La Jornada 21 de octubre de 1997

Suman al año 5 millones 920 toneladas no tratadas, dice el especialista Jorge Sánchez

Jesusa Cervantes Ť De los ocho millones de toneladas de residuos peligrosos anuales que se generan en México, cinco millones 920 mil (74 por ciento) no reciben un tratamiento adecuado, y por lo general se arrojan a cielo abierto en ríos, arroyos y basureros clandestinos.

Jorge Sánchez, presidente de la Asociación Mexicana para el Control de los Residuos Sólidos, informó que de los desechos sólo 720 mil toneladas se reciclan, 480 mil se confinan y alrededor de 880 mil reciben otro tipo de tratamiento. Lo anterior lo señaló en la inauguración del Primer Congreso Internacional para el Control de los Residuos Sólidos y Peligrosos. Expuso que ``es común que parte de esos cinco millones de toneladas se vayan a barrancas, ríos, tiraderos clandestinos, basureros municipales o arroyos'' y con ello se provoque contaminación, erosión de suelos y daños a los mantos acuíferos.

Enrique Provencio Durazo, director del Instituto Nacional de Ecología, sostuvo que aparte de los rellenos sanitarios que funcionan en cada uno de los municipios, existen en México dos confinamientos especiales de residuos peligrosos, uno en Mina, Nuevo León y otro en Hermosillo, Sonora.

Entre los estados que más residuos industriales generan se encuentran, el estado de México, Nuevo León y el Distrito Federal.

Por regiones, la zona centro genera cinco millones 200 mil toneladas de residuos peligrosos; le sigue el norte con un millón 920 mil toneladas, luego el Golfo con 560 mil, el sureste con 240 mil y la franja fronteriza con 80 mil toneladas.

Provencio Durazo aceptó que en México, ``hay un manejo inadecuado de los residuos peligrosos''.

Aclaró que en el país no existe ningún confinamiento que cuente con residuos provenientes de Estados Unidos o de otra nación, ``porque México no puede reubicar desechos del exterior para su confinamiento, pues la misma ley lo prohibe''.

Comentó que actualmente no hay la infraestructura suficiente para confinar los residuos y que el capital para crear estas plantas proviene de la iniciativa privada, no de los gobiernos.

Advirtió que de no atenderse el problema de los residuos peligrosos habrá daños al ecosistema. Admitió que el crecimiento de la economía y la actividad industrial han contribuido a generar más desechos de este tipo.

Aseguró que la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, cuenta con programas claros, apoyo tecnológico y estudios para determinar dónde se pueden tratar dichos residuos.

``Posponer más el problema sería una irresponsabilidad'', concluyó.