buenos Aires''.

Batres subrayó que conocer la responsabilidad del jefe de los jaguares permitirá fincar responsabilidades en su contra, ya sea por comisión o por omisión. ``Entonces sabríamos si se le fue de las manos el grupo o si tuvo participación directa. Es un asunto oscuro que se tiene que desentrañar''.

Ante los hechos violentos que privan en la ciudad, el perredista precisó que el regente Oscar Espinosa Villarreal tenía el compromiso de garantizar una transición pacífica, responsabilizarse hasta el último día de su gobierno de ello, pero ha dejado de cumplir con sus funciones y esto ha derivado en grandes problemas.

Empero, dijo, no todo está fuera de control, aunque no habrá un cambio de gobierno completamente tranquilo como se prometió.

El coordinador de la fracción panista, Miguel Hernández Labastida, señaló que durante la comparecencia de Salgado Cordero su partido hará un señalamiento sobre la desaparición de los jaguares, su presunta responsabilidad en el caso Buenos Aires y el desempeño del general al frente de la SSP.

Asimismo, reiteró su postura de llegar al fondo de las investigaciones en forma transparente y sin fabricar ``chivos expiatorios''.

Civiles o militares

Ante las declaraciones del jefe de gobierno electo Cuauhtémoc Cárdenas de que durante su gestión podría haber militares en los cuerpos de seguridad, los coordinadores del PRI y del PAN señalaron que el ingeniero no ha tenido una postura definida al respecto, por lo que sería conveniente que la aclarara.

Sin embargo, Manuel Aguilera Gómez y Hernández Labastida coincidieron con el coordinador del PRD, Martí Batres, en que el problema de fondo no es quién esté al frente de la policía, sino que haya una restructuración de fondo en las corporaciones.

En este sentido, Batres destacó que si se trata de castigar a Salgado por su desempeño al frente de la SSP y la responsabilidad que pudiera tener en los homicidios, su destitución no sería suficiente. ``A David Garay no lo cesaron por el RIMA, sino por la represión contra los maestros. Cabe preguntarse si en su época era mejor la seguridad pública''.

Manuel Aguilera señaló que la presencia de militares en la SSP no es una novedad ni el problema real. ``Aquí lo que hace falta es que haya una dirigencia que eleve el espíritu de la policía y evite que se desvíe en complicidades colectivas, que a su vez redunden en falta de control''.

Para lo que primero, dijo, es necesario tener claro un prototipo de policía, luego establecer la carrera policiaca, y ya en la práctica privilegiar la vigilancia a pie y brindar apoyo vehicular y aéreo. También se debe llegar a los 115 mil policías que se tenían previstos para el año 2020, además de separar a los agentes preventivos y a los de tránsito, así como vincular la vigilancia con las organizaciones vecinales.

Hernández Labastida afirmó que la cabeza de la policía debería ser un miembro de la misma corporación, ``porque en el PAN sostenemos que los militares no deben realizar funciones de seguridad pública''.